De las piezas de arte plástico que se custodiaban en el edificio del Ateneo de la Laguna, al menos 178 consiguieron recuperarse de las llamas, trasladándose a las dependencias del Archivo Histórico Provincial. Tras un primer análisis, diez de ellas parece que han sucumbido a los efectos del fuego, mientras otras han sufrido desperfectos por la acción del humo y el agua y se someterán a un exhaustivo proceso de rehabilitación. Así lo aseguraba ayer el presidente de la institución cultural lagunera, Claudio Marrero, tras visitar las instalaciones del Archivo, lugar donde se custodian las obras que se han salvado del incendio.

Marrero sostiene que, más allá de las pérdidas materiales que han afectado al edificio, aún permanece vivo el espíritu de una sociedad centenaria. A propósito señaló que "con ser importantes, las obras de arte hay que considerarlas como lo que son, objetos", frente a la "grandeza que representa una sociedad como el Ateneo de La Laguna", con un ideario que pervive en el tiempo, por lo que se muestra convencido que va a contar con el espacio y la oportunidad para reponer sus fondos artísticos.

No perdió ocasión para elogiar el trabajo desarrollado por el personal del Archivo, su implicación en el traslado, el embalaje y la catalogación de los fondos, además de su aplicación en procurar las condiciones precisas de humidificación para la correcta preservación de las piezas.

Desde su nacimiento en 1904, el Ateneo de La Laguna se ha significado como una sociedad orientada al fomento de "la cultura, defendiendo y desarrollando iniciativas provechosas en el campo científico o el cultivo del arte".

A través de las exposiciones que se han sucedido a lo largo del tiempo, la institución ha ido conformando un fondo artístico propio. Tal y como señala Celestino Hernández en el trabajo titulado El fondo de Arte del Ateneo de la Laguna, "llama la atención que desde su fundación y hasta 1975 (...), no son más de treinta y cinco las obras incorporadas". Si bien este estudioso explica que el patrimonio artístico del Ateneo de La Laguna es, sobre todo, "resultado de buena parte de la generosidad de los artistas, mediante la donación de una de sus obras como contraprestación a la cesión del espacio expositivo", explica.

De esta manera, el fondo de esta sociedad se muestra como testigo de una historia de la plástica en el siglo XX, desde las vanguardias que marcaron la primera mitad de aquella centuria, a las relecturas y el mestizaje que sucedieron a la posmodernidad. "Desde los ismos históricos hasta la vuelta de la figuración, a partir de los ochenta, y, progresivamente, la aparición de los neos o los nuevos ismos", subraya Celestino Hernández.

Lo cierto es que cada autor y cada obra integrantes de este fondo representa en sí misma un pedazo de historia del arte. En este sentido, figuran en el Ateneo de La Laguna nombres significativos de la creación plástica en las Islas, como el caso de Antonio González Suárez, una de las figuras cumbres de la acuarela canaria, así como también Jesús Ortiz y Vicky Penfold, además de Manolo Sánchez o Martín Bethencourt.

Igualmente, está presente Pedro González, acaso el máximo exponente de la renovación del arte de posguerra en Tenerife, que expuso en el Ateneo en 1990, destacando asimismo Lola Massieu, una de las figuras consideradas claves en la renovación plástica.

De la denominada Generación del 70, en la colección del Ateneo figuran varios de sus artistas más destacados, como es el caso de Luis Alberto, Fernando Álamo o Juan José Gil, y otros cercanos a ellos como Francisco Orihuela.

La institución también ha incorporado a su fondo a figuras que transitaban por entones en los límites de la expresión plástica, caso de Javier Eloy, Adrián Alemán y otros como Pilar Novo, Rufina Santana y Ascensión Moratinos.

Desde la segunda mitad de la década de los ochenta y en adelante, el Ateneo ha sido depositario de las obras de significados artistas: Antonio del Castillo, Carlos Schwartz, Sema Castro, Emilia Martín Fierrto, Óscar Lorenzo o Amelia Pisaca, entre otros.

La variedad de técnicas y planteamientos también es amplia y va desde las pinturas al óleo, acrílicos, técnica mixta, dibujos, grabados, fotografías en blanco y negro y color, además de formatos cercanos a los nuevos medios.

En resumen, se puede afirmar que el Ateneo de La Laguna ha venido atesorando uno de los patrimonios artísticos más relevantes del Archipiélago.