La construcción de una línea de tranvía entre la avenida de La Trinidad y el aeropuerto de Los Rodeos circula Se trata de una obra que no es nueva: hace unos 20 años se trabajó en ella, se volvió a intentar hace algo menos de una década y, finalmente, acabó encallando ante la contestación vecinal. Ahora, el consejero de Carreteras, Movilidad e Innovación del Cabildo de Tenerife, es quien ha puesto sobre la mesa una actuación que ha soliviantado a comerciantes, taxistas y colectivos vecinales de La Laguna. Pero... ¿en qué consiste? ¿Cuáles son las posibilidades que han sido planteadas?

Según han explicado desde la institución insular, el proyecto pasa por una ampliación de la Línea 1 a través de un trayecto con cuatro nuevas paradas (calle San Antonio, San Benito, Park and Ride -un aparcamiento de 596 plazas en las proximidades del Supermercado La Hucha- y aeropuerto). Los tranvías tendrían, en hora punta, una frecuencia de paso de diez minutos, mientras que la duración del recorrido sería de entre ocho y diez. Otro de los aspectos que han resaltado desde el Cabildo es que, con el objetivo de que se produzca una menor ocupación de espacio, se contempla una única vía para los dos sentidos de este medio de transporte, así como apartaderos en los que los tranvías esperarían a que pasase el que circula en dirección contraria.

La primera de las opciones -la que Metropolitano de Tenerife, la empresa que gestiona el tranvía, considera la mejor, según confirmó Arriaga en diciembre- transcurriría por las calles El Juego, Seis de Diciembre, Juana la Blanca y Marqués de Celada. La segunda discurriría por Pablo Iglesias, Antonio González Ramos -hasta la zona de la antigua estación de guaguas- y tomaría después la avenida de La Candelaria. Por su parte, la tercera iría paralela a la autopista del Norte y después por la avenida de La Candelaria. Esas son las alternativas para unir La Trinidad y la rotonda de San Benito. De ahí hasta el aeropuerto, y para cualquiera de las posibilidades anteriores, se plantea la carretera general del Norte (TF-152). El coste de las tres propuestas es, respectivamente, 62,2, 58,5 y 67,9 millones de euros.

El pasado 27 de enero, el Cabildo y el Ayuntamiento de La Laguna informaron sobre estas opciones en una asamblea abierta, en la que también se hicieron visibles las voces críticas. Ahí, Enrique Arriaga apuntó que la decisión final sobre las alternativas saldrá de un proceso de información pública que irá acompañado de una serie de encuestas a pie de calle en el centro del municipio, así como en las oficinas del tranvía y en los espacios de información que se habiliten para ello. Aunque inicialmente la previsión fue realizarla en enero, la intención actual es que esa consulta se desarrolle entre abril y mayo y que esté concluida a finales de ese último mes.

El también vicepresidente insular dijo en aquella reunión que, además de las preferencias acerca de los tres trazados, se incluirá una pregunta en la que el ciudadano podrá determinar si está a favor o en contra. Asimismo, defendió que la consulta sea a escala insular, porque el dinero para su construcción "saldrá del bolsillo de todos los tinerfeños". Dos días más tarde, el presidente del Cabildo, Pedro Martín, manifestó que el Ayuntamiento de La Laguna será la institución que tenga "la última palabra" sobre la actuación. Arriaga se alineó con ese posicionamiento el 30 de enero: "Si el Consistorio se opone frontalmente, nosotros no vamos a ir en contra".

Algunos de los argumentos del consejero de Carreteras a favor del proyecto es que daría servicio a unos 10.000 nuevos usuarios; que se podrían incorporar pasajeros de San Benito, El Coromoto y Las Gavias, y que el aeródromo norteño necesita todos los medios de transporte posibles. Así lo expresó coincidiendo con un encuentro con la Federación Provincial de Entidades de la Construcción de Santa Cruz de Tenerife (Fepeco), cuyo presidente, Óscar Izquierdo, opinó que es "imperiosa" esa obra.

El alcalde, con los vecinos

El alcalde de La Laguna, Luis Yeray Gutiérrez (PSOE), ha supeditado la decisión al criterio ciudadano. "Desde el grupo de gobierno apostamos, tal y como se recoge en el pacto que suscribimos las tres formaciones políticas al comienzo del mandato, por mejorar la conectividad entre el aeropuerto y la ciudad, siempre y cuando la ciudadanía apueste por este transporte", apuntó el viernes a este periódico. Y prosiguió: "También recogíamos en esa declaración de intenciones que, si finalmente los laguneros entienden que es necesaria la inversión, el trazado fuera consensuado con los vecinos del municipio". Gutiérrez se detuvo en que en las bases de los procesos de participación de Metropolitano está la opción del "voto ponderado, es decir, que el de un lagunero, al afectar a nuestro municipio, sea tenido más en cuenta al de cualquier otro tinerfeño, a pesar de ser una inversión del Cabildo".

