La iglesia de San Agustín, en la calle del mismo nombre, ardió en 1964. El pasado viernes lo hizo el Ateneo, una institución cultural y señera del casco de La Laguna. En medio, 55 años, un amplio desarrollo de las posibilidades contraincendios y otra desgracia patrimonial más que completa este triángulo negro en Aguere: la sede del Obispado de Tenerife sucumbió a las llamas en 2006. Tres siniestros con paralelismos obvios y que causaron sendas desgracias patrimoniales.

San Agustín, año 1964. El fuego hizo acto de presencia el 2 de junio de 1964 alrededor de las 16:00 horas. Hubo intentos iniciales por salvar obras de arte del templo, pero la magnitud de las llamas demostró pronto que había poco que hacer. La iglesia quedó completamente destruida. Según las crónicas de entonces, se produjeron conatos de incendio, a consecuencia de chispas, en unos almacenes de la calle Tabares de Cala, así como en una palmera de la plaza de la Catedral.

El edificio, que data del siglo XVI, había sido fundado por los agustinos fray Andrés de Goles y Pedro de Cea, que llegaron a Tenerife con Alonso Fernández de Lugo. En La Laguna: guía histórica y monumental, el escritor e historiador Alejandro Cioranescu describe un recinto con luces y sombras estilísticas: "La iglesia de San Agustín tiene el aspecto de todas las iglesias canarias de tres naves. Es, sin embargo, de las más espaciosas, siendo la de mayor capacidad de la ciudad; pero adolece del mismo defecto de la poca proporción de sus demás dimensiones con la altura de sus naves. La arquitectura pertenece al siglo XVIII y no ofrece rasgos dignos de atención (?)".

Las llamas de 1964 arrasaron con piezas artísticas de buena factura, como las imágenes de la Virgen de la Cinta, San Agustín, Santa Mónica o el Cristo de Burgos. El fuego quedó sofocado alrededor de las 19:00 horas, pero a partir de ahí empezó otro incendio que todavía perdura: el de su futuro. Una recogida de fondos que acabaron siendo destinados al Seminario Diocesano, tiempo de semiolvido y un concurso internacional de ideas en 2005 son parte de la historia posterior. Después vino la crisis y, ya en los últimos años, un anunciado proyecto de apertura de las ruinas con numerosas fechas para que saliese a licitación, pero que todavía espera.

El Obispado, año 2006. Las llamas volvieron a Aguere el 23 de enero de 2006 a mediodía. La policía cortó las calles aledañas a la sede del Obispado de Tenerife, en el número 28 de San Agustín, y comenzó una sucesión de camiones de bomberos circulando a toda velocidad en dirección a un edificio del siglo XVII que pasó a ser palacio episcopal en el XIX. La dimensión de las llamas llevó a que entrasen en escena los helicópteros, cuyo trabajo se prolongó durante horas y dejó imágenes de difícil olvido.

Una estufa fue el origen de la destrucción prácticamente total del inmueble, que cuenta con dos plantas y del que, sobre todo, destaca su fachada, con un remate central, unas gárgolas y un parapeto adornado con el escudo de mármol de la familia Salazar. Se trata de un palacio de estilo barroco que también combina elementos manieristas y neoclásicos. Tras la devastación que causaron las llamas fue restaurado con fondos de instituciones públicas, la Iglesia, empresas y particulares, y se procedió a su reinauguración en 2009. Lo ocurrido dejó la lección de la necesidad de contar con las mejores medidas contraincendios en estos inmuebles.

El Ateneo, año 2019. Esta cronología alrededor del fuego la completó hace apenas tres días el Ateneo de La Laguna, situado enfrente de la fachada de la Catedral, fundado en 1904, cuna de libertades. En torno a las 15:30 horas se desató el desastre. A partir de ahí, el resto... La parte positiva de este nuevo caso está en que la actuación de los bomberos permitió que los daños, aunque cuantiosos (el edificio se quedó sin techo), no fuesen tan trágicos como en anteriores episodios: por un lado, informaron desde el Ayuntamiento de que en principio la construcción no tiene daños estructurales; por otro, se han salvado hasta 178 obras de arte, algunas compuestas por varias piezas.

Será a partir de ahora cuando se determinen las causas, pendientes de que la Policía Judicial realice su correspondiente informe. El dato del que sí se dispone desde el viernes, y confirmado el sábado por la Subdelegación del Gobierno, es que allí se realizaban unas obras de impermeabilización precisamente en el tejado, por lo que la lógica lleva a situar esto y el uso de un soplete como principal causa del comienzo del incendio que debería cerrar el círculo. Pero habrá que esperar a los informes oficiales.