Los bollos gomeros de Mimila 'desembarcan' en el Mercado de Las Palmas

Sus primeras recetas tienen más de 63 años de historia y crecieron en el barrio de San Juanito (Tecina) de Puerto de Santiago

Imagen de unos bollos elaborados en la Dulcería - Panadería Mimila.

Imagen de unos bollos elaborados en la Dulcería - Panadería Mimila. / E.D.

Jorge Dávila

Jorge Dávila

Santa Cruz de Tenerife

Todo empezó hace 63 años en una pequeña vivienda familiar de Playa de Santiago, en el barrio gomero de Tecina. Camila Darias Sánchez tenía buena mano para la repostería y la fama de sus elaboraciones llamó la atención de sus vecinos. Una frase encerrada entre interrogantes fue la culpable de su éxito:«¿Camila, me prepara para el sábado unos bollos?». Poco a poco, los encargos fueron creciendo con naturalidad. Sin prisas, ajenos a lo que aún estaba por llegar. Un bautizo por aquí, un cumpleaños por allá;una boda el mes que viene, las fiestas de Navidad... Mantener la casa, la maternidad [madre de tres hembras y un varón] y unas cuantas horas junto a un obrador con un horno de leña casero para atender las peticiones se convirtieron en una especie de triángulo vital para Camila.

Camila Darias Sánchez abrió la tienda en 1962.

Camila Darias Sánchez abrió la tienda en 1962. / E.D.

El negocio iba con viento a favor cuando se decidió fabricar el segundo obrador (1996), ya con una amasadora y un horno industrial. Entonces, se elaboraba algo más que las tradicionales galletas y bollos colombinos. Carmen Luisa y Marcial Escuela reforzaron el goloso recetario creado por su madre y suegra para dar forma a la Dulcería -Panadería Mimila. La empresa seguía anclada en la residencia familiar ubicada en el barrio de San Juanito (Tecina), pero la fama ya era insular y con buenas perspectivas de dar el salto al resto de la provincia tinerfeña. Las circunstancias seguían siendo muy favorables hace dos décadas y media, justo cuando se inauguró un tercer obrador (2000), también en Playa de Santiago, levantado en un solar que está a menos de 50 metros del segundo. El local se inauguró en el Nº 65 de la Calle San Juanito y tenía una mayor capacidad de producción: el hecho de contar con dos amasadoras y dos hornos era el mejor indicio de que las cosas iban por el buen camino. La oferta repostera siguió creciendo sin perder de vista el sabor tradicional.

Entre los golosos encargos que recibía Camila en su casa familiar de Playa de Santiago, en la localidad gomera de Tecina, y la inauguración el sábado de un puesto de productos exclusivos en el Mercado de Las Palmas (Gran Canaria) han pasado 63 dulces años; una historia inundada de recuerdos familiares.

Carmen Luisa y Marcial, junto con el apoyo de sus hijos –Francisco, Cristóbal, Jonay y Carmen Luisa, nietos de Camila–, entran en el pequeño organigrama laboral para colaborar con otras tareas imprescindibles.

Francisco, por ejemplo, además de la producción diaria, se hizo cargo de la logística en Tenerife: el reparto de los productos que entonces superaba la docena.

La transformación digital

En plena revolución de las redes sociales y con Carmen Luisa, hija de Camila, siguiendo la progresión de la fábrica desde una segunda línea, su hija [Carmen Luisa] y Oliver, hijo de su hermano Cristóbal, se convierten en dos piezas claves en una nueva remodelación. Los sabores de Mimila no estaban en cuestión, pero había que darle otra vuelta al negocio. Buscar un enganche con la sociedad de la información para no quedarse anclados.

Carmen Luis y Marcial Escuela, su marido, tomaron el testigo de Camila.

Carmen Luisa -en la imagen- y Marcial Escuela, su marido, tomaron el testigo de Camila. / E.D.

Oliver Escuela Hernández, nacido en 1991, nieto de Carmen Luisa y Marcial y afincado en Gran Canaria desde 2009;cuando inició sus estudios de Veterinaria, es el responsable de la transformación digital. En este punto, los repartos a domicilio cesan;ahora el que quiera disfrutar de sus variedades tiene que ir a la fábrica enTecina.

La transformación es brutal –no tenían ni datáfono– y se empiezan a elaborar estrategias encaminadas al marketing:presencia en las redes sociales, diseño de la nueva imagen de la empresa, envases más sofisticados (packaging) y sostenibles y una búsqueda de nuevas oportunidades comerciales como la que inauguraron el pasado sábado en el Mercado de Las Palmas (Gran Canaria).

Oliver es la cara visible de Mimila Delicatessen, una apuesta por un toque de exclusividad en el que sin perder la esencia de un negocio con más de medio siglo de historia se oferta gofio, quesos, mieles, aceites, conservas, chocolates... Y por supuesto, las recetas de Camila. n

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