El presidente de la Asociación de Vecinos Barrio Nuevo-Viña Nava, Juan Luis Marín, y la Federación Unión Verdeña temieron hace cuatro años que esta zona se convirtiese en "la Barceloneta de La Laguna". Iba a más el problema de la okupación de viviendas y decidieron lanzar una especie de SOS. La viveza expresiva de la comparación que establecieron, unida a los casos que ya se iban sumando, llevó a que diferentes medios de comunicación se interesasen por aquello que sucedía en el barrio. Las medidas que se implementaron, especialmente de refuerzo de la seguridad, lograron contener una problemática que, sin embargo, en los últimos tiempos ha ido a más.

Marín cifra actualmente en una veintena las casas que se han visto perjudicadas y demanda soluciones para una zona en la que, además, se da el agravante de que sobre todo se trata del modelo ideológico de esta práctica, es decir, la denominada okupación, en la que ni siquiera concurren las necesidades económicas de la ocupación . "Seguimos con la inquietud vecinal sobre ese tema, pero con las leyes de hoy en día es muy difícil sacarlos", admite el dirigente.

Según detalla el máximo responsable del colectivo Barrio Nuevo-Viña Nava, la respuesta que vienen recibiendo del Ayuntamiento de La Laguna es que se trata de una competencia del Cuerpo Nacional de Policía (CNP), no así de la Policía Local. "En la última asamblea le hablaron de eso al alcalde y él nos dijo a todos los vecinos que es competencia de la Policía Nacional y de la Subdelegación del Gobierno, y que lo único que pueden hacer es pasar información para que estén más vigilantes", dijo en referencia a un encuentro celebrado el pasado 20 de enero y en el que se abordaron los diferentes problemas que presenta este enclave.

Más casos y más conflictivos

Marín señala que años atrás había entre 14 y 16 casos, mientras que en la actualidad estos se encuentran en la horquilla de 20 y 25. En esa línea, y como ejemplo de la dimensión de lo que ocurre, destaca que solamente en la plaza Domingo Cruz Cabrera hay hasta cuatro viviendas que se encuentran ahora mismo en estas circunstancias.

No obstante, no es solo un problema de incremento cuantitativo, sino también de convivencia. "Hemos empeorado en una de las zonas del barrio, en la que hay unos okupas más conflictivos que antes. En la calle El Drago existe un edificio que está especialmente vigilado porque hemos hablado con la policía, pero seguimos igual año tras año", sostiene. "Los okupas continúan llegando y, como no tienen problema ninguno en entrar en una casa y empezar a vivir, sigue esto igual", lamenta, antes de insistir en el miedo entre los residentes.

Prueba de la preocupación en la zona es que desde la Asociación de Vecinos Barrio Nuevo-Viña Nava anunciaron en julio de 2018 que acudirían a la Subdelegación del Gobierno para solicitar una reunión con el comisario de la Policía Nacional en La Laguna y, de esa forma, tratar de frenar la situación. Era una reacción del colectivo ciudadano a un repunte que se había dado por aquellos días, un año y medio después de que diesen la voz de alarma inicial. Ese primer capítulo contó con el añadido de que los okupas de una vivienda colgaron una hoja simulando la portada de un periódico -con la cabecera New Barrio Xismes - tratando de explicar por qué tomaron una casa ajena, y añadían: "Pa quien guste de criticar que lo haga sabiendo". La acción fue entendida en clave de provocación por los vecinos.

Juan Luis Marín, que por entonces presidía la Asociación Tinguaro, dijo que la zona se podía acabar convirtiendo en un "barrio okupa", y relató que había mantenido un encuentro con un grupo de okupas y que estos le comentaron que en algunos casos eran estudiantes universitarios. "Como colectivo nos dijeron que ellos ahora son de aquí y que tenemos que velar por sus derechos", expuso el dirigente vecinal sobre una situación que calificó de "surrealista".

Otros barrios afectados

Barrio Nuevo es el ejemplo más claro de esta práctica en el municipio, pero existen o han existido durante los últimos años más episodios de este tipo e intentos de okupación en diferentes lugares, como San Diego o San Lázaro, entre otros. En uno de los picos que se produjeron en Barrio Nuevo, el por entonces concejal de Seguridad Ciudadana del Ayuntamiento de La Laguna, Jonathan Domínguez, manifestó que la medida que estaban aplicando era aumentar la presencia policial para atajar el incremento de casos. "Lo que estamos haciendo desde la Policía Local, que tenemos unas competencias muy limitadas, es intensificar la vigilancia en la zona", expresó en aquella ocasión, antes de precisar que, en paralelo, estaban recomendando a los dueños de casas vacías que tratasen de evitar la apariencia de abandono en sus propiedades.