Los terrenos que muchas familias cultivaban durante la segunda mitad del siglo pasado fueron quedando balutos. Era habitual que el proceso no se limitase al abandono de la actividad agraria, sino que también conllevaba un traslado de residencia a zonas urbanas. El campo perdió fuelle y, en algunos casos, hasta fue mirado con lástima desde la distancia de una vida urbana . Sin embargo, en el giro inesperado que ha supuesto el coronavirus, los ámbitos rurales han ganado por goleada a las ciudades. O dicho de otro modo: cuánto hubiesen dado algunos por matar el tedio del confinamiento plantando lechugas y atendiendo la viña en el aire libre de una huerta doméstica.

Las Mercedes y Jardina, en La Laguna, son de esos núcleos en los que es habitual que muchos vecinos sigan manteniendo pequeños terrenos al lado de sus casas. Precisamente eso es lo que hacía en la mañana de ayer José Manuel Pérez en una subida perpendicular a la carretera al Monte de Las Mercedes. Allí, en la tranquilidad de una zona que luce reverdecida tras las lluvias de las últimas fechas, limpiaba una huerta anexa a su vivienda. "Los que tenemos un huertito nos divertimos un poco más", señaló sobre esa especie de vía de escape con la que cuentan quienes disponen de un domicilio de estas características. Vecino de siempre de Las Mercedes, explicó que se ha visto afectado por el cierre del Bar Josefa, propiedad de su familia y donde trabajaba, y que en lo que llega una solución se ha puesto manos a la obra en el terreno y sus animales.

Su historia tiene algún parecido con otras que se dan en los caseríos de la Anaga lagunera, en la entidad poblacional conocida como Las Montañas. El concejal de ese ámbito, José Luis Hernández, apuntó que son muchos los propietarios de estos lugares que han estado ocupados en este tipo de tareas agrarias durante las últimas semanas. "Lo primero que ocurrió, en marzo, al inicio del confinamiento, fue que por ejemplo El Batán se llenó; todo el que pudo se fue a confinar allí", expresó el edil de Unidas se Puede. "La gente está resignada y, dentro de lo que cabe, llevando bastante bien la situación", añadió con base en las opiniones y comentarios que le han ido llegando desde el lugar.

Hernández, que en repetidas ocasiones ha mostrado su defensa de la tierra, consideró que una de las "oportunidades" que presenta esta crisis -"y de la que tenemos que sacar conclusiones", apostilló- es la de volver al sector primario. "La soberanía alimentaria hay que potenciarla", aseveró, antes de remarcar que en enclaves como el Macizo de Anaga es necesario hacer un esfuerzo. A ese respecto, puso el ejemplo de que en los últimos días mantuvo una conversación con la consejera de Medio de Ambiente del Cabildo de Tenerife sobre el fomento de las contrataciones de vecinos de Las Montañas en labores de gestión del medio rural.

Viñas y quietud en Tegueste

Lindando con Anaga, la zona de Pedro Álvarez, en Tegueste, también es representativa de esos cultivos por parte de pequeños agricultores que han decidido mantener el legado de generaciones. El estado de alarma y las restricciones derivadas de este dejaban casi desierta a media mañana de ayer la carretera de este núcleo, así como sus terrenos, mientras que al otro lado, desde la TF-13 -la vía que une La Laguna con la Punta del Hidalgo-, sí que se observaba a lo lejos alguna actividad en varias fincas amplias de viña.

Cambiando de municipio, las huertas y el confinamiento fueron recientemente objeto de reflexión por parte del alcalde de El Rosario, Escolástico Gil. El regidor local se refirió a ello durante un directo que ofreció a través de las redes sociales. Cada usuario podía realizar preguntas (aquello se asemejaba por momentos al recordado formato televisivo Tengo una pregunta para usted) y, en una de sus intervenciones, el líder de Iniciativa por El Rosario-Verdes afirmó que los terrenos son como una suerte de espacio de ocio. "En el campo se da la peculiaridad de que el confinamiento es menos; son muchos los que tienen una huerta al lado de la casa", apuntó este martes al ser preguntado por este periódico sobre la vida en la parte alta de El Rosario. "De las medianías hacia arriba la gente tiene su finquita y planta papas, frutales... y esa sensación de encierro es completamente diferente", agregó.

"Es otro confinamiento", sintetizó un político que semanas atrás había colgado en sus redes sociales una imagen sachando sus papas de secano, acompañada de una loa al agro local: "Mientras lo hacía pensaba en todas aquellas cosas que hemos olvidado y que ya no escuchamos. La soberanía alimentaria cobra sentido; más que nunca. Ahora, con lo que nos está ocurriendo con esta pandemia, se ha visto lo vulnerables que somos. Para muchas personas está siendo muy duro comprar alimentos en un momento económico tan delicado. Con la paradoja de que, si siguiéramos pegados a la tierra, los tendríamos por nosotros mismos: huevos, perejil, limones, naranjas, aguacates... Quien tenga un pedazo de tierra es momento de que vuelva a ella y valore lo que nuestros padres nos dejaron prestado. El futuro pasa por hacernos más autosuficientes".

Los profesionales lo tienen peor

Ese tesoro que es una huerta de autoconsumo cambia notablemente cuando detrás hay impuestos, sueldos que pagar e inversiones elevadas a las que hacer frente. Los profesionales se hallan ahora mismo en una situación bastante más complicada. "Antes de esto ya teníamos un problema que consistía en que los agricultores y ganaderos encontraban dificultades para colocar su producción en el mercado", contextualizó el responsable de Desarrollo Rural, Agrario, Ganadero y Pesca del Ayuntamiento de La Laguna, Aitor López. Y prosiguió: "En estas nuevas circunstancias conyunturales de crisis sanitaria ha empeorado la situación como consecuencia del cierre de los canales de venta habituales, como son los establecimientos turísticos y la restauración", expresó, antes de unirle que, además de eso, ocurre que las grandes superficies ya tienen sus contratos con otras empresas, "algunas de ellas importadoras, y viene mucha producción de fuera y hay un desajuste en el mercado que no permite que las producciones locales puedan tener salida".

Así las cosas, López sostuvo que es "muy importante" insistir en la relevancia que tiene consumir producto local y fomentar los canales de venta directa, "los circuitos cortos de comercialización, como son el pequeño comercio, las fruterías y aquellos establecimientos donde nuestros agricultores y ganaderos tienen la posibilidad de colocar su producto". Tal es el panorama que se les ha presentado en las últimas fechas que, según explicó el responsable municipal del sector primario, algunos de ellos han tenido que optar por la peor de las situaciones, es decir, por tirar su cosecha.