El territorio majorero sigue sorprendiendo a los arqueólogos e investigadores que tratan de conocer los hábitos de vida de los majos, antiguos habitantes de Fuerteventura. Un nuevo hallazgo de cuatro vasijas en el interior de dos pequeñas cuevas ubicadas en el malpaís de Huriamen, en La Oliva, arrojarán datos que permitan continuar estudiando las huellas dejadas por los aborígenes. Las dos concavidades fueron descubiertas por unos cazadores: la primera, con dos vasijas semienterradas y rodeadas con piedras alrededor, y una segunda cueva que contiene dos vasijas colocadas en la pared del tubo volcánico.

El lugar fue intervenido por la empresa Tibicena, experta en este tipo de investigaciones arqueológicas y su extraordinario equipo multidisciplinar, que incluye arqueólogos, conservadores e historiadores, quienes extrajeron las piezas de cerámicas bajo la supervisión de los técnicos del área de Patrimonio Cultural del Cabildo de Fuerteventura, así como por el consejero insular, Andrés Briansó.

El equipo de Tibicena realizó trabajos de conservación preventiva in situ para su estabilización y posterior traslado a unas dependencias donde seguirán estudiando las características de las vasijas.

Los responsables destacan que el objetivo principal era extraer las vasijas y recoger el material arqueológico para determinar la naturaleza del yacimiento, su dimensión y relevancia cultural, además de garantizar la preservación de los restos y evitar su deterioro y riesgo de expolio. Finalizada la restauración, estas importantes piezas pasarán a formar parte de la colección del Museo Arqueológico Insular.

"Este hallazgo resulta esencial y de gran interés para investigar este tipo de cuevas volcánicas y sus usos. Dado el buen estado de conservación, las cerámicas pueden darnos información trascendental por su contenido. Se trata de un suceso fascinante, que puede suponer un gran paso para la cultura y el patrimonio histórico de la isla", dijo Andrés Briansó.