Uno de sus socios, Unidas se Puede, en cambio, se posicionó en septiembre a favor. La concejala de Movilidad Sostenible, María José Roca, aseveró en aquella ocasión que no podían estar en contra dada la defensa de este partido a la movilidad sostenible. Sin embargo, la coalición de izquierdas ha ido rebajando su postura, hasta dejarla en que sea la gente la que decida. Se da la circunstancia de que en 2014, en una nota de prensa, Sí se Puede calificó la iniciativa como un "auténtico disparate" por el coste, incidencia en el comercio, afecciones a bienes patrimoniales y posibles efectos en el barranco de Cha Marta.

En cuanto a la oposición lagunera, José Alberto Díaz (CC) se ha mantenido en rechazar la obra. En una rueda de prensa recordó lo ocurrido con el tranvía en algunas zonas comerciales, y sugirió alternativas para destinar los alrededor de 60 millones de la ampliación. Preguntado por las declaraciones del pasado año en las que el por entonces director insular de Fomento y Movilidad, Miguel Becerra -también de CC-, indicaba que la obra era "fundamental", Díaz aseguró que tras esas palabras hubo una respuesta municipal y que "quedó claro que eso seguía parado". Ya en 2015, el nacionalista Carlos Alonso había descartado la acción "a medio y largo plazo" debido a sus afecciones.

El líder del Partido Popular (PP) en La Laguna, Manuel Gómez, señaló ayer que esta formación "ha manifestado siempre que lo primero es elaborar un proyecto de movilidad y sostenible para toda la Isla". "Por supuesto que no admitiremos que se eliminen más de 100 comercios en La Laguna y que se ahogue una de las dos salidas que tiene la ciudad", defendió. Preguntada la opinión del tercero de los partidos de la oposición lagunera -Ciudadanos-, su Gabinete de Comunicación expresó que "el posicionamiento de Cs sobre este tema es a nivel insular".

Críticas hacia la obra

Diferentes colectivos del municipio celebraron días atrás una asamblea en la que acordaron una medida inicial contra la obra: desempolvar las banderas verdes que ya han utilizado en anteriores luchas en barrios como San Lázaro y Camino de La Villa. En el encuentro también abordaron otras acciones que quedaron pendientes de decidirse en una siguiente reunión. Entre ellas están la recogida de firmas, manifestarse, solicitar un pleno monográfico e informar individualmente a los vecinos que podrían sufrir expropiaciones.

La presidenta de la Cooperativa del Campo La Candelaria, María Candelaria Rodríguez, expresó que la posición de los comerciantes de San Benito "es clara de no al tranvía". El sector del taxi, las asociaciones Casco Histórico y San Lázaro, o un representante sindical de Titsa fueron otros de los actores presentes en la cita y que mostraron su discrepancia, al igual que ciudadanos que asistieron a título particular. "¿Quién está demandando ese servicio ahora?", se preguntó la vicepresidenta de Casco Histórico, Laly Gil. Ese planteamiento de que no es necesario es uno de los principales que esgrimen los críticos, que también se refieren al perjuicio a los comercios; el impacto de la obra; el "estrangulamiento" en una de las entradas al casco; el peligro para elementos históricos como la capilla de la Cruz de los Plateros, una vivienda de varios siglos situada en la TF-152 o el viacrucis de San Lázaro; las expropiaciones, y el gasto económico. Asimismo, y como alternativa, mantuvieron que sería preferible crear un carril bus.

Aunque ha habido otras actuaciones contestadas y después exitosas -como la peatonalización del centro de La Laguna-, los contrarios ven aquí un riesgo alto al no ser reversible. En esa línea, el gerente de la asociación comercial Alapyme, Julián González, destacó el peligro "no calculado" de que comercios se puedan "venir abajo". "En su mayoría son autónomos, que están dando empleo de media a tres o cuatro personas", advirtió, al tiempo que dijo que este medio de transporte recorrerá un trayecto reducido. "Lo que han dicho hasta ahora no da respuestas ni garantías", afirmó.