"Había ganas después de tantos días encerrado". Así resumía Adrián Pérez, de 19 años, lo que era ayer un sentimiento compartido en la costa lagunera. Estudiante universitario, bajaba junto a dos amigos pasado el mediodía por la avenida del Gran Poder, la calle principal de Bajamar, camino a la zona de baño. La nevera y la pelota que llevaban dejaban claro que su plan era alargar la jornada playera hasta por la tarde. "Estaremos hasta las seis o así... y, después, guagua y para La Laguna otra vez", explicaba.

Después de más de dos meses clausurados, los principales lugares de baño laguneros (Bajamar, La Punta, Jóver y La Barranquera) iniciaron este jueves su particular camino hacia la denominada nueva normalidad. El Ayuntamiento de La Laguna había anunciado días atrás que estaba a la espera de un informe que solicitó a Sanidad del Gobierno de Canarias, y ya el miércoles dio a conocer la reapertura. "Estamos en una situación en la que hemos garantizado la seguridad de todos los usuarios", manifestaba a media mañana de ayer el alcalde, Luis Yeray Gutiérrez, sobre el sistema empleado de cita previa.

La situación en el litoral era de tranquilidad. Incluso, la afluencia en las zonas de baño era más bien baja pasadas las 12:00 horas. Ya a las 15:00 horas, desde el consistorio lagunero cifraban en 1.080 las reservas que se habían realizado. Otra cosa era que hubiese quienes apostaban por espacios fuera de las áreas delimitadas, como Marianne (Bajamar) o los célebres charcos punteros, donde no regían los controles de aforo. Pero tampoco ahí el número de bañistas era desbordante.

En el caso de Bajamar, el sol entremezclado con una agradable brisa marinera invitaba al baño. La playa acogía a una veintena de personas, mientras que en las piscinas unas quince se reencontraban con el agua salada. "Me siento como nuevo", expresaba, mientras abandonaba el lugar, Andrés, vecino del centro de La Laguna y propietario de un apartamento en este núcleo costero. "Yo suelo venir cada vez que puedo, pero durante todo el estado de alarma, y con lo de que no se podía ir a las segundas residencia, no había bajado", comentaba. "Desde mi punto de vista, la gente está respetando bastante las distancias de seguridad", añadió.

Unos delimitadores de plástico como los que se utilizan en las obras de construcción, así como unas vallas, eran los mecanismos para que el acceso a las playas y piscinas bajamareras solo se produjese por donde se encontraban los responsables de regular la entrada. Los primeros usuarios llegaron a las 7:00 horas, dentro de una franja horaria que se prolonga hasta las 10:00 y que está dedicada de manera preferente al uso deportivo y terapéutico. Los otros dos períodos de la jornada para darse un chapuzón se han establecido entre las 11:00 y las 14:00 horas, así como entre las 15:00 y las 18.00. Entre medias (de 10:00 a 11:00, de 14:00 a 15:00 y de 18:00 a 19:00 horas), las instalaciones son sometidas a limpieza y desinfección, por lo que no podrá permanecer ninguna persona para poder desarrollar esos trabajos.

Desde el Ayuntamiento han estipulado que los mayores de 70 años, discapacitados y personas con movilidad reducida cuentan con prioridad en todos los horarios. María Rosario Álvarez, que se ajustaba precisamente al primero de esos perfiles, paseaba este jueves junto a su hija por la Punta del Hidalgo, pero avanzaba que es muy probable que hoy se animase a darse un baño. Allí se repetía el guion tranquilo de Bajamar. "Yo tengo las piernas un poco mal y me han dicho que el agua salada es buena; suelo venir aunque sea una vez a la semana, pero con todo esto del coronavirus ha sido imposible", señalaba esta vecina. "El confinamiento ha sido horroroso y ya uno tiene ganas de hacer otras cosas", añadió María Rosario, que también se mostró algo preocupada por la aplicación necesaria para pedir cita: "¿Tú sabes como se hace eso? ¿Cómo lo pongo en el móvil?".

Además de que, para aquellas personas que no tengan acceso a medios digitales, el Ayuntamiento tiene previsto activar desde hoy un teléfono de atención (922601170), la aplicación web para el control de los accesos y aforo está insertada en la página del consistorio y se puede acceder a ella también a través de la dirección playasdelalaguna.es.

"Esta aplicación permite reservar espacio en dichas zonas, de manera que al desplazarse hasta ellas se haga con la seguridad de que se dispone de sitio", precisaron desde el Ayuntamiento, al tiempo que plantearon que en cada reserva será necesario indicar el nombre de todos los usuarios, hasta un máximo de cinco por reserva, y el DNI de todos los mayores de 14 años. "No se podrá realizar una segunda reserva mientras se tenga alguna activa. De esta manera, se evita que se hagan reservas masivas de espacio y unas pocas personas acaparen los permisos de acceso a estas zonas restringidas", agregaron.

Un componente importante es el civismo de cada usuario, y ahí se detenía Ángel García: "A mí me parece bien tanto los que van a la piscina como los que prefieren los charcos, porque en esa zona tampoco es que la gente esté haciendo ningún disparate, sino que están separados por un par de metros y hasta más".

"Convivimos con el virus"

"Convivimos todavía con el virus; no podemos hacer caso omiso, porque está ahí y hay que adaptarse a las circunstancias", apuntó Luis Yeray Gutiérrez al analizar el arranque del proyecto. "Lo que queremos garantizar desde el Ayuntamiento de La Laguna es sobre todo la seguridad en la salud, como no puede ser de otra manera", resaltó.

Desde la Asociación de Vecinos Gran Poder de Bajamar ponían el foco, por su parte, en dos aspectos que consideran principales. "Nos parece que hay varios detalles que pueden mejorarse en la web de reservas para evitar posibles abusos", manifestó el presidente de esta entidad ciudadana, Andrés Padilla, al ser preguntado por el primer día de esta nueva forma de ir a la playa. "Los vecinos de Bajamar y de toda La Laguna necesitamos que las posibles incidencias, como cierres no previstos, se comuniquen con agilidad", agregó.