El área de Obras e Infraestructuras del Ayuntamiento de La Laguna está tramitando en el órgano de gestión económica el proyecto de rehabilitación de la antigua iglesia de San Agustín, "que próximamente saldrá a licitación por un importe de casi un millón de euros (999.065,42 euros)", según informaron desde el consistorio lagunero.

Desde la concejalía encargada de la actuación precisaron que el plazo de ejecución de las obras se estima en unos doce meses una vez iniciadas, y recordaron que el objetivo último es "rehabilitar un inmueble de titularidad municipal para que este espacio sea accesible a los ciudadanos en unas condiciones que permitan su disfrute, sin perder las características propias de sus ruinas".

Concretamente, la parcela se encuentra situada entre las calles San Agustín y Anchieta. Esta tiene una superficie total de 1.745,85 metros cuadrados y limita, por el sur, con la calle San Agustín; por el norte, con el Instituto Cabrera Pinto y el exconvento de San Agustín; por el este, con la calle San Agustín, y por el oeste, con Rodríguez Moure y la plaza Guillermo Rancés.

"Básicamente se prevé consolidar la ruina desde la zona del coro hasta la plaza Guillermo Rancés", puntualizaron. "Las ruinas serán un espacio de esparcimiento para la ciudadanía a modo de plaza al aire libre donde se podrán ver las ruinas de la iglesia y desarrollar actividades como encuentros y reuniones", añadieron desde el Ayuntamiento de La Laguna.

La zona será un espacio abierto completamente desde la parte superior. "Se colocará un suelo transitable para permitir el acceso universal y facilitar la circulación a personas con diversidad funcional. La colocación de dicho suelo es totalmente reversible y retirable. Es reseñable destacar que la actuación pretende rescatar la iglesia tal cual se encuentra hoy, es decir, sin alteración alguna, sin la instalación de dobles alturas en su interior, sin la construcción de nuevos forjados interiores...", detallaron desde la corporación sobre los trabajos.

Una de las características del proyecto es que se revela al visitante la "magnitud de las pilastras de toba volcánica". Asimismo, en las fachadas se actuará para preservar el estado actual de lo que fue la iglesia. Otro de los aspectos destacados es que se plantea la recuperación de la puerta desde la plaza Guillermo Rancés como entrada principal, lo que va a permitir ver la nave principal "en todo su esplendor" e interpretar mejor la volumetría del edificio, mientras que el acceso desde la calle San Agustín se contempla como puerta secundaria.

"El recinto quedará completamente utilizable para su visita en la zona de la plaza de la ruina de San Agustín (antigua iglesia); además, quedará una zona de paso restringido, que consistirá en el espacio del coro y trascoro (también llamado presbiterio y trascoro)", apuntaron desde el consistorio, antes de expresar respecto a la iluminación que será de tipo ambiental y con apoyo de otra de carácter escénico para momentos en los que haya que hacer alguna presentación en el recinto.