Juan Herrera Chávez, conocido por los vecinos de la localidad gomera de Hermigua como Willy, se ganaba la vida revisando contadores de consumo eléctrico cuando vio una oportunidad de negocio en un molino abandonado. “Él es responsable de todo esto; él fue quien montó la molineta en 2006”, subraya su hermano Rayco en relación a los orígenes de la empresa donde se elabora el mejor gofio de Canarias –una mezcla de cebada, garbanzo, millo y trigo–, según el veredicto que hizo público esta semana el jurado del concurso Oficial de Gofio Agrocanarias convocado por la Consejería de Agricultura, Ganadería y Pesca que gestiona Alicia Vanoostende. Juan solo estuvo un año y medio al frente de Gofio Gomero –falleció el 30 de octubre de 2008–, una marca que conquistó este galardón regional en 2015 y 2017. “El año pasado no nos presentamos”, aclara Rayco segundos antes de reforzar el prestigio acumulado en la última década. “Diez de nuestras 11 variedades acumulan 34 reconocimientos... Solo queda que nos premien el de cebada, pero ese aún no lo hemos llevado a concurso”, puntualiza este empresario de 36 años.

La variedad premiada en 2020. | | E.D.

Rayco asegura sentirse tan feliz como el día que “Rato hizo sonar la campana para anunciar la salida en bolsa de Bankia”, compara sin obviar una aclaración. “Lo vi por la tele y la principal diferencia es que él jugó con el dinero ajeno y aquello acabó mal... Igual no he estado muy acertado (interrumpe cuando le pedimos que resuma la sensación de éxito que está experimentando), digamos que estoy viviendo un momento parecido al que transmite Rafa Nadal cuando muerde un trofeo recién conquistado”, cambia de ejemplo.

De la lata al molino

Rayco Herrera creció en una familia de ocho hermanos (cinco chicos y tres chicas) y en su casa nunca faltó el gofio. “Mi madre molía unos 40 kilos al mes y eso solucioba muchas comidas en una mesa en la que se juntaban diez bocas”. Ese, precisamente, fue uno de los motivos por los que su hermano se metió en esta aventura. “Insistía una y otra vez en la idea de que por muy mal que fuera la cosa, en una cocina nunca iba a faltar una lata de gofio. Era un culo inquieto y me convenció para que me metiera en esto”, rescata de la puesta en marcha de un iniciativa que pronto se vio reforzada con la compra de una máquina que estaba abandonada en una molineta recién liquidada que se encontraba en el entorno de la plaza del Cristo de La Laguna, en Tenerife.

Gofio Gomero produce 200 toneladas anuales, tiene en nómina a tres trabajadores –Yurena es el único miembro de la familia Herrera Chávez, además de Rayco, que forma parte de su estructura empresarial– y trabaja con 10 cereales: arroz, avena, cebada, centeno, garbanzo, millo, mijo, lenteja, sorgo y trigo. “Somos la alternativa a los productos americanos”, defiende Rayco en un instante de la conversación en la que posicionamos al gofio en la dieta de los canarios. “Yo denomino productos americanos a toda esa bollería que viene cargada de azúcares y aceite de palma... ¡Una bomba para la salud!”, apostilla antes de hablar (lo justo) de rendimientos financieros y cuotas de mercado.

Rayco es precavido cuando toca hacer números. “Ese asunto lo lleva mi mujer, pero la cosa no va mal... La cara que me pone indica que las cuentas están saliendo”, responde de manera socarrona.

Gofio Gomero se puede adquirir en todas las Islas –Yurena es la responsable de las tareas de distribución–, atiende pedidos que proceden de diferentes puntos de la geografía española y envía remesas a países como Alemania, Austria y Holanda. “Nuestra producción es pequeña y la colocamos más o menos fácil en Canarias, pero eso no significa que no atendamos las peticiones que nos llegan a través de las redes sociales”, matiza sin perder de vista la conexión venezolana. “Antes enviábamos más kilos, pero las cosas en la aduana se han complicado mucho y ahora los paquetes se pierden por el camino... Demasiados riesgos para un beneficio tan pequeño”. Y es que el kilo de gofio ganador en Agrocanarias 2020 se puede adquirir en el mercado a un precio que oscila entre 1,70 y 1,80 euros. Sin embargo, de todas las variedades que fabrica Gofio Gomero, la que mejor aceptación tiene es la mezcla integrada por millo, trigo y cebada.

La compra de grano para elaborar el gofio es, sin duda, uno de los aspectos que más preocupan a Rayco. “El sector tiene que estar unido y el Gobierno de Canarias, si se presta, debe controlar mucho mejor los niveles de calidad de la materia prima que llega a las Islas”.

El Archipiélago aún está lejos de ser el granero principal al que puedan acudir los productores locales –casi el 90% de las operaciones se cierran en el exterior– y, sobre todo, los envíos de grano barato procedentes de Europa de Este cada vez ganan más protagonismo en los puertos canarios. “Hay que ponerse las pilas”, avisa Herrera Chávez ante la escasez de referencias locales que obliga a los empresarios a acudir a mercados que no siempre ofrecen lo mejor que tienen en sus almacenes. “Estamos obligados a seguir mejorando la calidad de un producto que es un desconocido para las nuevas generaciones. Hay que fomentar el consumo de gofio entre los más jóvenes porque se está perdiendo el vínculo forjado durante décadas entre padres e hijos”, remarca un emprendedor que, a diferencia de otros sectores de la economía local, no se ha visto afectado por la crisis sanitaria.

“No hemos tenido que hacer un ERTE, las ventas se mantuvieron o crecieron durante el estado de alarma e incluso hubo días en los que trabajamos 16 horas para poder atender la demanda”, enumera el mejor molinero de Canarias.