El vigésimo aniversario de la declaración del casco lagunero como Patrimonio Mundial de la Humanidad ofrece desde el viernes unas jornadas de puertas abiertas del Museo de Arte Sacro del Monasterio de Santa Clara, una joya patrimonial en plena ciudad antigua, de esas que a veces pasan desapercibidas para el ciudadano local pero que encierran siglos de riqueza histórica. La iniciativa, que coincide con la semana de los principales actos del programa que se ha elaborado con motivo de esta efeméride, permite una visita gratuita -hasta el miércoles, en horario de 11:00 a 13:00 y de 16:00 a 19:00 horas- para todos los públicos, desde aficionados a este tipo de piezas a las familias.

Con entrada desde la calle Viana, el recinto propone un recorrido por gran parte de los bienes de mayor valor con los que cuenta el convento de Santa Clara de Asís, un edificio con categoría de Bien de Interés Cultural (BIC) y que hunde sus raíces en el siglo XVI, y que es como un mundo aparte en mitad del ajetreo y el dinamismo comercial del casco lagunero. En concreto, el museo ocupa un sector amplio de ese conjunto conventual, en el que viven monjas franciscanas de clausura.

La información que se encuentra a la entrada permite, especialmente a los menos versados en la materia, afrontar este paseo por el arte sin perderse. "El contenido artístico procede del propio convento, la mayor parte constituido por pinturas; la escultura, aunque en porcentaje menor, ofrece interesantes piezas tanto de talleres canarios como foráneos, destacando las de reducidas dimensiones; la platería, los textiles y antiguos documentos configuran otro interesante capítulo", recoge. "La mayor parte de estas obras expuestas fueron realizadas en los siglos XVII y XVIII, y hacen referencia, evidentemente, a la Orden de San Francisco de Asís, fundada en 1223 bajo el pontificado de Honorio III", contextualiza.

Más en detalle, el museo abrió sus puertas el 16 de mayo de 2013 y ofrece siete amplias salas y distintos corredores. Es el resultado de las obras que, a partir de 2010, y debido a las malas condiciones en que se encontraba el convento, se llevaron a cabo para su restauración y recuperación. En ese punto se decidió que un espacio se dedicase a un uso museístico.

La actividad que se ha puesto en marcha incluye tanto el acceso gratuito a las dependencias del museo como al patio del convento, al igual que a la proyección de un audiovisual que relata el ayer y hoy de la vida conventual. Sin embargo, el eje central de la actividad se encuentra en el recorrido por hasta siete salas.

La denominada Regina Coeli está dedicada a la Virgen María, especialmente bajo la advocación de la Inmaculada, dado que fue la orden franciscana la que abanderó la defensa de este dogma, definido finalmente por el papa Pío IX, en 1854. "También se puede contemplar otras versiones marianas tanto en pintura como en escultura", recoge la información.

La siguiente parada es la Orden Seráfica, que recibe ese nombre porque así se le conoce también a la Orden de San Francisco de Asís. Propone diversas obras sobre el fundador del referido grupo religioso y de Santa Clara de Asís. "Contiene repertorios escultóricos y pictóricos de San Antonio de Padua, San Buenaventura, San Diego de Alcalá, San Pascual Bailón; reliquias, objetos propios de la vida conventual y, sobre todo, la interesante colección de las llamadas Venerables, algunas de ellas obras de Juan de Miranda (1723-1805), constituyendo así uno de los conjuntos de esta naturaleza poco frecuentes en los museos hispanos de carácter religioso", expone el tríptico de apoyo para el visitante.

Más temática franciscana

A continuación llega ¿Quién como Dios?, que supone una continuación de la temática franciscana. "Esta sala acoge un número de piezas variadas que nos hablan de las devociones particulares de las religiosas que a lo largo del tiempo han vivido en el convento", se señala en el material. Destacan las pinturas Sagrada Familia, Divina Pastora, El Salvador... y esculturas de pequeño tamaño como las del Niño Jesús, Reyes Magos y diversas santas pertenecientes a la Orden Seráfica. Sobresale una obra en madera policromada de San Miguel Arcángel. La estancia posterior, de tamaño más reducido, se llama Corpus Christi y reúne una muestra de orfebrería (cálices, custodias, incensarios...) procedentes de distintos talleres, "especialmente americanos y canarios, destacando la producción lagunera del siglo XVIII".

En Redención se pueden contemplar obras relacionadas con la Pasión de Cristo, mientras que De Profundis se ubica en un antiguo paso que permitía la entrada al comedor. Hoy está destinado a sala de exposiciones, conciertos, conferencias... "Sobresale, indudablemente, el interesante manifestador (altar) de plata repujada del siglo XVIII, que estuvo presidiendo la iglesia del convento", destacan desde el museo. Además, existen distintas muestras textiles pertenecientes al ámbito litúrgico, tales como casullas, capas pluviales, frontales, guiones..., que ponen de relieve "el incalculable valor histórico conservado por las religiosas clarisas en sus dependencias".

Esta iniciativa ha sido organizada por el monasterio de Santa Clara y la Concejalía de Patrimonio Histórico del Ayuntamiento de La Laguna, cuya titular, la edil Elvira Jorge, apuntó el viernes que esta acción "supone una oportunidad magnífica para conocer uno de los museos de arte sacro más importantes de Canarias y una de las joyas del patrimonio monumental de nuestra ciudad". Además, agradeció "la disposición de las monjas clarisas a la hora de sumarse al programa organizado con motivo del XX aniversario de la declaración de La Laguna como Patrimonio Mundial".