Baterías eléctricas

Bruselas autoriza una ayuda alemana de 902 millones para evitar la fuga de una empresa a EEUU

La Comisión Europea utiliza por primera vez una excepción introducida en el marco temporal de crisis en marzo del año pasado

Banderas de la Unión Europea.

Banderas de la Unión Europea. / Europa Press - Archivo

Silvia Martínez

Bruselas

Hace diez meses que la Comisión Europea adoptó un nuevo instrumento para contrarrestar el impacto de la Ley de Reducción de la Inflación (IRA en sus siglas en inglés) de Estados Unidos, permitir a los gobiernos europeos igualar las subvenciones públicas de terceros países y evitar así la fuga de empresas. Este lunes, el Ejecutivo comunitario ha echado mano por primera vez de este mecanismo para autorizar a Alemania la concesión de una ayuda pública de 902 millones de euros a la empresa sueca Northvolt para construir una planta de baterías en Heide y evitar su marcha a Estados Unidos.

“La ayuda permitirá a Northvolt invertir en una ‘gigafábrica’ para producir células de batería para vehículos eléctricos en Europa en lugar de en Estados Unidos”, ha explicado la vicepresidenta ejecutiva y comisaria de competencia, Margrethe Vestager, en una de sus primeras apariciones en sala de prensa desde que retomara su actividad en la Comisión, tras su intento fallido por hacerse con la presidencia del Banco Europeo de Inversiones, cargo que ocupa desde este pasado 1 de enero la española Nadia Calviño.

 La ayuda de 902 millones incluirá una línea de 700 millones en subvenciones directas y 202 millones en forma de garantías. La intención de la empresa es lanzar la producción en 2026 y alcanzar su plena capacidad en 2029. Según ha explicado la Comisión, la planta de Heide tendrá una capacidad anual de 60GWh lo que supondrá entre 800.000 y 1 millón de vehículos eléctricos al año, dependiendo del tamaño de la batería.

Evitar el éxodo industrial

Se trata de la primera vez que Bruselas utiliza una medida excepcional aprobada a principios de marzo del año pasado para combatir el plan de subsidios verdes promovido por la Administración de Joe Biden y evitar el éxodo de la industria europea al otro lado del Atlántico. “Es la primera medida individual que se aprueba en línea con la posibilidad excepcional del Marco Temporal de Crisis y Transición que permite proporcionar mayores cantidades de ayuda si la inversión corre el riesgo de ser desviada de Europa debido a la disponibilidad de subsidios extranjeros”, ha añadido Vestager, que ha comparecido junto al vicecanciller alemán, Robert Habeck.

Ambos han defendido la idoneidad de este esquema de ayudas por la amenaza que sufre Europa y su dependencia de terceros países a la hora de llevar a cabo la transición verde y digital en ámbitos como el de las baterías, los semiconductores o los paneles solares. “Necesitamos una industria más sólida para los nuevos sectores: semiconductores, baterías, electrólisis e hidrógeno”, ha explicado Habeck que, al igual que Vestager, ha asegurado que sin la ayuda la producción se habría trasladado a Estados Unidos que también había ofrecido ayudas a la compañía. El alemán también ha rechazado que Berlín esté aprovechando su margen presupuestario para atraer inversiones públicas en contra de los intereses de otros Estados miembros.

“La verdadera competencia a la que nos enfrentamos no es entre Alemania, Italia o Dinamarca, o Holanda. Es entre Europa, China y Estados Unidos. (…) Estoy dispuesto a hacer todo lo posible para que el mercado interior, el único, funcione correctamente y también para que los países más pequeños, con una economía más débil o con poca potencia de fuego y una deuda más alta también tengan sus posibilidades”, ha añadido.

Vestager por su parte ha explicado que se toman muy en serio garantizar un terreno de juego equilibrado y que uno de los elementos analizados es si los pagos ponen en desventaja a algún Estado miembro. Junto a los 902 millones para la planta sueca, Bruselas también ha autorizado un esquema de ayudas de estado de Francia de 2.900 millones para apoyar la producción de baterías, paneles solares, turbinas eólicas y bombas de calor, componente clave relacionados y materias primas críticas. La Comisión ha aprobado esquemas similares en Austria, Bélgica, Alemania, Hungría, Italia, Eslovaquia y España por un total de 9.100 millones.

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