Trump en la Casa Blanca
¿Cómo afectarán los aranceles? Preguntas y respuestas sobre la guerra comercial Europa-EEUU

Trump asegura que los aranceles están teniendo un impacto "tremendamente positivo"
Estados Unidos y la Unión Europea avanzan hacia una guerra comercial después de que este miércoles la Comisión haya respondido a los aranceles impuestos por la Administración del presidente Donald Trump del 25% sobre las importaciones de acero y aluminio con una batería de medidas por valor de 26.000 millones de euros que entrarán en vigor en abril. A continuación, las claves de esta guerra comercial de resultados incalculables.
El pasado 10 de febrero, Trump anunció que impondría aranceles por valor de un 25% a las importaciones de acero y aluminio de todo el mundo. Este miércoles 12 de marzo, esas medidas han entrado en vigor. En 2018, durante su primer mandato, el republicano tomó una decisión similar. La diferencia es que esta vez los aranceles son más altos -los impuestos al aluminio fueron entonces del 10%- y afectan a más productos. Porque los aranceles no son solo al acero y el aluminio sino a productos fabricados con estos materiales, como menaje de cocina, ventanas, maquinaria o equipamientos de gimnasio.
Según fuentes comunitarias, las anteriores medidas excluía algunos productos y daban la posibilidad a las compañías estadounidenses de solicitar exenciones para algunas importaciones. En esta ocasión, esos "vacíos" no existen. El potencial impacto para la economía europea -y también para la norteamericana- es mayor.
"La falta de exclusiones, el hecho de que los derivados estén cubiertos, eso va a perjudicar realmente a la economía estadounidense", ha asegurado una alta fuente europea. Además, el mecanismo deja abierta la posibilidad de que se puedan incluir todavía más productos, lo que genera una importante inestabilidad.
La Casa Blanca no justifica los aranceles por cuestiones de comerciales o practicas desleales, sino de seguridad nacional. En particular, hace referencia a una ley que permite al presidente imponer aranceles en caso de que un artículo se importe en Estados Unidos "en cantidades o circunstancias tales que amenacen o menoscaben la seguridad nacional". Es la misma ley en base a la que tomó la decisión en 2018.
La Comisión Europea ha anunciado el miércoles que la respuesta vendrá en dos fases. La primera pasa por 'descongelar' las medidas con las que la UE respondió a aquella primera batería de aranceles en 2018. Las medidas de compensación afectaban a productos industriales pero también a otras exportaciones particularmente emblemáticas como las motos Harley-Davidson, el bourbon o los vaqueros Levi’s.
Esos aranceles fueron suspendidos en 2021 tras llegar a un acuerdo la UE con la Administración de Joe Biden. La suspensión expira el próximo 31 de marzo. En vista de la decisión de Trump de incrementar los aranceles, Bruselas no la renovará. La Comisión calcula que en precios actuales, esas medidas afectarían a unos 8.000 millones de euros en exportaciones estadunidenses.
Pero dado que los aranceles son más altos y afectan a más productos en esta ocasión, el Ejecutivo comunitario ha anunciado una nueva batería de aranceles que afectarán a varios sectores de la economía.
Bruselas calcula que las nuevas medidas anunciadas por Trump afectarán a un 5% del comercio europeo, con un impacto de unos 36.000 millones de euros. Por eso, las anteriores medidas compensatorias se quedan cortas. La Comisión ha abierto este miércoles un proceso de consulta con la industria, la sociedad civil y los gobiernos para identificar áreas donde imponer nuevos aranceles, aunque ya tiene algunas ideas.
Como en 2018, el objetivo del Ejecutivo comunitario es hacer el máximo daño posible a Estados Unidos sin que la industria y la economía europeas sufran en exceso. Por eso, Bruselas está identificando sectores done quienes más sufran sean los estados republicanos, y la UE pueda encontrar suministros alternativos a través de sus socios comerciales.
"Tenemos una lista de productos con un alto valor simbólico que no nos cuestan mucho pero sí a Estados Unidos", ha asegurado una alta fuente europea, que ha aclarado que un 25% "sería una buena cifra". Se refiere por ejemplo, a la soja que se produce en Luisiana -estado del Speaker del Congreso, Mike Johnson-, la ternera o el pollo, importantes en Nebraska o Kansas, o madera producida en Virginia o Alaban, todos estados republicanos.
"Estamos felices de poder comprarlos en Brasil, o Argentina", ha explicado una fuente comunitaria, que apunta a Noruega o Canadá para nutrirse de otros productos afectados por las medidas como por ejemplo la madera. "Tratamos de ser inteligentes, y de dar donde duele", ha insistido la misma fuente.
Las medidas que estaban en suspenso ventarán en vigor de forma automática el 1 de abril, a menos que haya un acuerdo con Estados Unidos. La nueva lista será el resultado de una consulta que se alargará las próximas dos semanas entrarán en vigor el próximo 13 de abril, si cuentan con el respaldo de una mayoría de gobiernos.
Sí, pero no está claro cuándo ni cómo llegaran. La Comisión Europea está intentando minimizar y repartir el impacto de imponer aranceles de vuelta, consciente de que algunos países y algunos sectores están más expuestos que otros. Pero también reconoce que el coste es inevitable y se ha abierto estudiar posibles medidas de compensación. "Por supuesto, estamos dispuestos a trabajar con los estados miembros para encontrar formas de apoyar a los sectores afectados por medidas injustas e injustificadas", ha dicho una alta fuente europea.
La estrategia de la Comisión es clara. La UE está lista para responder a los aranceles. Al mismo tiempo, considera que una guerra comercial no beneficia a nadie sino que supondrá un coste extra para empresas y consumidores. Además, insiste en que podría llevar a una desaceleración de la economía y un aumento de la inflación.
El mensaje desde Bruselas es que hay margen para una negociación que permita reforzar las relaciones comerciales entre los socios transatlánticos, que sea beneficiosa para ambos. Pero eso solo puede hacerse sin "un pescado podrido sobre la mesa", en referencia a los aranceles.
Por eso, la Comisión deja la puerta abierta a negociar. Pero lo hace, eso sí, con una pistola sobre la mesa en forma de aranceles. EEUU y la UE tienen dos semanas antes de que entren en vigor.
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