La crisis del coronavirus y sus fatales consecuencias han cambiado los ritmos de vida de los barrios y pueblos no ya solo de La Laguna, sino de toda la Isla, de Canarias y de España en general. En este caso, hasta hace 16 días, los enclaves de La Cuesta y Taco eran puntos bulliciosos, rebosantes de ambiente e invadidos por una población superactiva. Hoy en día es un buen recuerdo que la crisis del Covid-19 ha intentado dejarlo en el olvido ante la poca actividad y gente que pasea por sus calles.

Como menos vida aún ha dejado entornos de la geografía municipal como la Vega lagunera, Jardina, Las Canteras o Las Mercedes, el primero con una evidente marca urbanística y el resto con trazos rurales. En cualquier caso, la chispa de las calles se han quedado minimizada por las medidas recogidas en el estado de alarma decretado por el Estado el pasado 14 de marzo y que supone un antes y un después de las relaciones personales, públicas y económicas.

Pero las restricciones no han sido malas para todos. Algunos comercios han visto cómo sus ventas han aumentado, mientras que a otros les cuesta más dinero abrir el local o estar en la calle que parar, a pesar de ser considerados servicios esenciales.

La clave está en los autónomos

Para Rosinbeth Rodríguez, propietaria del Estanco Bazar Acosta II, situado en la calle Domínguez Guillén de La Cuesta, "da un poco de miedo el estado de alarma, realmente estamos bastante preocupados. De todo se sale". "Ha existido algo más de movimiento y estamos cerrando una hora antes por la tarde. Nosotros estamos haciendo un esfuerzo para que los críos tengan su espacio con la papelería. La mayoría del país se mueve gracias a los autónomos y no vemos una ayuda", criticó abiertamente.

Nelya Lopakto regenta Farmanaturalia, en la avenida Los Menceyes, y destaca que "la situación está muy mal porque va a afectar mucho a las empresas pequeñas, principalmente. Claro que he tenido pérdidas. La gente está con miedo en sus casas y bloquean la actividad económica".

José Luis Rodríguez, titular de la Multitienda D'Paso 24 horas, también en la avenida Los Menceyes, reconoce que "lo que está pasando es muy complicado para los ciudadanos, pero a mí me está beneficiando porque han subido las ventas. Le digo de todas maneras que prefiero ganar menos y que la gente salga a la calle".

"Frenazo total"

Jorge Morales, taxista de profesión, resalta que "la crisis del coronavirus ha supuesto un frenazo total a la economía, pero la salud es lo más importante. Que la gente sea consciente y se quede en casa y que salga lo menos posible". Morales recordó las medidas que está tomando para impedir la propagación del virus y puso en el debate las pérdidas ocasionadas por la crisis, "que han sido entre los márgenes del 80 y 85% porque no queda gente en la calle o solo los que van a hacer la compra".

Para Jorlandi Tamayo, de la Carnicería y Víveres Domínguez, de la calle Domínguez Guillén, "esta crisis ha mejorado y ha ayudado a las tiendas pequeñas, porque, al no poderse ir a los centros comerciales, las personas del barrio compran en ellas. Ha existido una mejoría en el tema económico".

July González es la responsable de la tienda Como Tú y Yo, casi 24 horas; en la calle San Miguel de Chimisay, en El Cardonal, y señala que la situación "es producida por una negligencia, porque si se sabía desde enero lo que podía ocurrir y no se hizo nada pues ahí lo tiene. Todo lo que hicieron nuestros viejitos en 50 años se lo han cargado en dos meses".

Domingo Martín, propietario de la Frutería La Frescura, en la calle Agrupación Bencheny de Taco, afirmó que "esta crisis es muy difícil de llevar, los que están en casa, los que no quieren estar confinados y nosotros, expuestos y arriesgándonos a coger algo. Somos la primera línea". "Pero bueno, aquí estamos dando servicio a la gente, sobre todo a las personas mayores, a quienes llevamos los pedidos a sus casas para un poco ayudar a todo el mundo. De momento vamos bien, porque estamos abiertos y el que está cerrado tiene el problema. Se está vendiendo un poco más. Pero que termine todo cuanto antes", dijo.

En una zona más residencial la tranquilidad es la nota predominante. Nadie en la calle y poco trasiego de coches en el Camino las Peras, Wagner o Concepción Salazar, entre otras. Lo mismo que en el pueblo de Jardina. Un poco más animados se encuentran los rincones de Las Canteras, donde algunas tiendas de alimentación, a cuentagotas, daban algo de vida a las calles (ninguno de los propietarios consultados quiso manifestarse).

Por allí transitaba María José Tabares, que reconocía: "La situación la llevo fatal, ya que todo el mundo está en sus casas. Esto ha cambiado nuestra forma de vida, porque no nos podemos mover. Nosotros estamos con las cabras y solo esperamos que acabe esto cuanto antes". Para Sara Hernández, "lo que está pasando es bastante triste, la carretera sin gente y sin nada de ambiente".

En el Molino de Gofio

En Las Mercedes, Yurena González, del Molino de Gofio Las Mercedes, señala que "la situación es complicada y hay que ver cómo termina. Nosotros en ventas estamos estabilizados". La propietaria del Supermercado Las Mercedes, María Luisa Trujillo, conocida por Mica, destaca que "es un proceso complicado porque somos muchas personas y estamos habituados a otro ritmo de vida"

"A pesar de ser una persona de riesgo intento prestar a mis clientes el mejor servicio posible. ¿Cómo lo hago? Hacen pedidos, los preparo y vienen a buscarlos o a las personas mayores les alcanzo la compra cuando cierro. Me han aumentado las ventas por la gente que no ha querido ir a las grandes superficies para no exponerse", manifestó.