El 7 de octubre de 1571 se libró la mítica y trascendental batalla naval de Lepanto entre la escuadra cristiana, liderada por Juan de Austria (encarnado por Nelson Domínguez), y la escuadra turca, encabezada por Alí Bajá (representado por Guillermo López). En ella está documentado que participaron soldados canarios liderados por el capitán palmero Francisco Díaz Pimienta (interpretado por José Luis López), cuyos restos yacen en la iglesia de El Salvador de la capital palmera.

Al regreso de la batalla de Lepanto la tradición popular atribuye al capitán Francisco Díaz Pimienta la creación, a mediados del siglo XVI de una ermita en agradecimiento a la Virgen de El Rosario por la ayuda intangible que le fue prestada en la victoria de la Liga Santa cristiana frente al imperio otomano, a la que rendirían honores los soldados de la compañía de milicias de Puntallana, Barlovento y San Andrés y Sauces.

El sábado pasado, la Librea de Valle de Guerra volvió a recordar esta efeméride gracias al vínculo que le une a la Virgen de Nuestra Señora de El Rosario. Ante una multitud que podemos cifrar en unas 2.500 personas, la mitad sentados, y la mitad de pie, se desarrolló el auto sacramental, dirigido por Burka Teatro.

Tras la comitiva de la Virgen de El Rosario, se representó la primera escena, en la que un Cervantes sexagenario, ya canoso, rodeado de su esposa Catalina de Salazar (encarnada por Cori Pérez), sus hermanas y sus tres criadas, recuerda su actuación en la crucial conflagración. El texto de Juan Cairós ha incorporado paulatinamente en el último lustro personajes femeninos hasta el punto que actualmente representan el 40%.

Después vinieron la escena del rapto de los niños cristianos, el baile de las turcas, el baile de máscaras y los prolegómenos del combate. El momento álgido se produjo a las 23:20 horas. Cuando los buques de La Sultana y La Real se abordan y sus respectivas tripulaciones luchan encarnizadamente, incluyendo a María La Bailadora (interpretada por Yaiza Báez), una mujer malagueña que camuflada de hombre batalló en el bando cristiano. Símbolo de los 290 navíos turcos y 208 galeras cristianas que lucharon dejando el mar teñido de la sangre de cerca de 40.000 soldados de ambos bandos.

El acompañamiento musical de la banda de música Nuestra Señora de Lourdes, dirigida por Samuel Hernández, la sección de cámara de la Coral Gaudim Cordis y los fuegos artificiales confirieron una mayor épica a la representación. No faltó el canto del "Ave María", interpretado por Chago Melián, que puso el colofón al auto sacramental. A renglón seguido un espontáneo vitoreó: "¡Viva la Virgen del Rosario!, ¡Viva la Librea! Preludio de la salida a escena de todos los participantes en el auto sacramental, que recibieron un largo y entusiasta aplauso de los asistentes.

El acto concluyó con una exhibición pirotécnica. Entre las autoridades asistentes al acto se encontraban Luis Yeray Gutiérrez, alcalde La Laguna; Yaiza López Landi, concejal de Cultura del ayuntamiento lagunero y Rubens Ascanio, primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de La Laguna.

Esta fiesta de carácter histórico y religioso refleja el sentir de un pueblo, que se vuelca durante meses en que todo salga a pedir de boca, desde infantes a senescentes, desde un niño de 3 años a una veterana de 61. Destacando la nutrida presencia de churumbeles y adolescentes que garantizan el futuro de la Librea de Valle de Guerra.