Benjamín Reyes estaba buscando un tema para poder iniciar una investigación. Pero el tema lo encontró a él. No había entrado nunca en el cementerio de San Juan de La Laguna hasta hace algo más de cuatro años, pero en su primera visita permaneció allí durante cinco horas. De aquello ya han pasado algunos años, y tras una larga investigación, ve ahora la luz un libro con sus principales descubrimientos: Camposanto de San Juan (1814-1983). Historia de la ciudad de La Laguna a través de su primer cementerio, patrocinado por el Cabildo de Tenerife y el Gobierno de Canarias.

Benjamín Reyes tuvo la oportunidad de acceder a algo menos de cien cajas de documentos vinculados al cementerio, que fueron los únicos que se salvaron después de que San Juan sufriera un incendio a mediados de la década de los 80 del pasado siglo. Hasta ese momento, los documentos se encontraban en el camposanto pero, a partir de entonces, se trasladaron al Archivo Municipal de La Laguna para garantizar su correcta conservación.

Desde ese momento, permaneció más de cuatro meses investigando en diferentes archivos para conocer la historia de La Laguna a través de los documentos relacionados con el camposanto. "Reconozco que me llegó a obsesionar el tema", indica el investigador lagunero, que ahora ha dado forma a un libro "que pueda leer todo el mundo", con algunas de las historias que más llamaron su atención. Los meses de investigación le sirvieron para comprobar que los documentos contaba con todo lujo de detalles, mientras que ahora "todo está mucho más deshumanizado". Todo ello le ha permitido escribir un libro con "las historias de la historia", como a él mismo le gusta definirlo.

El documento más antiguo al que tuvo acceso data de 1807, cuando el doctor Domingo Saviñón defendió un nuevo modelo de enterramiento, alejado del centro de la ciudad. En un primero momento estuvo motivado por la epidemia una gripe y, después, por otra de fiebre amarilla (1810) y de viruela (1812), con la que ya se decidió iniciar la construcción del cementerio, que finalizó dos años después.

De esta investigación ha sacado en claro que "la sociedad del siglo XIX es totalmente diferente a la de la actualidad", con elevadas tasas de analfabetismo, alrededor del 87% de la población, "lo que era fiel reflejo de una sociedad eminentemente agraria". En este sentido, Reyes también destaca las mínimas condiciones higiénicas entre los siglos XVI y XVIII, así como el escaso nivel de la medicina canaria, que favorecieron el desarrollo de todo tipo de infecciones, ya que además "tan solo existían nueve médicos en La Laguna en 1862", precisa. Asimismo, el investigador destaca los altos datos de mortalidad infantil. Y es que, en 1937, de las 340 personas inhumadas en el camposanto, 152 eran menores de 12 años, lo que representa el 44% de los enterrados durante ese año.

"La historia siempre se ha contado desde el punto de vista de los vencedores, con las historias de los poderosos, del clero y la aristocracia, pero yo quería conocer también las historias del pueblos", indica Reyes, quien añade que "hubo mucha gente del pueblo llano que luchó por sus derechos, como las lavanderas de la fuente de Las Negras, que emprendieron una reclamación contra el juez municipal al ser vulnerados sus derechos de lavar la ropa en un espacio público. Al final perdieron el juicio pero a mi me llamó mucho la atención porque mi bisabuela fue lavandera".

A través de esta investigación, Reyes ha comprendido que "los camposantos son el hilo conductor que de la historia de las Islas, algo que nos une. Los cementerios nos igualan, porque la muerte también nos hace a todos iguales".

Las claves

  • Primer enterramiento. La primera persona enterrada en el camposanto fue Juan Rodríguez Toste. Según la tradición, el cementerio lleva el nombre de la primera persona enterrada en él.
  • Panteones. Solo existen dos panteones. Uno fue mandado a construir por Alejandro Bretillard y Magro y otro pertenece a la familia Calzadilla Felipe Real.
  • Lápidas y sepulcros. La lápida más antigua que se puede encontrar en este cementerio es la de José García, quien falleció en el año 1827.
  • Último enterramiento. El 25 de enero de 1983 se llevó a cabo el último enterramiento, que llegó a su máxima capacidad. En total hay unas 55.000 personas inhumadas.