No ha llegado la medianoche, y ya Filiberto Pérez, uno de los compañeros de Talleres encargado de dar el visto bueno de las páginas a la tirada de EL DÍA que se imprime en Tenerife Print, ha llamado dos o tres veces para advertir del cambio de última hora de algunas informaciones y, por tanto, la repetición. Desde el último trimestre de 2019 la rotativa dejó de rugir en avenida Buenos Aires y ahora el periódico se publica en las máquinas de la referida Tenerife Print, propiedad de Corporación Bermont.

El astralón y los negativos del ayer son historia; en la última década se imprime directamente la plancha sin necesidad del paso previo anterior, cuando los astralones que se configuraban con cuatro páginas se pasaban a la isoladora, de donde salía la plancha. Ahora directamente sale de una de la máquina que imprime la plancha que luego, una vez troquelada, también automáticamente, se colocará en los cuerpos de la rotativa. Precisamente con Prensa Ibérica y la apuesta por la impresión en Tenerife Print el periódico dio el salto a la edición a todo color. El periódico se imprime a diario en una de las dos rotativas francesas Goss Universal 70 que posee Tenerife Print en su sede en el Polígono Industrial Los Majuelos, con una capacidad de hasta 144 páginas a todo color, 32 en negro, dos plegadores y una velocidad que le permite imprimir 70.000 ejemplares a la hora, con multiformato. Junto a estas dos rotativas, esta planta cuenta con una tercera, digital, a diferencia de las francesas, que son “offset”.

Los compañeros de Talleres envían las páginas a Tenerife Print. El trabajo iniciado por la mañana se cierra a la medianoche, cuando la rotativa imprime la edición, a todo color, lista para su distribución.

Quince minutos sobre las doce de la medianoche interrumpe la conversación el responsable de planta Filiberto esta vez para pedir que se verifiquen si todas las páginas han entrado en la terminal informática de Tenerife Print, que, en una previsualización, permite verificar que están todos las astralones dispuestos para mandarlos a filmar, proceso previo a su colaboración en los cuerpos de la rotativa y que comience la tirada.

Ricardo García está al frente de Tenerife Print, de Corporación Bermont. Antes de asumir la jefatura de planta, se incorpora a la empresa en 2002, llegado del ¡Ejército del Aire!, donde prestó servicio durante siete años en la base de Gran Canaria, hasta que decidió cambiar los aviones por la rotativa. El vínculo entre un trabajo y otro: la informática; pasaba de programar aviones a encargarse de la rotativa cuando surgió la oportunidad de sumarse a una empresa en la que vio un futuro inmenso, iniciándose como ingeniero como responsable técnico para seguir al frente de administración y ahora como encargado de la planta completa.

En compañía de sus compañeros, recuerda que la planta de impresión vino a revolucionar el mercado editorial en Tenerife, pues hasta entonces los periódicos nacionales que se tiraban en Madrid llegaban a las once de la mañana y la prensa internacional, al día siguiente. Con Tenerife Print se logró que una vez cerradas las cabeceras de origen se remitieran los PDF que ya se adaptaban en la planta de impresión para volcarlos en plantas y de ahí, a la rotativa.

En la fotografía de la izquierda José Ramón Martín, que trabajó en el montaje de la rotativa en Tenerife Print en 1994 y sigue de maquinista en la actualidad. Derecha, Ricardo García, ingeniero informático, responsable de impresión de la planta de impresión. María Pisaca

Ricardo García explica que la jornada laboral en Tenerife Print arranca a las cinco de la madrugada, cuando el personal acude para retirar los desechos de papel y de plantas que se llevan a reciclar. Ya a las siete de la mañana se reciben las bobinas que se trasladan de un depósito que poseen en el Polígono Industrial Costa sur, de donde se trasladan para reponer la media de quince o veinte que se gastan a diario… unas diez toneladas de papel cada día.

Ya a primera hora de la mañana también se reciben los encartes publicitarios y se organizan en la planta a la par que desde las siete a las dos de la tarde se realiza un mantenimiento preventivo de las máquinas. De ahí hasta las 19:00 horas, descanso en Tenerife Print, para retomar el pulso a la actividad a las 19:00 horas cuando se ponen en marcha los equipos de preimpresión preparando las planchas. El personal de la rotativa en sí comienza a llegar a las 21:00 horas porque sesenta minutos después comienza con la tirada: primero, las cabeceras extranjeras, luego, las nacionales y, al final, la prensa local para garantizar que salgan las noticias del alcance, las últimas que se producen. En Tenerife Print la actividad concluye sobre la una y media y las dos de la mañana cuando ya han finalizado la impresión de las doce cabeceras que tienen contratadas su servicio más cinco que se tiran de forma semanal.

