¿Cómo afronta esta etapa?

Con mucha ilusión y mucha fuerza. Aunque nos encontramos en esta situación tan excepcional, las ganas están. Ahora mismo estamos esperando un poco para poder hacer todos los proyectos que tenemos.

¿Cómo surgió la posibilidad de ponerse al frente de Fiestas? ¿Fue algo que le pidieron, lo convinieron??

Empecé como asesora, vi que lo podía afrontar y entré porque el concejal Josimar Hernández tenía bastantes responsabilidades con otras áreas y debido a que en Fiestas se necesita estar muy pendiente porque son muchas al año. Además, me encantan las fiestas. Me parece una concejalía bonita y en la que estás en contacto con la ciudadanía en primera persona.

Y llega al Área y? la pandemia lo sacude todo. ¿Qué lectura hace de la situación?

Estamos en una etapa que no hemos vivido nunca. Las comisiones empiezan a preguntar qué va a pasar con los festejos y estamos apelando a la conciencia de la gente, porque el virus no se ha ido. Tenemos que ir viendo la evolución, las fases de desescalada y, aunque termine el estado de alarma y podamos volver a la nueva normalidad, tenemos que ser responsables. Evidentemente, las fiestas como hasta el momento no se pueden hacer, no puede haber aglomeraciones? Lo primero es la salud; ya vendrán tiempos mejores. Tenemos que ir viendo cómo va evolucionando el virus y cuándo se puede volver la normalidad.

¿Cuál es el criterio que les están transmitiendo a las comisiones de fiestas?

Ahora mismo, por las órdenes ministeriales, no procede autorizar ninguna fiesta porque no están permitidos los eventos masivos. Entonces, a las acciones que no supongan un riesgo para la salud de las personas, como por ejemplo propuestas para desarrollar en las casas, no le puedes decir que no.

¿Y para más adelante ya tiene alguna directriz?

Se les ha ido diciendo que tenemos que ir viendo cómo evoluciona y que iremos tomando medidas. Aunque todos queramos hacer este tipo de festejos, hay normas que no nos las podemos saltar. Muchas comisiones de fiestas también nos están diciendo que este año no van a celebrar actos porque entienden que este es un tema importante y que ante todo está la salud.

¿Qué se han planteado con la Romería de San Benito?

En principio, aunque acabara el estado de alarma, no se podrá hacer el San Benito que todos conocemos. Dentro de lo que nos permita la nueva normalidad, haremos alguna acción que no suponga riesgo para la salud. Pero no me voy a adelantar, porque quizá las circunstancias mejoran y de aquí a allá la situación está un poco más estabilizada.

¿Y para las fiestas del Cristo ya están barajando alguna idea?

Estamos en esa línea de ir viendo cómo evoluciona. Evidentemente, no se podrá hacer un mes de fiestas; pero las procesiones, si por entonces están permitidas, se podrían hacer y ver qué tipo de acciones es posible llevar a cabo.

¿Hay previsión de reducir los recursos económicos para Fiestas?

Se ha hablado de ir destinando recursos de diferentes áreas a otras como Bienestar Social. Tenemos que ver cómo realizar esa acción.

Siempre existen dos grandes posturas en torno a las fiestas: hay quienes dicen que los festejos son un gasto innecesario y están los que plantean que mueven la economía. ¿Usted dónde se posiciona?

Es verdad que las fiestas mueven bastante: muchos puestos o los comercios que están alrededor. Ayudan y activan un poco la economía. Incluso, hay personas que viven de ir de fiesta en fiesta con sus negocios. Entonces, no es tirar el dinero.

¿Tiene algún proyecto que le gustaría poner en marcha durante el mandato?

Lo primero es escuchar. Nunca lloverá al gusto de todos, eso está claro, y siempre habrá críticas hagas lo que hagas. No hay que perder las tradiciones y cultura, y hay que mejorar en todo lo que se esté fallando. Hay que darle importancia a los grupos folclóricos, las bandas de música? y que todos tengan las mismas oportunidades. También tenemos proyectos para realizar con los grupos folclóricos, para que, aparte de lo que se suele hacer de romerías y escenarios, haya algún tipo de festival. Asimismo, queremos trabajar conjuntamente con el Área de Cultura para hacer proyectos en común.

Sobre todo en el casco histórico pasa mucho que, cuando se hace un cambio y sale mal, las críticas suelen ser muy intensas. ¿Eso supone una presión añadida?

Pasa en el casco y yo creo que en todas partes. Hemos de tener en cuenta que siempre habrá alguien al que no le guste lo que puedas hacer o innovar. La presión va a estar y uno quiere hacerlo lo mejor posible. Pero, escuchando a la gente y llegando a entendimiento, las cosas se pueden ir sacando adelante.