El Ayuntamiento de La Laguna se comprometió ayer a arreglar las restricciones que están sufriendo los clientes para acceder al Mercado de La Laguna ante las quejas algunos comerciantes. Este problema ya se planteó días atrás en Santa Cruz de Tenerife , en el Mercado de Nuestra Señora de África, y el Ayuntamiento capitalino actuó para corregir la situación, circunstancia que también ya ha hecho el Consistorio lagunero.

Nacho Díaz, presidente de la Asociación de Comerciantes del Mercado de La Laguna (Asocomel), afirmó que ese problema en la movilidad "ha sentado muy mal", y explicó que hay casos en que los puestos están vendiendo el 50%; otros, el 30%, y algunos han tenido que cerrar. Díaz, que cuenta con un establecimiento dedicado a los congelados, informó de que se están haciendo repartos de compras conjuntos entre varios establecimientos.

Las dificultades en el desplazamiento fue la queja unánime -casi que el monotema- al preguntarles a los recoveros cómo marchan estos días. "Veo que aquí la policía y el Ejército paran, pero yo fui a Carrefour y nadie me dijo De dónde viene usted...", expresó Chicha de León, de la Charcutería Chicha. Esta comerciante pidió que no les "echen para atrás" a los clientes, así como que las reglas sean las mismas que con las grandes superficies. "Háganlo con todos igual", demandó.

Juan Domínguez, vendedor de pescado salado en el negocio 55, apuntó que está "todo parado". "No se vende nada", reconoció, antes de entrar en el problema que también señalaron desde otros negocios: "Las dificultades en la movilidad que tienen los clientes es lo que está mal". Asimismo, manifestó que no recuerda un escenario tan negativo en ninguna época.

Nieves Rodríguez, del sector de las frutas y verduras, también dijo que "la clientela nuestra no está comprando, porque solo están pudiendo venir los vecinos de los alrededores", sostuvo. "Hasta cuando había guerra permanecían abiertos los mercados de abastos", dijo esta otra comerciante, que desde que se decretó el estado de alarma recibe apenas a una media de diez o doce personas durante toda la jornada. "Vamos de mal en peor", lamentó.