Iglesia católica

La luz verde del Papa al voto laico y femenino recrudece el choque entre progresistas y conservadores

Las corrientes más conservadoras, en particular las que surgen de la Iglesia estadounidense e inglesa, han sido las autoras de los ataques más feroces

La luz verde del Papa al voto laico y femenino recrudece el choque entre progresistas y conservadores.

La luz verde del Papa al voto laico y femenino recrudece el choque entre progresistas y conservadores. / AFP

Irene Savio

Agitación total dentro de la Iglesia católica. La guerra ideológica que asola a la milenaria institución desde hace meses ha entrado en una nueva fase de choque. La primera causa: la decisión del papa Francisco de permitir que laicos y mujeres voten en el próximo sínodo (reunión de obispos) de octubre, como se anunció este miércoles. La segunda: las filtraciones sobre las supuestas aperturas de Francisco para que, durante la reunión, se aborden cuestiones identitarios y divisivos dentro del catolicismo.

Convencidas de que el sínodo se encamina hacia posiciones más progresistas, las corrientes conservadoras, en particular las que surgen de la Iglesia estadounidense e inglesa, han sido las autoras de los ataques más feroces. Algunos reproches, muchos de ellos dirigidos directamente al Papa, se han hecho de forma pública. En otros casos, prelados de este sector han optado por visibilizar sus críticas en internet, en muchos casos de forma anónima.  

"Un golpe" del Papa

Este es el caso del conocido la web italiana Messa in Latino (Misa en latín), la cual, en un artículo no firmado sobre el anuncio de la inclusión del voto femenino y laico, ha tachado la decisión del Papa de “golpe”, orquestado “porque muchos obispos no votarían como él (Francisco) quiere”. El Pontífice, sigue, “ha suprimido el sínodo de los obispos creado por Pablo VI y ha creado una asamblea propia que ya no puede llamarse ‘de los obispos’, porque ahora todos tienen derecho a votar”, ha publicado, por su parte, el blog Cantuale Antonianum, también en un texto sin un autor concreto.

“Toda la gente sensata sabe que el sínodo de la sinodalidad es una tontería”, escribió en Twitter el diácono Nick Donnelly, de la diócesis de Lancaster (Inglaterra). Palabras aún más duras ha tenido el obispo Joseph Strickland, de Texas (EE.UU.), quien consideró que el matrimonio católico ya no tendrá “sentido alguno” si también se debatirá, como se ha sugerido en los últimos días, sobre la posibilidad de un acceso a la comunión para los fieles casados en segundas nupcias

Equilibrios alterados

Jacopo Scaramuzzi, vaticanista del diario 'La Repubblica', lo considera el fruto de una irritación del sector conservador ante “novedades sustanciales”, según dice, en referencia a la decisión de incluir a laicos y mujeres como votantes del sínodo. “La Iglesia sin duda no es una democracia, el Papa es un monarca absoluto (…) y las ‘cuotas rosas’ cambian los equilibrios dentro de la Iglesia”, afirma a declaraciones a este diario.

De ahí también la reacción del sector progresista, en parte satisfecho pero que sigue tensando la cuerda para obrar cambios más profundos. “Sí, esta decisión me alegra”, afirma Paola Lazzarini, fundadora del colectivo Donne per la Chiesa (Mujeres para la Iglesia). Pero “se tratará de mujeres nombradas y no elegidas”, critica, al expresar también dudas sobre el hecho de que, sean cuales sean las conclusiones del sínodo, Francisco tiene la facultad de aprobarlas o no. 

“Al fin y al cabo, el sínodo es un órgano consultivo”, subraya Lazzarini. “Ese es otro tema. Habrá que entender qué uso hará (el Papa) de las indicaciones sobre las cuestiones más candentes que se abordarán durante el sínodo”, coincide Marinella Perroni, teóloga y autora de libros sobre temas religiosos

Encrucijada vital

El precedente, en efecto, es el sínodo de Amazonía (2019). En aquella ocasión, después de días de reuniones, Francisco no dio el paso hacia adelante esperado por las corrientes progresistas. Con ello, el Papa desechó las propuestas de los obispos de las regiones amazónicas de permitir la ordenación de hombres casados en zonas remotas con escasez de curas y también autorizar el nombramiento de mujeres diaconisas

En cualquier caso, algunos vaticanistas consideran que la Iglesia se encuentra ante una encrucijada vital de gran importancia. “Es un giro histórico. Después de siglos de sometimiento de la mujer dentro de la jerarquía clerical, las creyentes acceden -al menos, en cuanto al voto- a una igualad en la toma de decisiones”, ha opinado Marco Politi, analista de cuestiones religiosas. El Papa, “con esta decisión, ha empezado a desclericalizar su Iglesia”. El problema de Francisco es que, “entre bastidores, hay una gran masa de obispos y sacerdotes completamente contrarios a este giro (…) y que intentarán oponerse”, ha añadido el analista.

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