Inmigración

Alemania facilita el acceso a la ciudadanía y acelera las nacionalizaciones

El plan del tripartito reduce a cinco años -hasta ahora eran ocho- el periodo de residencia en el país necesario para solicitar la nacionalidad

Un grupo de refugiados, en la estación de Pasau (Alemania).

Un grupo de refugiados, en la estación de Pasau (Alemania).

Marina Ferrer

Alemania ha marcado un cambio de paradigma en lo que durante décadas fue una compleja carrera de obstáculos hasta acceder a la nacionalidad alemana. De las restricciones a la naturalización de extranjeros residentes en el país, que además debían renunciar a la nacionalidad de origen -salvo en el caso de los ciudadanos comunitarios o de países que no posibilitan esa renuncia- se pasó a reducir tiempos y requisitos para acceder al pasaporte de la primera potencia europea. Como consecuencia, en 2022, un total de 168.000 residentes extranjeros que adoptaron la nacionalidad alemana. La cifra más alta en los últimos 20 años.

El plan del tripartito entre socialdemócratas, verdes y liberales del canciller Olaf Scholz, aprobado ahora pero plasmado ya en el pacto de coalición suscrito en 2021, reduce a cinco años -hasta ahora eran ocho- el periodo de residencia en el país necesario para solicitar la nacionalidad alemana. Para aquellos que muestren una voluntad de integración “especial”, el plazo puede incluso reducirse a tres años.

Los nacidos en Alemania de padres extranjeros con cinco años de residencia estable y legal en Alemania podrán acceder a la nacionalidad alemana de forma automática.

Pasaporte múltiple

Desaparece asimismo la obligatoriedad de devolver la nacionalidad de origen y se pasa a la vía del pasaporte múltiple. Algo que durante mucho tiempo fue altamente controvertido y solo aceptado para ciudadanos de la Unión Europea (UE) -que de todos modos tenían que cumplir una serie de requisitos-. A los ciudadanos de origen turco ya nacidos en el país, por ejemplo, se les exigía elegir entre la de origen o la alemana en cuanto llegaban a la mayoría de edad. Se consideraba que retener las dos era señal de poco interés en integrarse en la sociedad alemana.

"Muchos inmigrantes se sienten alemanes, pero no quieren cortar la relación con su país de origen. A partir de ahora ya no se verán obligados a renunciar a una parte de su identidad", anunció la ministra del Interior, la socialdemócrata Nancy Faeser, al presentar su "cambio de paradigma".

Hasta ahora, la doble nacionalidad sólo era posible para comunitarios o ciudadanos con un progenitor alemán, además de los procedentes de países donde no se contempla la renuncia a la ciudadanía original, como Argentina. Es decir, sí accedían a la doble nacionalidad quienes tenían “sangre alemana”, independientemente de donde vivieran o incluso si nunca residieron en Alemania -o solo pasaron por el país de vacaciones-. La norma favorecía principalmente a descendientes de alemanes, a los que por principio no se puede despojar de esa nacionalidad por “vía sanguínea”.

Los obstáculos para acceder a la nacionalidad alemana desaparecen o al menos minimizan. Pero antes incluso de que el plan del tripartito se plasmara en norma refrendada por el Ministerio de Interior, se marcó ya un récord de naturalizaciones. Fue en 2022, con un total de 168.000 residentes extranjeros que adoptaron la nacionalidad alemana. La cifra más alta en los últimos 20 años y un incremento del 28% respecto al año anterior, según los datos de la oficina federal de Estadística (Destatis).

Ciudadanos sirios

Revelador es que el más alto porcentaje en ese grupo -con un 29%- correspondió a ciudadanos sirios, con un total de 48.300, más del doble que el año anterior. Es decir, ejemplos teóricamente exitosos de integración en el país de un numero respetable entre los solicitantes de asilo llegados a raíz de la crisis humanitaria de 2015. Por entonces, entre los requisitos para la naturalización figuraban los conocimientos lingüísticos, tener garantizada la subsistencia por propios medios y, por regla general, un periodo mínimo de residencia de ocho años.

En este grupo se incluye Ryyn Alshebl, un sirio de 29 años llegado como refugiado en 2015, cuyo caso saltó ahora a la actualidad alemana al ser elegido alcalde de una pequeña población del sur del país, Ostelrheim, de 2.500 habitantes. Logró la elección con un 55,4% de los votos y está entre los sirios que adoptó la nacionalidad alemana por la vía rápida, debido a su “especial voluntad de integración”, a su dominio del alemán y como candidato del partido Los Verdes, primera fuerza en su 'Land', Baden-Wüttemberg.

En ese mismo año de 2015 llegó a Alemania casi un millón de peticionarios de asilo, lo que colocó a la entonces cancillera Angela Merkel bajo fuertes presiones internas entre sus filas conservadoras. En los tres años siguientes se redujo esta cifra, aunque se alcanzó la cifra total de casi dos millones.

Procesos de naturalización

Se considera que fruto de esa situación, que colocó al país ante unos desafíos logísticos y de seguridad que desbordaron sus capacidades de acogida, favoreció el acceso de la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) al Parlamento alemán, impulsada por el voto xenófobo.

La media de edad entre estos sirios nacionalizados en 2022 son los 24,6 años, dos tercios de ellos son hombres y llevan aproximadamente 6 años y medio en el país. El siguiente grupo de nacionalizados en 2022 corresponde a los ucranianos. En ese caso, sin embargo, no corresponden a los refugiados llegados a partir del inicio de la invasión rusa de su país, otro millón de personas, sino que son anteriores. Hasta su naturalización habían vivido en Alemania una media de 13,3 años.

La aceleración de los procesos de naturalización se produce en un momento en que Alemania, con 87 millones de habitantes, precisa urgentemente de la integración de sus ciudadanos extranjeros, sean o no refugiados, comunitarios o extracomunitarios. La mitad de población está por encima de los 45 años y uno de cada cinco ciudadanos supera incluso los 66 años. Al desafío demográfico, económico y social se suma la falta endémica de personal en prácticamente todos los sectores industriales del país, en un momento en que pese a las múltiples campañas lanzadas por el gobierno no se consigue atraer al mercado laboral un número suficientes de trabajadores cualificados o sin cualificación. Según estimaciones recientes de la Agencia Federal de Empleo, Alemania precisaría incorporar anualmente a unos 400.00 trabajadores extranjeros o un total de 35 millones hasta 2035.   

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