El informe policial del incendio que afectó el 4 de octubre al Ateneo de La Laguna baraja la acción humana en el origen de las llamas. Esa es una de las conclusiones del documento, al que ha tenido acceso EL DÍA. En la investigación se califica este siniestro como un incendio estructural simple, sin explosiones, de combustión tipo A (fuego de materia sólida con formación de brasas debido a la presencia de madera, paja o tejados naturales) y cuya energía de activación, o fuente de ignición, es desconocida al no ser localizados restos sospechosos en el medio de ignición. En la inspección ocular no se halló la presencia de acelerantes. Los investigadores señalan la aparición entre los restos de una bombona de propano y un soplete, y los testimonios de personal del Ateneo reconocen que el día antes de declararse las llamas se estaban haciendo unos trabajos en el techo del edificio de impermeabilización, de los que se tenía un permiso "verbal", según uno de los directivos del Ateneo. Pero los agentes concluyen que fue un siniestro accidental.

Un foco principal. El equipo de investigación localizó el foco principal del incendio entre la viga de refuerzo y la viga de amarre situada en medio de las dos crujías -espacio arquitectónico que se ubica entre dos muros de carga, dos alineamientos de pilares (pórticos) o entre un muro y los pilares alineados contiguos-, exactamente, en la parte superior izquierda de la pared, y a una altura de 3,81 metros del suelo. Debido a la destrucción total de los componentes de madera de la pared y de otros materiales almacenados, fue imposible determinar la fuente de calor o ignición que originaron las llamas. En el informe, no obstante, se hace referencia a un hecho que tiene que ver con el día, la hora de inicio de la incidencia y una actividad de mantenimiento del edificio ubicado en el número 3 de la plaza Fray Albino de La Laguna (presencia de varios operarios en la cubierta). A partir de esos datos "no se descarta una contribución humana en el inicio del mismo", aparece reflejado en la documentación aportada por un experto de la Brigada Local de Policía Científica. Lo que sí descartó de entrada fue una incidencia eléctrica como causa principal del fuego que acabó destruyendo parcialmente el Ateneo.

Instalación eléctrica. Durante el recorrido por la segunda planta del edificio se analizaron las conexiones a la red eléctrica de unos altavoces y un ventilador sin que se encontrara nada sospechoso. Esta revisión se amplió al cableado sin que se apreciaran puntos de afectación externas o por sobrecalentamiento interno. Eso sí, aparecieron señales de depósito de humo y calor externos que en ningún caso eran compatibles con una anomalía desencadenada por una incidencia eléctrica.

Sistemas contra incendios. El Ateneo de La Laguna estaba protegido contra el fuego por un sistema cerrado de alarma con detectores de humo, disponiendo únicamente de una serie de extintores que se distribuían en diferentes puntos de cada planta. Los especialistas del Cuerpo Nacional de Policía que reconocieron el edificio reflejaron en el informe que en el caso de que se hubiera registrado un fallo atribuible al consumo de electricidad de forma inmediata se habrían activado los sistemas de protección eléctrica, magnetotérmicos e interruptores generales instalados en distintos cuadros cortando el suministro, hecho que no se dio durante el incendio. Este dato quedó verificado al cien por cien en el momento que se certificó que el fuego se inició en el falso techo y la cubierta, un espacio en el que no se encontró ningún tipo de canalización eléctrica que pasara por la zona.

Una bombona y un soplete. A la hora de recuperar pruebas, dos objetos centraron buena parte de la atención de los investigadores: una bombona de propano y un soplete. El primero contenía 11 kilos de una solución para consumos que necesitan un alto poder calorífico (con dimensiones de la bombona de butano tradicional, pero un poder calorífico superior ya que la temperatura de su llama es de 1.995º C). El segundo vestigio, un soplete fabricado por Siervert, tenía un regulador de gas de 2 bares (un bar es una unidad de presión, equivalente a un millón de barias, aproximadamente igual a una atmósfera) y una manguera de dos metros de longitud. Ese material lo llevaron al Ateneo de La Laguna los operarios -en el informe, que contiene 31 páginas, se hace referencia a que se les vio trabajando en la cubierta en las horas previas al incendio- de la empresa contratada para realizar unas labores de mantenimiento.

