Los diablos acudieron ayer a su cita con La Laguna. Las céntricas calles se llenaron con la música y las excéntricas vestimentas de los participantes en el desfile cultural de diablos y tarasca, que, como cada año, supone la antesala del Corpus Christi lagunero, que se celebrará el domingo. Unas 500 personas, caracterizadas de gigantes y cabezudos, diabletes o caballitos de fuego acercaron la tradición al nutrido grupo de curiosos que, cámara en mano, inmortalizaron la que ya se está convirtiendo en una tradición más de La Laguna.

Este desfile se celebró en La Laguna entre finales del siglo XV y hasta el siglo XIX, pero se perdió con el paso de los años, puesto que los ilustrados de la época impulsaron su prohibición, ya que pensaban que era poco decoroso este desfile para honrar a la Sagrada Forma. No obstante, hace seis años se llevó a cabo su recuperación, que ha traído un pedazo del pasado a las calles laguneras. Así, durante el desfile se relata la batalla entre san Juan y los diablos. Esta recreación también escenifica la división en clases y grupos de la sociedad a través de los diferentes gremios participantes, por lo que plasma una gran alegoría de la estructura social de La Laguna en aquellos años, al alinearla como un desfile en orden piramidal con las distintas agrupaciones sociales. Junto a todos ellos desfilaban en batalla simbólica las encarnaciones del mal (los diablos y la bicha o tarasca) junto a los matachines, gigantes y cabezudos.

De este modo, durante la tarde de ayer, san Juan estuvo acompañado por los gremios de los zapateros, los sombreros y los agricultores, los diabletes de Teguise, los caballitos de fuego y las diferentes bandas de música que se encargaron de marcar el ritmo de la tarde, entre otras agrupaciones.

Los niños son los protagonistas de este desfile cultural de diablos y tarasca, puesto que cada año son los que reciben los sustos de los diabletes, que no dudaron en burlarse del público congregado.

El recorrido de la tarde de ayer dio comienzo en la plaza de la Concepción y pasó por las calles Carrera, Tabares de Cala y Herradores. En el último puesto, como no podía ser de otra forma, avanzó la tarasca, que es el elemento principal del desfile y también es conocido con el nombre de la bicha. La monstruosa serpiente avanzó por el casco histórico, por donde en tan solo dos días se podrá disfrutar de las bellas alfombras del Corpus Christi.