Poner un pie en Valle de Guerra anoche era suficiente para percibir la pasión con la que este pueblo vive la Librea, un auto sacramental que conmemora la batalla de Lepanto de 1571 y que se convierte en una cita ineludible para sus vecinos. Aparcar, una heroicidad; los coches, en cualquier lugar. Y la plaza llena a rebosar para presenciar un espectáculo que ayer vivió su edición más femenina, dado que han alcanzado el 40% de mujeres que participan en la representación, si bien hace una década no había ni una sola fémina que se encargase de un papel destacado.

"¡Avante los galeones! ¡Al abordaje! ¡Fuego!", resonó para poner el punto de arranque a la representación. Había una llovizna fina, pero como si ni existiera. Se oyeron entonces los primeros acordes de la banda de música y empezó el desfile de los personajes, al tiempo que un galeón se movía sobre la plaza. A partir de ahí, una cita con el hilo conductor de siempre y alguna novedad.

Uno de los cambios principales fue que Miguel de Cervantes, que es el narrador, y que hasta la actualidad siempre había actuado en solitario, lo hizo acompañado. Y no por personajes sin más, sino precisamente por varias mujeres, que, como quiera que la escena no se había realizado en anteriores ediciones, son de nueva incorporación: Catalina de Salazar, su esposa; Andrea y Magdalena, sus hermanas, así como tres criadas.

Juan de Austria, el líder de la liga cristiana; Alí Baja, su homólogo de la escuadra turca, Felipe II, el papa Pío V, María la Bailadora... volvieron a ser la columna vertebral de un auto de vestimentas cuidadas, juegos de luces y hasta fuegos artificiales. Todo ello ante la Virgen del Rosario, la patrona de la zona, que recibió los vivas correspondientes al comienzo de la cita, pasadas las 22:00 horas.