Debate sobre China

Borrell insta a los gobiernos europeos a actuar como “un coro bien afinado” ante China

El alto representante para la política exterior de la UE advierte que Taiwan es "fundamental para Europa" y parte de su "perímetro geoestratégico

El alto representante de Exteriores de la UE, Josep Borrell, durante una intervención en el Parlamento Europeo.

El alto representante de Exteriores de la UE, Josep Borrell, durante una intervención en el Parlamento Europeo. / EP

Silvia Martinez

“Para que el diálogo con China tenga lugar con eficacia tenemos que alinear nuestras posiciones y expresarlas no con una sola voz, porque tenemos multiplicidad de voces, pero sí como un coro bien afinado. Con muchas voces pero procurando decir lo mismo o al menos en la misma longitud de onda. La pluralidad no debe ser un problema mientras haya una posición consensuada”, ha advertido este martes el alto representante para la política exterior de la UE, Josep Borrell, durante un debate celebrado en el Parlamento Europeo a raíz del viaje a China del presidente francés, Emmanuel Macron, y la polémica suscitada por sus declaraciones sobre China y Taiwan y la autonomía estratégica frente a socios como Estados Unidos. “Es fundamental para Europa. Es parte de nuestro perímetro geoestratégico”, ha avisado el político español sobre el territorio taiwanés instando a los Veintisiete a recalibrar la estrategia frente a China para adaptarla a las nuevas circunstancias pero con “realismo” y sobre todo “unidad”.

Borrell ha reconocido que las relaciones entre la UE y China no podrán desarrollarse con normalidad si Pekín no utiliza su influencia en Rusia para conseguir que Vladimir Putin retire sus tropas de Ucrania y ponga fin a la guerra. “Cualquier neutralidad que no distinga entre agresor y agredido es ponerse del lado del agresor”, ha avisado. Aún así, ha vuelto a defender que hay que seguir hablando con China, “un superpoder”, debido a su “colosal influencia en el mundo” porque “el diálogo es la base de la política internacional”. Ha recordado que pese a la rivalidad que existe con el gigante asiático, y aunque “China no sea una democracia”, tampoco “hay que rechazar la colaboración” en grandes problemas globales como el cambio climático, y ha abogado por evitar una “guerra fría” entre oeste y este y por prestar más atención a los países del sur, a los que China lleva años cortejando en la construcción de un orden mundial “distinto al que ha construido occidente”.

“Nuestra estrategia respecto a China debe basarse en cuatro palabras: valores, seguridad económica, Taiwan y Ucrania”, ha avisado recalcando la importancia estratégica tanto de Taiwan -que suministra el 90% de los semiconductores a la UE- como de Ucrania para la UE. “Taiwán es fundamental para Europa porque el estrecho más estratégico del mundo y, en particular, para nuestro comercio”, ha insistido Borrell recordando que cualquier “acción por la fuerza” contra el territorio debe ser rechazada porque Taiwan es parte del “perímetro geoestratégico” europeo. “Estoy seguro de que todos los países europeos comparten esta posición”, ha añadido sobre la necesidad de garantizar la paz y los intereses del continente sin “echar leña al fuego”.

Recalibrar la estrategia

La última vez en que la Unión Europea actualizó su estrategia respecto a China fue en el año 2019. Desde entonces “el mundo ha cambiado, Europa ha cambiado y nuestra estrategia europea también tiene que adaptarse”, ha dicho la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, que acompañó al dirigente francés en un viaje a Pekín que ha defendido y calificado de “necesario” para eliminar malentendidos. “Es urgente y bueno que tengamos este debate” porque “esta relación es demasiado importante para nosotros como para no definir nuestra propia estrategia europea”, ha reconocido también la alemana que ha apuntado con preocupación la postura de Pekín ante los derechos humanos, su presencia militar en el Mar de China o la coerción económica y comercial a Estados miembros como Lituania.

“China ha pasado página a la era de las reformas y la apertura y se mueve hacia una era de seguridad y control”, ha añadido von der Leyen sobre la estrategia de control y dependencia de Pekín. Los dirigentes comunitarios reconocen que el gigante asiático es un socio “vital” y muestra de ellos las cifras: un comercio diario valorado en 2.300 millones de euros. Al mismo tiempo Bruselas ve “urgente” reequilibrar la relación con transparencia, predictabilidad y reciprocidad. “Lo que queremos es que China respete la igualdad de condiciones en el acceso de nuestras empresas al mercado chino, que respete la transparencia sobre las subvenciones, que respete la propiedad intelectual”, ha dicho von der Leyen. 

Y más allá, los riesgos que plantea el vinculo entre el sector comercial y militar chino. “Tenemos que asegurarnos de que el capital de nuestras empresas, su experiencia y sus conocimientos no se utilicen para mejorar las capacidades militares y de inteligencia de quienes también son nuestros rivales sistémicos. Eso no puede ser”, ha avisado la alemana sobre la necesidad de examinar las lagunas existentes en la legislación europea que permitan la fuga de tecnologías emergentes y sensibles a través de inversiones en otros países. “Estamos reflexionando actualmente sobre si -y cómo- Europa debería desarrollar un instrumento sobre inversiones para un número muy reducido pero muy sensible de tecnologías”, ha confirmado sobre un elemento que integrará la nueva Estrategia de Seguridad Económica que la Comisión presentará en los próximos meses.