Evitó el primer "baño" en Punta del Hidalgo

Luis Yeray Gutiérrez prefiere asociar sus principios socialistas a una cuna ante la imposibilidad de fijar esos principios a una edad concreta. "No sé con exactitud cuándo me hice socialista, pero ocurrió de niño", precisa sin que medie otra pregunta vinculada con el partido de la rosa. "Mi abuelo era un hombre de izquierda; de los que fueron perseguidos durante la etapa franquista. Recuerdo que me decía que en los años difíciles usaba la parte trasera de una mesa de noche para dejarle mensajes a mi abuela, que era la única que sabía interpretar aquellas confesiones encriptadas. Lo que él me contó y lo que yo he aprendido (con lecturas, estudios y algunas vivencias personales) acabaron por moldear mis pensamientos. Igual soy un iluso, pero sigo creyendo que es posible una mejor distribución de la riqueza", precisa un político que, aunque admite que no le sobra el tiempo, acaba de rescatar un libro que había dejado olvidado en el escritorio. "En estos momentos he retomado El Maquiavelo de León (José García Abad)? Me gustan las biografías", subraya para aclarar una lectura que trata varios aspectos de la vida personal y política de José Luis Rodríguez Zapatero. La figura de su abuelo paterno es, sin duda, uno de los referentes a los que suele recurrir cuando necesita tomar conciencia del logro que acaba de conseguir. "Una cosa es buscar este momento y otra bien distinta es verte en él, pero, una vez ha pasado, lo único que puedes haces es trabajar para no defraudar a los que han confiado en ti", sostiene en un momento de la conversación en la que cuenta cómo consiguió evitar el primer baño como alcalde en el último embarque de la Virgen del Carmen de Punta del Hidalgo. "Las tradiciones no se imponen", resume en referencia al diálogo que mantuvo con pescadores y surfistas para no acabar en el agua. "No es verdad que todos los alcaldes acabaran de esa forma. ¡Segura no fue al agua, Elfidio Alonso tampoco y Ana Oramas, menos?! Me mojaron y terminé enchumbado, pero sobre la barca".

Es posible que su faceta futbolística le permita ver las jugadas desde la trastienda; en la zona en la que se mueven los centrales. Campeón de Canarias con el Unión la Paz, Luis Yeray Gutiérrez admite que siempre ha sido más estratega que táctico. Pero ese no es el único deporte que ha atrapado la curiosidad del alcalde de San Cristóbal de La Laguna. El surf es otro de los entretenimientos de un joven nacido hace 33 años en el barrio de La Candelaria. "¡Ahora no me haga el chiste fácil, yo no voy a morir en la cruz!", bromea en relación al hecho de que hasta dentro de un par de meses seguirá compartiendo la edad de Cristo.

Socialista y religioso, una mezcolanza que no siempre asegura un buen empaste, Luis Yeray es el primer alcalde del extrarradio. "Es cierto que hasta la fecha ese era un cargo que parecía estar reservado a políticos con unos orígenes más nobles o residentes cerca del casco de La Laguna, pero mi concepto de ciudadanía es global: yo no creo en la existencia de laguneros de segunda o de tercera", incide un gestor que no oculta que ha crecido en una familia humilde. "Hijo de unos padres trabajadores", acentúa el mayor de tres hermanos, ese dato lo solía utilizar su abuelo para abrir un debate sobre la mayor o menor profundidad de los núcleos familiares de hoy en día. "Decía que una familia numerosa debía tener siete u ocho descendientes, no los tres o más que se requieren en la actualidad". Exalumno del Colegio Militar de La Cuesta, el relevo de José Alberto Díaz (CC) al frente del consistorio de Aguere -hacía 26 años que el bastón de mando no estaba en poder de un integrante del PSC-PSOE- no oculta que hace 50 días su vida dio un vuelco de 180 grados. "Mi vida ha pasado de ser la de un chico de 30 años a la de un alcalde de uno de los municipios más importantes de Canarias".

Gutiérrez sabe que ya no es el dueño de su agenda; que hay días que no tienen fin: "Sabía que esto iba a ser muy duro, pero la recompensa de tener la confianza de tantos ciudadanos contrarresta esos esfuerzos", explica un político que no tiene inconveniente en reproducir los mensajes que más le repiten cuando un desconocido/a le aborda en la calle. "Ánimo, fuerza, hay que seguir... ¡Ya era hora!". La gran mayoría me traslada esas cuatro ideas. Será una tarea ardua y compleja, pero estamos contentos con las primeras sensaciones".

"El alcalde y sus amigos". Ese es el grupo del WhatsApp que Luis Yeray Gutiérrez creó hace nueve años. "Tanto en casa como ellos conocían mi deseo de llegar a ser el alcalde de mi municipio", rescata sobre lo que comenzó siendo una anécdota y el paso del tiempo ha convertido en realidad. "Sigo conservando los amigos que hice hace unos cuantos años. Algunos de ellos se han casado, yo aún no, y tienen una familia. Hemos crecido juntos y en el camino han quedado días felices y otros algo más complicados... Todos cometimos alguna trastada alguna vez, ¿no? Lo pasado es pasado", cuenta en relación a ese código que deben proteger los amigos.

Con ellos (los amigos) la distancia se ha hecho un algo más larga desde que tomó posesión el pasado 15 de junio, pero también con sus padres. "Ahora voy menos a desayunar los domingos, pero cuando lo hago viene el hijo o el hermano, no el alcalde... Ese instante es el que aprovecha mi madre para recordarme que tenga mucho ciudado con las tentaciones", repite sin olvidar que "en las últimas semanas he recibido muchas palmaditas en la espalda y algunas palabras envenenadas. Muchos gestos que no son sinceros o por lo menos no los sentí cuando al PSOE las cosas no le iban tan bien como ahora", censura segundos antes de explicar cuáles fueron sus sensaciones al acceder por primera vez a su despacho como alcalde de la Ciudad de los Adelantados. "El silencio era proporcional a la responsabilidad que acababa de asumir, y mis primeros recuerdos fueron para los míos. Sobre todo, me acordé de mi abuelo, que era un socialista comprometido. Él tiene una culpa importante de lo que yo he conseguido. Al menos a la hora de moldear mis pensamientos".