La quinta fase del programa de Ayudas a la Regeneración y Renovación Urbana (ARRU) de la Urbanización La Verdellada dará hoy un nuevo paso: la apertura de los sobres con las propuestas presentadas por las diferentes empresas que han participado en la licitación para ejecutar las obras. Se trata de unos trabajos con un coste próximo al millón de euros (959.264) y que está previsto que estén ejecutados antes de que acabe el año.

Según explicaron desde la Sociedad Municipal de Viviendas y de Servicios de San Cristóbal de La Laguna (Muvisa), la actuación más destacada de estas obras es la instalación de ascensores en los edificios que carecen de ellos. Para que estas se pongan en marcha es necesario que se produzca la adjudicación, se culmine la tramitación administrativa, y se redacte y se apruebe un plan de seguridad, "con lo que previsiblemente las obras se iniciarán a finales del mes de julio".

"En todo caso, los trabajos se han organizado de tal manera que puedan estar listos antes de final de año, que es el plazo límite marcado en la firma del convenio entre las diferentes administraciones", precisó Juan Ignacio Viciana, consejero delegado de Muvisa, ente gestor de estos trabajos.

Concretamente, el objeto fundamental de la actuación es la realización conjunta de obras de rehabilitación en edificios dentro del ámbito delimitado, para mejorar las condiciones de accesibilidad de los vecinos a sus viviendas, incorporando ascensores en los pisos sin olvidar los aspectos sociales y económicos, concertando las actuaciones con la financiación de las administraciones públicas y los propietarios de las viviendas.

Sobre ese apartado de las aportaciones económicas, la principal cuantía corre a cargo del Gobierno del Estado, con el 35%; le sigue el Ejecutivo canario, con el 30%; el Cabildo de Tenerife, con el 11,95%; el Ayuntamiento de La Laguna, con el 18,05%, y los vecinos, con el 5%. ¿Y qué bloques se beneficiarán de esta quinta fase? Serán cuatro, que incluyen 81 viviendas y un local. Más en detalle, se trata del seis -con 21 viviendas- y el 11 -con 20 viviendas y un local-, ambos de la primera fase de construcción. De la segunda etapa edificatoria se verán mejorados el 1 y el 14, con 20 pisos cada uno de ellos.

Estas obras llegan tras cuatro fases anteriores. La primera se enmarcó en el Área de Rehabilitación Integral (ARI) de La Verdellada, en la que se rehabilitaron cuatro bloques y 80 viviendas (el 8, 10, 12 y 13 de la primera fase de construcción, con un coste total de 900.000 euros). Vino después la reparación de otros ocho (el 7 y 9 de la primera etapa y el 3, 5, 10, 11, 16 y 18 de la segunda, con 156 casas y 1.890.000 euros), así como de seis edificios y 120 domicilios (los bloques 3 y 5 de la primera fase, y el 2, 7, 12 y 15 de la segunda; 1.417.500 euros). Por su parte, en el cuarto período de actuaciones se remozaron siete edificios más (140 viviendas y 1.678.712,01 euros).

Problemas y soluciones

"El ámbito de La Verdellada constituye un enclave fácilmente identificable y con una problemática que se puede resumir en los siguientes puntos: deterioro de los edificios por falta de mantenimiento; ausencia de ascensores; configuración con bloques que se repiten, lo que da lugar a una imagen monótona; accesibilidad limitada a los espacios libres, y gran cantidad de jardines, algunos con escasa vegetación y otros muy poblados", se enumera en los datos previos sobre la obra programada.

A grandes rasgos, está previsto que durante los próximos meses se realice el Informe de Evaluación de Edificios de cada uno de los bloques, lo que incluirá el certificado de eficiencia energética; se intervendrá en los inmuebles y se realizarán obras o trabajos de mantenimiento que prolongarán la vida útil de la vivienda existente, su rehabilitación y conservación, y se adecuarán o mejorarán las diferentes instalaciones. Asimismo, se adaptarán los itinerarios accesibles en el exterior para el acceso a los edificios y se adecentarán los jardines. A ello se une la dotación de ascensores.

Más allá de la mejora en sí de los bloques y sus condiciones, se considera que el potencial impacto social y territorial de la rehabilitación y regeneración urbana de este ámbito lagunero "contribuye a la mejor calidad de vida, cohesión social y prolongación de la permanencia de las personas mayores y con problemas de movilidad en su propio entorno", al igual que "al equilibrio territorial".