La historia personal de Pascual Molina ha ido en paralelo a la del instituto de Tejina: guarda en su memoria aquella tarde de 1964 cuando por su casa pasaron dos personas pidiendo dinero para la adquisición del solar en el que se construiría el centro, fue después alumno y, pasados los años, y tras no demasiados destinos previos, acabó allí como profesor. Ese vínculo lo llevó durante los dos últimos años a la elaboración de un libro que recientemente ha visto la luz: Instituto de Tejina: 50 años de una historia particular.

Editado con apoyo económico del Ayuntamiento de La Laguna y del Gobierno de Canarias, la obra supone un recorrido por ese medio siglo de historia: los orígenes, los cambios de la instalación a través del tiempo y otros aspectos más concretos de su actividad, como el teatro y la literatura, los viajes o el atletismo. Todo ello desde la perspectiva de Molina. Y es que, cuando se propuso este proyecto, fue pronto consciente de que contar 50 años era una empresa "imposible de abarcar". "Me decidí entonces a contar mi historia en relación con el centro que vi nacer a través de los ojos de mi infancia, cuando yo aún estaba en el colegio cursando la EGB", avanza en la introducción.

El docente empezó el libro hablando con alumnos de 1969, cuando se abrió el recinto. A los datos que obtuvo le añadió los recuerdos de su etapa como alumno y como profesor, así como otra información que encontró en los archivos del instituto o en actas. "A partir de lo que iba averiguando escribía el libro", precisa sobre un proceso de redacción que se prolongó durante unos 24 meses. "No es que estuviera todos los días, sino en los ratos que me quedaban: por la noche, algún fin de semana...", apunta.

Concretamente, empezó en 2017, coincidiendo con el centenario del nacimiento de Antonio González, el químico realejero que da nombre al instituto, y en parte también motivado por el profesor de Matemáticas Luis Balbuena. Este último fue director del centro y en alguna ocasión lo animó a que llevase al papel la historia de la instalación. Y lo acabó logrando. "Está hecho un poco como un homenaje a estos 50 años, porque hay pocos institutos en Canarias que tengan medio siglo ya. Aparte de los que se encontraban ubicados en las capitales, antes prácticamente no había institutos en otras zonas", agrega acerca de las razones de su relato sobre este espacio de la Comarca Nordeste.

El autor de esta publicación de más de 230 páginas detalla que el Instituto Antonio González González tiene un origen "muy particular", dado que fueron los vecinos del lugar los que compraron el solar donde se construyó. Esa iniciativa facilitó su definitiva edificación. "Tenía gente de Tacoronte, Tegueste, Bajamar? Acogía a muchos alumnos. Ahora mismo, no, porque hay institutos en Valle de Guerra, en Tegueste?", manifiesta este profesor de Griego y Cultura Clásica, que se muestra contento con el resultado final de la obra. Esta fue presentada en un acto celebrado en el Teatro Unión de Tejina y contó con una tirada de 300 ejemplares.