¿Qué nota le pone actualmente a Finca España?

Para mí tenemos un 6,5, porque la meta es seguir mejorando. Siempre pediremos más para nuestros vecinos.

¿Qué necesidades de la zona destaca?

Hemos involucrado al actual grupo de gobierno para desarrollar en cuatro años un plan de pavimentación, debido a que el asfalto del barrio tiene ya casi 40 años y se va deteriorando. La única manera de hacerlo es con un plan a largo plazo, dado que, evidentemente, sabemos que no se puede asfaltar todo de una sola vez. Queremos que el primer año se genere una partida para las calles que se encuentran en peor situación. Otra actuación importante es la limpieza de los barrancos, que nosotros consideramos fundamental porque tenemos los cauces de cuatro de ellos.

En los últimos años han tenido problemas de aparcamiento. ¿Ya están resueltos?

No. Se ha ido solucionando haciendo uso de solares municipales como estacionamientos improvisados, si bien estos no están asfaltados, no tienen alumbrado... Entendemos que la prioridad en pavimentación deben ser las calles y después los aparcamientos. Se han propuesto otros dos espacios: uno en la zona de Mercadona, en una parcela municipal vallada que está llena de hierbas, con la que estaríamos quitando 50 vehículos de la vía pública, y otro de casi 5.000 metros cuadrados en el terreno en desuso que iba a ser la segunda fase del Colegio Clorinda Salazar. Hasta que no se realice esa ampliación se podría utilizar como estacionamiento para el profesorado, comerciantes y vecinos. Ese lugar era de propiedad municipal, pero en su día el Ayuntamiento lo cedió a la Consejería de Educación. Ahora solicitamos que lo devuelva al Consistorio hasta que no se lleve a cabo esa segunda fase del colegio.

¿Y proyectos a mayor escala, de infraestructuras...?

Los vecinos verían bien una mejora en las entradas y salidas del barrio. Hoy lo hacemos a través de la avenida de Las Palmeras, que tiene un carril en cada sentido. Esta se congestiona en horas punta y, si hubiera una emergencia, estaríamos dentro de una botella con un gran tapón. Hay residentes que nos expresan que se deberían de quitar las palmeras y hacer dos carriles en cada dirección. Eso no solo acabaría con la idiosincrasia del barrio, sino que mataría al comercio al suprimir los aparcamientos. Así es que la Asociación de Vecinos apuesta por un puente que comunique la zona de La Hinojosa con la avenida de Los Menceyes.

La ampliación del centro de salud también es clave...

Fue demandada desde 2015, cuando había obras en El Rocío y aún no estaba abierta la actual instalación de La Laguna-Las Mercedes, y se estaba derivando a gente de otros lugares hacia Finca España. Ahora nos ha tocado: el actual grupo de gobierno ha visto que en esta demanda tenemos razón y nos ha transmitido su voluntad de sacar esa iniciativa adelante, lo que a nosotros nos alegra muchísimo.

El barrio ha crecido comercialmente en los últimos años, sobre todo en la zona de la avenida de Las Palmeras. ¿Cuál es su análisis?

No solo hemos crecido comercialmente, sino que vas a preguntar por una vivienda en alquiler y no la tienes, porque es un núcleo poblacional que está muy cerca de todo. Además, es una zona en la que se compraron muchos solares. Tengo un documento donde dice que costaban 300 pesetas y se pagaban a 25 al mes. Mucha gente que venía de El Hierro, de La Gomera o de La Palma compró aquí, y hay quienes desde Venezuela enviaban el dinero a sus familias, adquirían una parcela y, poco a poco, iban edificando.

¿Qué tal la relación con el nuevo gobierno?

Sinceramente, al principio teníamos bastante miedo, pero estamos viendo que hay un hilo directo y cordial. Encima, las demandas y necesidades que estamos solicitando se están viendo resueltas. En la Asociación de Vecinos seguimos haciendo exactamente lo mismo que durante años: gestionando todo directamente a través de registros de entrada y comunicándonos con el grupo de gobierno, con el que estamos muy contentos.

Usted lleva años como dirigente vecinal. ¿Cómo ve el asociacionismo lagunero?

Podríamos hablar de tres vertientes diferenciadas: un asociacionismo pasivo, de soy directivo y dejo que el Ayuntamiento me haga las cosas y voy y veo cómo lo presentan; el legendario, el de nuestros antiguos dirigentes que no hay nadie que coja el testigo y continúan para que no se pierda el legado, y el activo, como es nuestro caso y el de otros colectivos. Nosotros nos salimos de la FAV Aguere porque entendíamos que nos estaba quitando muchos recursos para asistir y seguir atendiendo a la zona. Creemos que tenemos que ser más directos y estar al lado del vecino, así como que necesitamos renovación, ambiente joven y nuevas ideas.