Cuatro informes. En la recopilación de datos posterior al incendio se hace mención a la documentación aportada por un arquitecto técnico de Impermeabilizaciones Maviju SLU, de los informes de JS Feuer SL de instalación de protección Contra Incendios, el atestado del Consorcio de Bomberos -en el entorno de la Catedral se desplegaron los indicativos 518, 533, 159 y 556- y el informe de la Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento de La Laguna. El 14 de noviembre, asimismo, la Brigada de Policía Científica reclama el informe de valoración del inmueble realizado por los técnicos municipales del área de Urbanismo que acudieron al lugar de los hechos para determinar que era necesario desalojar el edificio porque había un peligro inminente de derrumbe. Con la misma fecha se reclamó el expediente del edificio en el que consten los comunicados o licencias que se han tramitado entre el 1 de enero de 2010 y el 4 de octubre del año pasado.

Ejecución de obras. Para realizar una obra menor (reforma, reparación o mejora) o mayor dentro del perímetro del Conjunto Histórico se debe tramitar una licencia presentando la documentación oportuna en el registro de la Gerencia de Urbanismo (Artículo 198). Una vez se haya requerido el permiso la autorización se otorgará o denegará por escrito, especificándose las obras autorizadas y las condiciones que deberán cumplir sobre la base de las disposiciones establecidas en las fichas de las Ordenanzas de Protección (Artículo 199). En base a esa reglamentación, la Policía Nacional pidió si para la realización de las obras de impermeabilización que se realizaron los días 2, 3 y 4 de octubre de 2019 en el Ateneo de La Laguna era preciso contar con licencia de obra menor. En el caso de que esta fuera necesaria, la Policía solicitó que esta le fuera remitida para verificar las fechas y las características de las obras a desarrollar.

Recogida de testimonios. A lo largo de la investigación se tomó testimonio a personas que tienen relación con el día a día del Ateneo, al representante de la empresa que estaba acometiendo unas reformas en el inmueble o vecinos que fueron testigos del incendio que dañó la segunda planta y el salón de actos. También se enviaron al laboratorio muestras obtenidas entre las cenizas que arrojaron como principal novedad que no se dieron combustiones anormales de la madera que indiquen la existencia de sustancias acelerantes.

Maviju S.L.A. En la comparecencia de David Méndez Abreu, responsable de Maviju S.L.A., en dependencias policiales, este manifestó "que en dichos trabajos, los cuales comenzaron el miércoles 02/10/2019, se iniciaron con una fase de sustitución de canalón y la aplicación de una pintura epoxi (impermeabilizante). Que ya el jueves día 03/10/2019 se comienza a trabajar con tela asfáltica y se finalizan a las 12:30 de ese mismo día, en una cubierta concreta bastante alejada del tejado que se desplomó. Que el viernes día 04/10/2019 se continuaron los trabajos en la citada cubierta, ya sin utilizar ni tela asfáltica, ni soplete, dedicándose únicamente a sellar los bordes de la tela asfáltica a las paredes para evitar filtraciones, utilizando para ello perfiles de aluminio y tornillería para fijarlos, siendo necesario únicamente un taladro, ni herramientas que pudieran generar algún tipo de chispas o fuego que pudiera haber ocasionado el incendio, finalizando dichos trabajos a las 12:00 horas, según figura en el correspondiente parte de trabajo", declaró.