La incidencia de la Covid-19 se ha dejado sentir también en esta planta de impresión, hasta el punto que Ricardo nos muestra en una pizarra que tiene en su despacho la relación de los 24 diarios que se tiraban antes del estado de alarma por el coronavirus; precisamente la mitad ha interrumpido la tirada, en los casos de Sun y The Times, para siempre; mientras que otros rotativos la han suspendido a la vista de recuperar la impresión, tal vez, con la nueva normalidad.

En el particular de EL DÍA, el periódico que se edita en la avenida Buenos Aires cierra la Redacción quince minutos después de la medianoche, para proceder a sacar las planchas en los siguientes quince minutos y arrancar la máquina entre las 00:40 y las 00:50 horas, para finalizar la impresión media hora después.

Ante una de las antiguas mesas de luz, unos compañeros de Tenerife Print muestran algunos de los astralones que se conservan de La Opinión de Tenerife del 31 de octubre de 2004; entre los “papeles amarillos” se cuela un listado de 2001 en el que figura la relación de los catorce periódicos que imprimían entonces, el equivalente de 111.000 ejemplares en total.

Entre las joyas que atesora en su despacho, Ricardo muestra la última portada de New of the World, que cerró en 2011, al que el responsable de la planta de impresión destaca como uno de los diarios de más tirada mundial.

Una de las dos rotativas francesas Goss Universal 70 de Tenerife Print en su sede en el Polígono Industrial Los Majuelos, con una capacidad de hasta 144 páginas a todo color, con multiformato. María Pisaca Gámez

En Tenerife Print se puede imprimir desde miles de ejemplares a una cantidad mucho más modesta, como las dos copias que se realizan en la actualidad de la edición internacional de New York Times que se sirven en un hotel de Adeje. Ricardo García hace constar precisamente la incidencia del Covid, que ha acabado con entre 200 y 300 puntos de ventas por el cierre de los hoteles en la zona Sur de Tenerife con especial incidencia en la prensa internacional. Mientras, en el despacho contiguo se trabaja en los informes que se sirven cada madrugada a los clientes para informar de las incidencias de la tirada, entre otros asuntos que caracterizan la relación entre los periódicos y la planta de impresión; también se revisan los proveedores, aunque la prioridad es el cliente, porque cuando los responsables llegan a las ocho de la mañana quieren saber si existió alguna incidencia en el servicio.

Ricardo pone en valor a sus compañeros como el tesoro de la planta; una treintena de personas, entre los que se mantienen dos de los fundadores de Tenerife Print, cuando se puso en marcha en 1994: José Ramón Martín Barreto y José Manuel Hernández Suárez. Entre los primeros, Román Tejera, que dejó EL DÍA para incorporarse a Tenerife Print.

Recuerda el propio José Ramón Martín que trabajaba en los almacenes de La Gaceta de Canarias y luego en el reparto. Cuando comenzó la obra para poner en marcha la rotativa de Tenerife Print en 1994 y 1995 estuvo trabajando en el montaje de la rotativa hasta que salió ABC. Luego pasó a desarrollar su labor como bobinero y al año se sumó al equipo de impresión y más tarde, maquinista de la rotativa que había montado. “Aquí llegamos con agua y luz de obra”, apostilla José Ramón Martín.

El jefe de planta recuerda los orígenes de la empresa, una iniciativa de Máximo Garrido Chico y Enrique Domenech Jaime que trasladaron a Carlos Ramos Aspiroz, a quien encomendaron buscar un local para la puesta en marcha de la rotativa: ABC fue el primer periódico que se imprimió en el verano de 1995.

En ese momento La Gaceta de Canarias tenía rotativa propia, hasta que se deja de imprimir en 1995, que pasa a imprimirse en Recoprint, una planta de impresión que se puso en marcha en el Polígono Industrial de Güímar, donde también se tiraba el Marca. En el año 2000 llega La Opinión de Tenerife, que se comenzó a imprimir allí desde el primer número hasta 2017, que asumió el trabajo la planta de impresión de Prensa Ibérica en Gran Canaria y se trasladaba en avioneta a Tenerife para su posterior distribución.

También Diario de Avisos tuvo rotativa propia en su sede en la calle Salamanca hasta que la cerró en 2012, algo similar a lo que ocurrió en octubre pasado con EL DÍA. En 2009 se produce la fusión de Corporación Bermont con Unidad Editorial, que edita Mundo, Marca y Expansión; tenían dos plantas, una en Güímar y otra en Los Majuelos y se decide continuar con la última al ser más grande.

En la actualidad, Tenerife Print no sabe del pulso de antaño de las cabeceras por llegar al kiosco con la mejor manufactura, pues es la única planta de impresión de la Isla y a cada periódico pone el celo y el mimo que demanda el cliente, sin perder el horizonte de un producto hecho para el lector, a donde llega gracias a los distribuidores que esperan que acabe la impresión a las puertas del taller.