EEUU
Matt Gaetz, el congresista ultra bajo los focos
El escudero de Trump ha fagocitado la estabilidad republicana en la Cámara de Representantes con su moción contra McCarthy
Idoya Noain
“Charlatán”, “fraude”, “petulante”, “agente del caos”, “payaso”, “un tipo listo sin moral”. Normalmente cuando se usan calificativos así para un político provienen de la oposición. En Estados Unidos, en cambio, son los republicanos los que han usado esas y otras perlas para hablar de su colega de filas Matt Gaetz, el congresista de la extrema derecha que puso en marcha la moción para destituir a Kevin McCarthy que ha dejado sin ‘speaker’ a la Cámara de Representantes, tiene al Congreso paralizado y ha expuesto la guerra civil que consume a la formación conservadora.
Esa rebelión contra McCarthy liderada por Gaetz, a la que sumaron otros siete republicanos, ha vuelto los focos hacia este político de Florida de 41 años, uno de los más fieles aliados y escuderos de Donald Trump, de cuyo mensaje y estilo es tanto seguidor como defensor y aventajado alumno.
Bajo esa atención renovada se ha hecho evidente el profundo desdén y hasta desprecio que despierta entre muchos de sus compañeros de partido, algunos de los cuales quieren ahora que sea expulsado de la Cámara. Se ha intensificado también el escrutinio de problemas que lo tienen bajo investigación del Comité de Ética de la Cámara Baja. Pero son los focos lo que precisamente busca y explota Gaetz desde que llegó a Capitol Hill en 2017.
Escándalos
Hijo de un destacado y adinerado político republicano que llegó a presidir el Senado de Florida, Gaetz trabajó como abogado y fue congresista estatal antes de ser elegido en 2016 por el Distrito 1 de Florida, profundamente republicano. Y allí nada parece hacer mella en el apoyo que cuenta entre votantes conservadores, que lo han reelegido cada dos años, incluso cuando ha estado salpicado por el escándalo.
En 2021 el Comité de Ética de la Cámara Baja inició una investigación sobre alegaciones contra Gaetz que incluían conducta sexual inapropiada, consumo de drogas, el uso personal de fondos de campaña, la posible aceptación de un soborno y haber compartido en la Cámara imágenes de mujeres desnudas. Esas pesquisas se paralizaron cuando el Departamento de Justicia abrió su propia investigación sobre Gaetz, sospechoso de haber violado leyes contra el tráfico sexual al mantener relaciones con una menor de 17 años y con otras mujeres pagando, acusaciones que él niega.
La investigación de Justicia (para la que Gaetz había solicitado un perdón preventivo a Trump) se cerró en febrero de este año sin que presentaran cargos contra él, pero después el Comité de Ética del Congreso reabrió su investigación, que prosigue. Y McCarthy ha insinuado repetidamente que la cruzada de Gaetz en su contra es personal, pues se negó a poner fin a esas pesquisas, que se iniciaron cuando la cámara estaba bajo control demócrata.
Antipatía mutua
La antipatía era mutua, y venía de lejos. Se hizo evidente ya durante la presidencia de Trump, cuando McCarthy y Gaetz (que celebró su boda en Mar-a-Lago) competían por los favores del entonces presidente.
La animadversión escaló aún más cuando los republicanos consiguieron el control de la Cámara Baja y Gaetz lideró el movimiento que forzó a McCarthy a tener que someterse a 15 votaciones para ser elegido, algo que el californiano solo consiguió tras hacer concesiones al ala dura, incluyendo la de dejar que un solo congresista pudiera presentar la moción para destituirle, lo que hizo Gaetz este martes.
En estos nueve meses Gaetz, al que incluso asociados de McCarthy reconocen como un hombre “inteligente”, ha seguido presionando al ahora expresidente de la Cámara, incluso cuando este le colocaba en el Comité de Servicios Armados y en el Judicial. Ha sabido movilizar como pocos el fervor del ala ultra contra el aparato. Y los dos han chocado a menudo, tanto en público como en privado o en reuniones frente a otros republicanos.
Aunque muchos creen que buena parte de las acciones del congresista están diseñadas meramente para captar atención y recaudar fondos, elevando su perfil cuando se dice que quiere presentarse a gobernador de Florida en 2026, otros han apuntado a que realmente se trataba de una cruzada personal. “Su objetivo es Kevin”, le decía un amigo de Gaetz a ‘Politico’ hace unos días. “Eso es todo, y todo lo demás gira alrededor de eso”.
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