"Fuerte olor a asfalto". Orbelinda Isidra Bermúdez Domínguez, administrativa del Ateneo, manifestó en relación a lo ocurrido "que el día anterior al siniestro comenzó la impermeabilización de la cubierta del edificio, para lo que se hizo necesario el uso de tela asfáltica...". En este sentido, en las diligencias se menciona que "nota como un gas y un fuerte olor a asfalto y que además en el interior del edificio se notaba calor, pero que lo achacó al calor ambiental". Ceferino Brito Arencibia, tesorero de la institución lagunera, declaró, al ser preguntado para que dijese si se solicitó el permiso al Ayuntamiento de San Cristóbal de La Laguna para realizar la citada obra, que "se informó de forma verbal, no poniendo ningún impedimento desde el consistorio al tratarse de una obra menor".

Reconstrucción. "En base a lo observado en la inspección técnica, a lo deducido de la observación de las marcas de fuego, a los datos proporcionados por diferentes entidades, así como de la información obtenida de la declaración del responsable de la obra, de la secretaria-administradora presente en la escena de los hechos, se puede establecer de forma deductiva la secuencia de hechos que nos permita evidenciar la trayectoria y desarrollo del mismo desde su origen hasta su extinción", se recoge en el epígrafe titulado Reconstrucción fásica del incendio. A continuación, el documento expone que, "dadas las características de la construcción en su cubierta (falso techo, cámara sin respiración y cubierta), la mayor parte de las fases del incendio tuvieron desarrollo en el propio espacio de la cámara, por lo que es en dicha cámara donde se encuentra la mayor parte de afectación por humo y calor". Se plantea a renglón seguido que los "horizontes de humo y calor" que están por debajo del falso techo son producidos por el colapso y la caída de los materiales que conformaban la cubierta y que en el momento del derrumbe estaban ardiendo. También se menciona, "siempre en el terreno de la hipótesis", la posible "aplicación directa de llama sobre la madera que formaba parte de la estructura de la cubierta" y que el fuego no se llegó a extender al resto de las plantas "debido a la rápida actuación de los bomberos".

Inspección ocular. La inspección técnica policial llevó a que, a las 17:00 horas del día de autos, un funcionario del Cuerpo Nacional de Policía (CNP), diplomado en investigación de incendios, se personase en el lugar del siniestro y, desde el exterior de la zona acordonada, efectuase una "minuciosa observación" del edificio afectado directamente por el incendio, recoge el informe, en el que también se añade que se realizó un amplio reportaje fotográfico. "En aquel momento, la zona de acordonamiento que, por motivos de seguridad habían dispuesto responsables municipales, incluía todo el ancho de la vía, excepto la acera contraria, en un amplio tramo anterior y posterior al edificio afectado. Igual dispositivo de seguridad, controlado por Policía Local, se hallaba dispuesto en la esquina de la calle Obispo Rey Redondo", relata el trabajo policial. El profesional comprobó que en la parte superior ya faltaba la cubierta, así como que de ella se conservaba únicamente, "y muy afectada por el fuego", una viga transversal que divide la planta y que hace de sustentación de la cubierta por su parte más próxima a las escaleras. Mientras que en las dos plantas inferiores no se apreciaban daños por el exterior, en el interior sí se detectaban los efectos del agua. "De los dos edificios colindantes, el de la derecha, correspondiente al número 1, tiene daños por humo en la fachada exterior en el lado más próximo al siniestrado. El de la izquierda, número 4, presenta afectación por humo", continúa la descripción.

Los daños interiores. En la indagación policial dentro de la sede del Ateneo se observó en la planta baja, entrando por la puerta principal a la edificación, daños por agua, así como en los locales existentes a ras de suelo. "En esta planta no se aprecian horizontes de humo ni de calor", se apunta. Por su parte, la primera planta presentaba los mismos daños que la baja por el agua que se filtró por el techo y, al igual que ocurría en la otra, no se localizaron huellas de humo. Se determina más adelante: "No se han detectado anomalías o signos relevantes para el desarrollo de la investigación del incendio en las plantas mencionadas". Diferente situación es la del segundo nivel del edificio: "Entrando en esta planta a través de las escaleras centrales se observa una gran destrucción de los paramentos verticales, se observa colapso de parte de la cubierta superior más próxima a la fachada, con mantenimiento de la arquería que sustenta parte de la cubierta". Se pone de relieve en otro párrafo que las vigas y pilares de madera de mayor sección que formaban parte de la estructura del edificio son de "pino tea", mientras que el resto de la estructura era de madera de riga. "Las vigas de la planta baja de madera mantuvieron su capacidad de resistencia intacta, permaneciendo en pie soportando la caída de los cascotes de las plantas superiores. El hecho de que no estuvieran sometidas a altas temperaturas favoreció que conservaran su resistencia", se indica.

