Conflicto en el este de Europa

La guerra irrumpe en Rusia tras la toma de dos pueblos a cargo de milicianos rusos al servicio de Ucrania

No es la primera vez que el conflicto entra en tierras rusas, donde se han producido ataques con artillería y drones o sabotajes de distinta índole contra instalaciones militares, trenes de mercancía o depósitos de combustible

La guerra irrumpe en Rusia tras la toma de dos pueblos a cargo de milicianos rusos al servicio de Ucrania.

La guerra irrumpe en Rusia tras la toma de dos pueblos a cargo de milicianos rusos al servicio de Ucrania.

Ricardo Mir de Francia

La guerra de Vladímir Putin ha traspasado de lleno las fronteras de Ucrania para adentrarse en territorio soberano ruso. Dos milicias de voluntarios rusos afines a la causa ucraniana aseguraron este lunes haber tomado dos pequeñas localidades en la región rusa de Belgorod, una incursión confirmada después por las autoridades rusas de la región y la inteligencia militar ucraniana. En varios mensajes y vídeos colgados en Telegram, los grupos de paramilitares anunciaron que su intención es crear una “zona desmilitarizada” en las zonas fronterizas como primer paso para “liberar” a Rusia de la “dictadura del Kremlin”. El órdago no ha pasado inadvertido en Belgorod, donde se ha declarado el “régimen antiterrorista” para tratar de neutralizar a los “saboteadores”.

No es la primera vez que el conflicto entra en tierras rusas, donde se han producido ataques con artillería y drones o sabotajes de distinta índole contra instalaciones militarestrenes de mercancía o depósitos de combustible. Pero las acciones de este lunes, concentradas en una de las regiones que sirve de nudo logístico para la maquinaria de guerra rusa en Ucrania, parecen inaugurar un fase mucho más ambiciosa para perturbar la retaguardia del Kremlin. Las autoridades de ambos bandos confirmaron que se están produciendo combates en varias aldeas pegadas a la frontera con la provincia ucraniana de Járkov, situada en el noreste del país, donde algunos vídeos muestran columnas de humo levantándose sobre varios edificios.

Las dos milicias que se han atribuido la operación dicen haber tomado las aldeas de Kozinka Gora-Podol, mientras continuaría el asalto sobre Graivoron, situada unos 180 kilómetros al oeste de Belgorod, la capital de la región del mismo nombre. “Los voluntarios rusos han vuelto a la madre patria. Estamos en casa. El momento para luchar por la libertad de Rusia ha llegado”, puede escucharse en uno de los vídeos colgado por el llamado Cuerpo de Voluntarios Rusos, una organización que reivindicó el pasado mes de marzo un ataque en la provincia de Briansk en el que murieron dos personas. En sus mensajes, también pidieron a la población que permanezca en sus casas, no se resista ni tenga miedo. “No somos vuestros enemigos. A diferencia de los zombis de Putin, no hacemos daño a los civiles ni los utilizamos en nuestro beneficio”, afirman los paramilitares en otro vídeo.

Intenciones telegrafiadas hace semanas

Hace dos semanas EL PERIÓDICO, del grupo Prensa Ibérica, publicó unos documentos que desgranaban las intenciones de grupos de voluntarios rusos para crear el caos en las zonas fronterizas y fomentar un clima de guerra civil con la intención de tomar el control de algunas plazas y declarar su independencia del Estado ruso. Este diario no pudo confirmar la autenticidad de los documentos, que aparecieron en uno de los chats de Frens Chan y llevaban las marcas de clasificación habituales de la inteligencia de Estados Unidos. Su embajada en Madrid se limitó a responder que no hace comentarios sobre temas relacionados con el espionaje, pero varios expertos consultados desde entonces han puesto razonadamente en duda que los documentos fueran estadounidenses.

“No podemos descartar que sea una coincidencia, pero es posible que la misma gente que organizó el ataque de hoy quisiera publicitar sus intenciones hace dos semanas fabricando unos supuestos documentos estadounidenses”, asegura desde la Chatham House londinense Keir Giles, experto en Rusia y sus Fuerzas Armadas. “No hay duda de que las acciones de hoy les sirven a Ucrania y sus aliados para crear la impresión de que las regiones fronterizas rusas están bajo amenaza. Eso serviría para distraer a sus militares ante la inminente contraofensiva ucraniana. Pero eso no significa que Ucrania esté detrás de los documentos. En los últimos meses hemos visto como algunas acciones corrían cargo de algunos actores ‘freelance’ que operan por su cuenta”, añade Giles.

Poco antes de declarar el “régimen antiterrorista” en Belgorod, una figura jurídica que permite a sus autoridades tomar medidas extraordinarias al tiempo que se suspenden las actividades industriales que requieren el uso de explosivos o sustancias químicas, su gobernador atribuyó el ataque a “saboteadores y grupos de reconocimiento de las Fuerzas Armadas Ucranianas”. Desde el Kremlin, su portavoz afirmó que tanto el ejército, como el FSB y la Guardia Fronteriza, han “tomado las medidas necesarias para liquidar al enemigo”.

Grupos paramilitares de partisanos rusos

Desde Kiev, sin embargo, su inteligencia militar subrayó que detrás del asalto están grupos de partisanos rusos, concretamente los Cuerpos de Voluntarios Rusos, una organización formada en agosto del año pasado por nacionalistas rusos a los que se atribuyen vínculos con la extrema derecha, y la Legión Libertad para Rusia, formada por desertores del ejército de Putin y creada poco después del inicio de la invasión a gran escala. Ambas han estado luchando en las filas ucranianas en los últimos meses, aunque persisten muchas dudas sobre quién está detrás de ellas o a qué intereses responden.

En los vídeos colgados en sus respectivos canales de Telegram, donde se ven señales con topónimos de la región de Belgorod, aparecen banderas blancas y azules colgadas de diversas infraestructuras, uno de los símbolos de los rusos que se oponen a la invasión de Ucrania y al régimen de Putin. “Mirando hacia delante, nuestra intención es liberar a toda Rusia de la dictadura de Putin y poner fin a esta guerra criminal”, dice otro de sus mensajes.

Lo que parece bastante dudoso es que vayan a ser capaces de consolidar sus posiciones dentro de territorio ruso. “Conviene recordar el tipo de tácticas que el Kremlin utiliza en este tipo de situaciones”, afirma Giles en una conversación telefónica. “Sirva como ejemplo lo que pasó a finales de los noventa en las fronteras de Rusia con Chechenia y Daguestán. Su ejército arrasó varias aldeas con artillería en lugar de luchar por recuperarlas para preservar la integridad de los civiles”, añade el experto de la Chatham House.

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