Pelea en la Casa Blanca

Tesla, la NASA y el Pentágono, posibles víctimas de la guerra civil entre Trump y Musk

El imperio empresarial del magnate, con Tesla y SpaceX en cabeza, depende en gran medida de los al menos 38.000 millones de dólares que ingresa gracias a contratos gubernamentales

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el multimillonario Elon Musk

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el multimillonario Elon Musk / Europa Press/Contacto/Molly Riley/White House

Carles Planas Bou

Carles Planas Bou

Barcelona

Una vez más, las promesas de Elon Musk han quedado en humo. Menos de una semana después de dejar su cargo en el Gobierno de Donald Trump y asegurar que seguiría siendo su "asesor y amigo", el magnate tecnológico ha cargado abiertamente este jueves contra el presidente de Estados Unidos, tachando su megaproyecto de ley fiscal de "abominación repugnante", pidiendo su imputación criminal (impeachment, en inglés) y vinculándolo con el depredador sexual pedófilo Jeffrey Epstein.

En cuestión de escasos minutos, la poderosa alianza entre el líder conservador y el hombre más rico del mundo, que permitió a ambos ganar las elecciones presidenciales y marcar el rumbo de la Casa Blanca, ha implosionado en una ráfaga de insultos y acusaciones que suponen un cisma en lo más profundo de la extrema derecha estadounidense. Aunque sus consecuencias son completamente impredecibles, esta guerra civil ya se está cobrando algunas víctimas.

Dependencia del dinero público

En pleno fuego cruzado, Trump ha amenazado con retirar todos los subsidios y contratos que el Gobierno tiene con las empresas dirigidas por Musk, sugiriendo que es "la forma más fácil de ahorrar dinero de nuestro presupuesto". Trump, además, podría utilizar sus poderes presidenciales para abrir investigaciones contra estas compañías y revocar la autorización de seguridad que el magnate tiene al trabajar con el gobierno, lo que dificultaría una alianza.

El imperio empresarial del magnate, encabezado por Tesla y SpaceX, depende en gran medida de ese dinero público. En total, sus compañías habrían recibido al menos 38.000 millones de dólares en fondos gubernamentales, según un análisis de The Washington Post. Solo en 2024, a esas y otras empresas con Musk al frente se les prometieron 3.000 millones en casi 100 contratos con 17 agencias federales distintas.

Sangría bursátil de Tesla

La compañía más visiblemente perjudicada por la pelea es Tesla, que ha sufrido una profunda sangría en bolsa. Las acciones del fabricante de vehículos eléctricos se han devaluado más de un 14%, números rojos que equivalen a pérdidas superiores a los 140.000 millones de dólares.

En lo que va de año, el valor de Tesla ha caído casi un 25%, un retroceso que se debe a la feroz competencia del sector automotriz chino, pero también al impacto de la guerra comercial lanzada por Trump. "Los aranceles de Trump provocarán una recesión en la segunda mitad de este año", ha asegurado Musk.

Golpe a SpaceX y al programa espacial

La amenaza del presidente estadounidense también apunta directamente a la compañía aeroespacial SpaceX, responsable de la fabricación de muchos de los cohetes y sondas de los que depende el programa espacial de la NASA. Sus planes, y los de Musk, ya se habían visto mermados en las últimas semanas por la acción presidencial de Trump, que ordenó recortar un 25% del presupuesto de la agencia espacial y reducir su financiación científica en un 47%, la menor asignación de dinero desde 1961, informa Bloomberg.

SpaceX bebe de dinero público, pero la NASA depende de sus innovaciones. Consciente de ese factor, Musk reaccionó en un primer momento doblando la apuesta. "Ante la declaración del presidente sobre la cancelación de mis contratos gubernamentales, SpaceX comenzará a desmantelar su nave espacial Dragon de inmediato", aseguró. Varias horas después retiró su amenaza.

La cápsula reutilizable Dragon, capaz de llevar a hasta siete pasajeros al espacio, fue la que se utilizó en marzo para rescatar a dos astronautas que habían quedado atrapados en la Estación Espacial Internacional. Sin ella, advierte The New York Times, "la NASA se encontraría en una situación de emergencia inmediata porque no tiene otras alternativas disponibles para transportar astronautas, alimentos o suministros a la estación espacial". La única opción en ese escenario sería pedir ayuda a Rusia para usar su nave Soyuz, apunta The Washington Post.

Sin embargo, cortar los lazos que unen a SpaceX con Washington también perjudicaría al Pentágono y a las agencias de inteligencia. Y es que el Departamento de Defensa se apoya desde hace años en los satélites de la compañía dirigida por Musk para tareas bélicas y de seguridad nacional como mejorar la comunicación en el campo de batalla o la precisión de las armas teledirigidas.

Guerra en la derecha

Sin embargo, el movimiento tectónico desatado por conflicto entre el presidente de EEUU y el hombre más rico del planeta puede ir más allá de lo empresarial y arrastrar a la alt-right, la derecha radical de nuevo cuño, a una división cuyo desenlace es imprevisible. El gurú ultraderechista Steve Bannon, estratega jefe de la Casa Blanca durante el primer mandato trumpista, ha pedido investigar el estatus migratorio de Musk, originario de Sudáfrica, para deportarlo, su consumo de drogas como ketamina y éxtasis e incluso ha sugerido que el Gobierno confisque SpaceX. Musk, por su parte, podría optar por financiar a otros candidatos que rivalizen con el trumpismo y retirar los 100 millones adicionales que prometió para apoyar a los republicanos en las elecciones de medio mandato de 2026.

Por ahora, la batalla entre los fieles al trumpismo y los devotos de Musk se está librando en redes sociales como Truth Social o X, controladas por Trump y Musk respectivamente. La escisión podría ser irreconciliable. Musk ha lanzado ya una encuesta entre sus más de 220 millones de seguidores en la que propone crear un nuevo partido político "que realmente represente al 80% del centro". En el momento de publicar estas líneas, casi un 88% de los votantes, más de 1,8 millones de personas, optaba por el si.

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