"Hola, ¿tienes un segundo?". Con ese recurso y con otros similares suele comenzar un abordaje al transeúnte por parte de los captadores de ONG que hace años que se convirtió en habitual en el casco lagunero. Entre quejas y la posterior moderación del problema se ha vivido en los últimos tiempos. Ahora se detecta un nuevo repunte en la insistencia, y la Asociación de Vecinos Casco Histórico pide que se actúe y, especialmente, que cumpla con la ordenanza de convivencia.

"Toda la ciudadanía tiene el derecho a transitar por el municipio de La Laguna sin ser molestada o perturbada en su voluntad, a circular libremente, así como a usar correctamente las vías y los espacios públicos". Así lo recoge el punto primero del artículo 18 del citado documento, que trata de conseguir la coexistencia pacífica y la protección de los bienes públicos municipales, y para el que se requirieron varios años de un trabajo en el que participaron diferentes entidades ciudadanas.

"Yo, lo que tengo que decir como representante de la asociación de vecinos es que nosotros trabajamos durante dos años en la elaboración de una ordenanza de convivencia que se debatió y consensuó, y que se aprobó por el Pleno, así como que la ordenanza claramente explica que esas prácticas no son autorizadas en La Laguna", expresó el presidente de Casco Histórico, Pablo Reyes, en declaraciones a este periódico.

El conocido dirigente vecinal señaló que existe una alternativa para no impedir la captación de socios para organizaciones no gubernamentales y que, al mismo tiempo, tampoco se moleste a los vecinos y visitantes: que pidan autorizaciones e instalen mesas o estands a los que los interesados puedan acercarse. "Lo que no puedes es estar permanentemente abordando a las personas, porque se tiene que poner uno un poco intransigente. Y es que, después, llegas a la otra esquina, te vuelven a abordar; llegas a la siguiente esquina, te vuelven a abordar...", lamentó.

Reyes indicó que las normativas están "para cumplirlas", así como que "la policía es la que tiene que hacer que se respeten las ordenanzas, porque, si no, ¿para qué se redactan?". Además, el presidente de la Asociación Casco Histórico planteó otro remedio: que, cuando el Consistorio firme convenios con ONG, quede recogido que no pueden llevar a cabo este tipo de prácticas. "Hay gente que va por otras calles para evitarlos", apostilló en referencia a los captadores.