Guerra en Oriente Próximo
Irán descubre los límites de su alianza con China: gran cobertura diplomática pero sin auxilio militar
Pekín condena los ataques de Israel y EEUU e insiste en proponerse como mediadora, mientras a largo plazo le inquieta el incendio descontrolado en la zona que nutre sus reservas energéticas

El presidente chino, Xi Jinping, en una imagen de archivo. / EFE

El presidente chino, Xi Jinping, y el ruso, Vladímir Putin, condenaron "con fuerza las acciones" de Israel durante su llamada telefónica del jueves. Eso conseguirá Irán de Pekín: cobertura diplomática. La música le debió sonar familiar a Putin, cuyas tropas no han recibido de China ni una cantimplora tras decenas de emocionantes declaraciones fraternales de cooperación y pomposas cumbres presidenciales. Pekín ha perseverado este lunes con sus condenas, esta vez a Estados Unidos por el febril bombardeo de las instalaciones nucleares iraníes, afeándole su desprecio por la ley internacional.
Este conflicto, como cualquiera que desvía la atención de Washington, no le disgusta a China, que vivió desahogada mientras Estados Unidos se dejaba los dientes en Irak y Afganistán. Pero a largo plazo le inquieta el incendio descontrolado en la zona que nutre sus reservas energéticas, la seguridad de las inversiones e infraestructuras de su Nueva Ruta de la Seda y la caída de un fiel aliado contra la influencia estadounidense. Irán entró dos años atrás en la Organización de Cooperación de Shanghái (SCO, por sus siglas inglesas), un ente apadrinado por China que busca la seguridad en Asia, pero que no contempla el auxilio militar si uno de sus miembros es atacado. Media un océano entre sus compromisos y los de la OTAN o cualquier organización militar estadounidense en el Pacífico. Ni siquiera pudo consensuar la SCO una condena a Israel por la disensión india.
Para descartar el auxilio militar chino a Irán sirven los argumentos esgrimidos cuando Washington alertaba tercamente de esa inminente participación en Ucrania que nunca llegó. No ha participado China en ninguna guerra en casi medio siglo y no va a romper la racha en un conflicto lejano que la enfrentaría a Estados Unidos, la mayor maquinaria bélica del planeta, y a Europa, una prioridad geoestratégica y económica. No es un secreto que a Estados Unidos le agradaría verla enfangada en algún conflicto bélico que descarrilara su desarrollo económico. Su entrada en este, además, haría más vendible su narrativa del nuevo eje del mal en el que contempla a Rusia, Corea del Norte, Irán y China. No es conocida la diplomacia china por su estupidez.
Propuesta de mediación
"No podemos quedarnos sentados mirando cómo la región se desliza a un abismo desconocido", le dijo Wang a su homólogo de Omán días atrás. Por ahora ha centrado China sus esfuerzos en evacuar a 1.600 nacionales de Oriente Medio, pedir mesura a todos, defender el diálogo como única salida y proponerse como mediadora, una misión complicada porque Israel no la percibe como neutral ni parece muy interesada en la paz.
No han sido escasos los logros chinos en una región de tradicional influencia estadounidense con su tradicional receta de comercio y desarrollo económico, organizando foros y sumando adhesiones a la Nueva Ruta de la Seda. También se ha apuntado logros diplomáticos tan relevantes como los acuerdos entre Irán y Arabia Saudí, tercos rivales, o el de las 14 facciones palestinas para su reconstrucción. "Pero todo eso se quiebra cuando hablan las armas. Su influencia política se evapora en gran medida. Irán se debe estar preguntando de qué sirve esa sociedad estratégica si no pasa de una retórica de apoyo sin consecuencias prácticas y efectivas", señala Xulio Ríos, asesor emérito del Observatorio de la Política China.
No ha roto China ninguna promesa con Irán ni cualquier analista serio ignora su aprensión a las guerras por más que se airee la amenaza amarilla. Es un socio económico y político leal, no hace preguntas sobre cuestiones internas y auxilia a muchos países desde el Consejo de Seguridad de la ONU. Pero el contraste entre contar con Estados Unidos o China de aliado cuando silban las balas es flagrante. Washington representó una opereta de negociación con Irán para que Israel pudiera golpearla con la guardia baja, la ha bombardeado con saña y ha exigido su rendición incondicional. Irán puede esperar de China condenas diplomáticas y alguna ayuda material o humanitaria que no comprometa sus relaciones con Washington y Bruselas.
Modelo opuesto al de EEUU
China será el primer país que alcance la cúspide global sin una gran guerra legitimadora. Ofrece un modelo opuesto al estadounidense: la alergia a la guerra contra la adicción. Es más sano para el mundo pero Rusia o Irán han descubierto las limitaciones del camarada chino en los días más áridos. "Las capacidades reales de China en términos operativos prácticos cuando un país se enfrenta a una situación grave son las que son. Y otros países del Sur Global, que están en una dinámica de acercamiento a China en los últimos años, tomarán nota. China es importante, pero es lo que es", razona Ríos.
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