Una marca en forma de 'V'. En el desescombro, siempre según el documento policial, se halló, como consecuencia de un foco secundario en el muro lateral izquierdo, una marca con forma de V en la superficie vertical. El informe agrega que "en el listón de refuerzo de la pared se observan daños por fuego en la mayor parte de su estructura, pudiendo distinguir una primera afectación que va desde la cumbrera hasta el listón de refuerzo situado sobre la arquería que divide la sala, comprobando que la afectación de fuego en esa parte es anterior al colapso de la cubierta".

Edificio de 1920. El Cuerpo Nacional de Policía considera que las circunstancias anteriores son las que envolvieron uno de los grandes incendios que se han producido en las últimas décadas en el casco histórico de La Laguna y que supuso serios daños para un edificio levantado en 1920. Este, cifra el trabajo realizado por el CNP, se ubica en una parcela de 257 metros cuadrados. Conformado por tres plantas, suma una superficie construida de 705 metros. Se caracteriza por una arquitectura simétrica, donde en los vanos predomina la verticalidad sobre la horizontabilidad, y con una fachada austera. En ella se pueden observar 15 vanos, de los que 10 corresponden a las ventanas de los pisos superiores, al tiempo que en la planta baja hay tres puertas y dos ventanas -"una de ellas es utilizada como escaparate", apostilla el escrito elaborado por la Policía-. El texto aborda incluso los detalles: "El hueco de estas ventanas está conformado por una estructura de madera. En su exterior están compuestas por un marco liso de madera. Todas las ventanas tienen un acristalamiento exterior de guillotina, exceptuando la ventana central del piso superior, que consiste en dos hojas acristaladas abatibles. La puerta de madera que da acceso a la Asociación Ateneo está compuesta por dos hojas, cada una de ellas contiene seis filas de cojinetes en secuencia 2-2; con un tipo de ornamentación geométrica. Ambas hojas tienen pomos metálicos".

Planta a planta. El documento entra en los pormenores de cada una de las alturas del inmueble. En los bajos se encontraban dos locales: uno de restauración, con una superficie de 152 metros cuadrados, y otro dedicado a ropa deportiva, con 103 metros construidos. Esta planta "presenta carpintería de madera en ventanas y puertas; el pavimento es de loseta hidráulica; las paredes, enfoscadas y pintadas, y el acabado del techo es con placa de escayola y cáñamo". La siguiente muestra una superficie de 255 metros cuadrados destinados a oficinas, y se compone de tres zonas conectadas por un vestíbulo, donde desemboca la escalera. La zona más afectada de todo el edificio, la segunda planta, está compuesta por 195 metros cuadrados que se destinaban a actos culturales.

El futuro, en el aire. Han transcurrido tres meses desde que la cubierta quedó arrasada por el fuego. En los días posteriores al siniestro hubo contactos entre instituciones públicas y con el Ateneo. Concretamente, la principal opción que se barajó poco después del suceso fue la cesión del edificio, que pasaría a ser de propiedad municipal, en un acuerdo en el que el Ayuntamiento de La Laguna, el Cabildo de Tenerife y el Gobierno de Canarias se encargarían de la rehabilitación. Lo que ocurrió, ya en noviembre, fue que el Ateneo agradeció la colaboración de las administraciones, defendió su autonomía y pidió partidas en los presupuestos de este año. Tres meses después del 4 de octubre, el futuro continúa hoy en el aire.