Agradecimientos, peticiones y saludos se sucedieron durante esta jornada de dsábado 15 en la casa de Sor María de Jesús. La Siervita de La Laguna vuelve un año más a reunir a cientos de personas que no quieren perderse este día en el que se conmemora el fallecimiento de esta monja natural de El Sauzal y cuyo cuerpo ha quedado incorrupto desde su fallecimiento en 1731. La religiosa recibe en esta ocasión la visita de más feligreses de lo normal y es que esta celebración coincide este año con el fin de semana, lo que ha provocado que mucha más gente de lo habitual haga cola ante el convento lagunero de Santa Catalina de Siena.

Además, en esta ocasión habrá dos días seguidos de visita puesto que el recinto siempre abre sus puertas el domingo siguiente a la peregrinación para que acudan todas las personas que así lo deseen, y este año se da la circunstancia de que eso sucede en dos días consecutivos. De este modo, se ha establecido un dispositivo especial que incluirá la prohibición de acceso al tráfico rodado en las inmediaciones de la plaza del Adelantado y que se prolongará entre las siete de la mañana y a las nueve de la noche durante los dos días del fin de semana.

En esta ocasión se celebra el 289 aniversario del fallecimiento de la Siervita Sor María de Jesús y para ello el convento lagunero de Santa Catalina de Siena ha abierto sus puertas desde las seis de la mañana. Además, a las cuatro de la tarde de este sábado tendrá lugar uno de los momentos más emotivos de la jornada, con la celebración de la ofrenda floral conjunta de los alcaldes y concejales de El Sauzal y La Laguna, los municipios en los que nació y falleció la Siervita, respectivamente. A pesar de que el convento de San Catalina permanecerá abierto hasta las nueve de la noche, han sido muchas las personas que hicieron cola desde bien temprano aprovechando, además, el buen tiempo del que se puede disfrutar en Aguere.

Pilar Pérez vive en Santa cruz de Tenerife y acude desde hace 15 años a esta cita anual. "Fue una tía de mi marido la que me inculcó la fe por la Siervita", relató esta vecina, quien afirmó que "nunca he visto nada con mis propios ojos pero es algo más espiritual, algo interior". Pérez llegó acompañada de su amiga María Cano, que acudió a esta vista por primera vez para seguir el ejemplo de su amiga, que hace cola cada año, "llueva o haga frío. De hecho un año, hacía tan mal tiempo que la Cruz Roja se puso a repartir chocolate entre todos los que estábamos esperando, pero nadie abandonó la cola", recordó Pérez.

José Manuel Gutiérrez e Irene González llegaron desde La Orotava junto a sus amigos Felipe García y María Candelaria León, de Santa Cruz de Tenerife. Todos ellos llevan más de 20 años visitando La Laguna cada 15 de febrero para "pedir algunas cosas y agradecer otras", explicaron. Desde que enfermó un familiar Gutiérrez y González acuden al convento lagunero y, "como ya somos mayores, aprovechamos para venir con calma y disfrutar del día en La Laguna".

Isabel Quintero es vecina de La Laguna y visita a la Siervita desde hace más de 30 años. "La primera vez que vine fue porque me operaron de la vesícula y, cuando estaba en el hospital, una voluntaria me entregó una estampita de Sor María de Jesús. Desde entonces, vengo cada año a pedirle y a agradecerle", indicó.

Domingo Ruiz pasó la mañana dentro del convento, comprobando que la jornada se desarrollara con normalidad y avanzó que durante la tarde se incrementará el número de personas que visitarían a la Siervita. "Cada año nos visita gente llegada de muchos lugares diferentes, desde La Palma o Lanzarote llegan guaguas, por ejemplo", explicó, así como "madres y padres que llevan viniendo tantas veces como años tienen sus hijos y vemos cómo les explican quién es la monja incorrupta y ves en su cara la alegría y la sorpresa al llegar".

Desde hace un tiempo, todos los que visitan a la Siervita tienen la oportunidad, además, de pasar más tiempo en el convento de las Catalinas. Y es que la apertura del espacio expositivo en este recinto, así como la tienda de recuerdos, alargan la jornada para los peregrinos llegados desde cualquier parte del Archipiélago. Sin embargo, muchos de ellos no solo se van con las manos llenas sino que también llegan con presentes, tanto para Sor María de Jesús como para las monjas de clausura del convento. Todos aquellos que no pudieron presentar sus respetos a la monja más querida de La Laguna, tendrán la oportunidad de acudir en la jornada dominical al convento de Santa Catalina, que cada año por estas fechas abre sus puertas para recibir a todos los creyentes de las Islas.