Unas pintadas con un flamenco como protagonista aparecieron en la mañana de ayer al menos en el exterior de la parroquia de Nuestra Señora del Rosario de Fátima, en el Barrio Nuevo, y en varios puntos más de esta zona, así como en una de las puertas de la iglesia del Hospital de Dolores, en la céntrica calle San Agustín. Un símbolo anticapitalista, algunos garabatos y otros mensajes acompañaban al elemento central.

En el caso del Barrio Nuevo, la pintada fue realizada, además, sobre el asfalto de la calle Obispo Pérez Cáceres, mientras que un vecino aseguraba en las inmediaciones del templo que un vehículo también se convirtió en blanco de los vándalos y que había ocurrido lo mismo en un inmueble en la calle La Retama (en el barrio de San Honorato, en el otro extremo de la ciudad), como pudo comprobar este periódico.

Desde la Asociación de Vecinos Barrio Nuevo-Viña Nava mostraron su malestar a través de las redes sociales. "Semanas atrás fue la cruz, hoy las paredes y la puerta principal, que en días pasados fue pintada y arreglada", expresó el colectivo presidido por Juan Luis Marín, antes de añadir que ayer se procedió a informar a las autoridades y que desde la entidad ayudarán "en lo que sea posible" a la comunidad parroquial.

Mientras que el Obispado de Tenerife prefirió no entrar en valoraciones más allá de lamentar lo sucedido, el asociacionismo de La Verdellada, mediante la publicación El Verdeño, condenó el caso. "Este nuevo acto vandálico contra la parroquia ya se presume premeditado e intencionado, con el único ánimo de ofender y molestar a la comunidad cristiana del barrio", expresaron, y afirmaron que, cuando se produjo el ataque a la cruz en mayo, la policía local inició una investigación que condujo a varios residentes, "sobre quienes pudiera ampliarse la sospecha ahora". "Las pintadas aparecidas en esta ocasión, las más agresivas que se recuerdan desde la apertura del nuevo templo en 2006, siguen la misma línea ideológica de los movimientos anarquistas, antifascistas y de izquierda radical en su faceta más anticlerical", agregaron.

Como se recordará, en la víspera de las pasadas elecciones aparecieron pintadas en el casco a nombre de Unidas, lo que llevó a un cruce de acusaciones sobre la autoría. Previamente, y durante años, los grafitis vandálicos han sido un problema continuo, hasta el punto de que en 2016 se contabilizaban más de 200 lugares pintarrajeados en la ciudad antigua, tras lo que se contrató a un grafólogo para elaborar una base de datos que facilitase la identificación de los autores.