Iglesia católica
La maquinaria vaticana se adapta a un Papa que gobierna desde el hospital
Francisco y su entorno quieren transmitir la imagen de un mandatario firmemente al mando

Plaza de San Pedro del Vaticano. / VATICAN MEDIA

La prologada hospitalización de Francisco, de 88 años y aun con pronóstico reservado, empieza a arrojar una realidad cada día más evidente. La de una maquinaria vaticana que se está aclimatando cada día más a un Papa enfermo que gobierna desde la habitación del hospital Gemelli de Roma, delegando cuando puede y sin que se sepa cuánto tiempo se alargará su estancia.
El propio Vaticano así lo reflejaba en uno de sus últimos boletines sobre sus actividades de los próximos días. De esta manera se informó, por ejemplo, de que el Pontífice será reemplazado por el penitenciario mayor, el cardenal Angelo de Donatis, en la misa del próximo miércoles de ceniza. "Desde el Policlínico Gemelli, Francisco", ha escrito asimismo el Papa, en otro texto, también difundido este viernes por la Santa Sede, dirigido a una universidad romana, y en el que por primera vez ha aparecido su firma desde el hospital en el que fue ingresado por una bronquitis derivada en neumonía ya hace dos semanas.
No lo llamaría reorganización, pero sí adaptación a las circunstancias actuales
Tras días en los que han circulado rumores de todo tipo sobre las capacidades del Papa para seguir ejerciendo como jefe máximo de la institución, el mensaje llega desde dentro. "Se podría decir que nos estamos adaptando, como ya ha ocurrido en otras ocasiones cuando hubo otros imprevistos; no lo llamaría reorganización, pero sí adaptación a las circunstancias actuales", han explicado, este mismo viernes, fuentes vaticanas, en respuesta a una pregunta sobre la cuestión.
Es inútil hablar de la posible renuncia del Papa, la Iglesia resistirá hasta que regrese
En este sentido se han posicionado también cardenales cercanos a Francisco, quienes han querido dejar claro que la posibilidad de una renuncia del Papa no es (al menos de momento) lo que se tiene en mente. "Es inútil hablar de eso", respondió, seco, el jesuita canadiense Michael Czerny, actual prefecto del Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral. "La Iglesia sabe cómo hacer frente también a una eventual ausencia física del Papa", observó. "La Iglesia resistirá hasta que Francisco regrese", insistió.
Actividad frenética
También van en la misma dirección la retahíla de cambios en cargos de la jerarquía eclesiástica —muchos de ellos nuevos obispos de países asignados a lugares tan lejanos como México, Lesoto o Australia— comunicados esta semana por El Vaticano, todos aprobados por Francisco, así como el anuncio de la convocatoria de un consistorio y la aprobación de la canonización de dos nuevos santos. "Está claro que incluso la decisión de delegar al cardenal De Donatis [para que presida la misa del miércoles de cenizas] ha sido hablada con el Papa", han añadido fuentes vaticanas.
La incógnita, por supuesto, es por cuánto tiempo las condiciones clínicas del Papa requerirán que su agenda se mantenga en esta situación de excepcionalidad o si se producirán cambios más profundos en la gestión del Vaticano y de la Iglesia a escala global. Según han empezado a sugerir algunos analistas vaticanos, aunque sin citar fuentes, un horizonte posible es el de una reorganización de la curia romana. Pero solo el tiempo dirá si tenían razón o
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