La Estación Depuradora de Aguas Residuales del Noreste de Tenerife (EDRAR), ubicada en Valle Guerra, recibió en la tarde de ayer el Premio Agustín de Betancourt a la mejor obra de ingeniería civil de Canarias. Esta estación depuradora, cuya construcción costó más de 14 millones de euros, ha sido destacada por las características del servicio que ofrece, entre las que destaca el agua regenerada de calidad adaptada a los diferentes cultivos; que no genera ni olores ni ruidos; y que la infraestructura se ha convertido en un aula para la sociedad de la Isla en la que mostrar el futuro de la reutilización del agua.

El consejero de Aguas en funciones del Gobierno de Canarias, Narvay Quintero, destacó ayer, durante la celebración del acto de entrega de los premios, que "esta obra representa el futuro de la gestión hidráulica en Canarias y en toda Europa". Además, sentenció que "la depuradora de Valle de Guerra va a suponer un antes y un después en la gestión del agua debido a los criterios medioambientales que incorpora y la calidad del producto que ofrece a su entorno".

Quintero indicó que "estamos acostumbrados a escuchar hablar de Canarias en un sentido poco optimista, y son proyectos como este los que se empeñan en llevarle la contraria a quienes critican un supuesto retraso de las Islas en asuntos como el que nos atañe". De este modo, sentenció que "Canarias está al frente en incorporación de tecnología para la depuración y la reutilización de las aguas, está en el pelotón de cabeza de Europa en cuanto a planificación hidrológica y, además, lidera equipos de trabajo que tienen como objetivo dotar de servicios de calidad excelente a la industria o la agricultura".

Así, este premio se sustenta en el avance tecnológico, la repercusión sobre el bienestar social, el progreso y ejemplo de futuro que supone el complejo hidráulico del Noreste, así como la regeneración de nuevos recursos que inciden en la mejora de los campos y en la vida de los agricultores. Y es que esta estación consigue dar cumplimiento a los objetivos medioambientales de saneamiento, depuración y regeneración para el sector primario.

Esta instalación cumple con su función de depuración. No obstante, su objetivo final es el cambio de modelo del ciclo integral del agua y ha conseguido crear un referente en la producción industrial de agua regenerada. De este modo, la EDRAR de Valle de Guerra se ha convertido en el modelo a implantar puesto que se ha configurado como un generador de agua regenerada como recurso hídrico.

El agua de calidad obtenida en todo este proceso es la que se encarga ahora de abastecer el riego agrícola de la Comarca Nordeste, logrando crear un agua a la carta para los diferentes tipos de cultivo de la zona. De hecho, los propios agricultores eran reacios en un principio al uso de agua regenerada en sus cultivos; sin embargo, han podido comprobar que se trata de un suministro de alta calidad. No obstante, conseguir que los trabajadores del sector primario prefieran esta opción a los sistemas convencionales de regadío ha implicado un esfuerzo tecnológico e informativo. Asimismo, obliga a los encargados de la EDRAR a ofrecer un producto de calidad óptimo para el uso agrario.

Por todo ello, esta obra supone un modelo de innovación tecnológica, de eficiencia y de nueva gestión que, además, ha servido de modelo en Canarias y en el extranjero puesto que incluso delegaciones coreanas han acudido a Valle de Guerra para formarse y adquirir conocimiento sobre la planta.

Así, la EDRAR del Noreste se ha convertido en un referente en Tenerife puesto que en la actualidad regenera el agua sin generar malos olores ni ruidos que afecten a los vecinos de la zona. La utilización de tecnología de vanguardia sirve de ejemplo para toda la Isla, en la que se prevén ejecutar nuevas depuradoras utilizando exactamente la misma tecnología empleada en Valle de Guerra.

Por otro lado, esta planta también está dando a conocer su tecnología a través de visitas protagonizadas por alumnos de distintas universidades, colegios y centros educativos, que tienen la oportunidad de conocer el proceso que conlleva la obtención de agua regenerada. Con todo ello, la EDRAR del Noreste se ha convertido en un aula de enseñanza y un lugar de conocimiento para mostrar el futuro de la depuración y reutilización.