Diálogo con los hutís

Una delegación saudí en Sanaa permite vislumbrar un fin a la guerra en Yemen

Casi 900 prisioneros han sido intercambiados después de cuatro días de negociaciones en la capital yemení que suponen un reconocimiento de los hutís como actores políticos legítimos por parte de su enemigo saudí

Prisioneros yemenís liberados por Arabia Saudí a su llegada a Sanaa.

Prisioneros yemenís liberados por Arabia Saudí a su llegada a Sanaa. / REUTERS

Andrea López-Tomàs

Los aviones se cruzan en el aire. Decenas de ellos son protagonistas y vehículo de un día histórico. Este viernes casi 900 hombres volverán a su país natal. Se trata de centenares de detenidos en relación al conflicto en Yemen que vuelan de Arabia Saudí a la tierra en conflicto y viceversa en uno de los mayores intercambios de prisioneros entre facciones rivales desde octubre del 2020. La esperanzadora jornada sigue a días de ilusiones y futuro después de que funcionarios saudís y yemenís se reunieran, bajo mediación omaní, desde el pasado domingo para tratar de imaginar, por primera vez en ocho años, un Yemen sin guerra.

Después de cuatro días en Sanaa, la delegación saudí ha abandonado Yemen sin una tregua finalizada pero con el compromiso de los rebeldes hutís respaldados por Irán de celebrar una segunda ronda de conversaciones. “Hay un acuerdo inicial sobre una tregua que debería anunciarse más adelante si se concreta”, ha afirmado un funcionario hutí bajo condición de anonimato a Associated Press, en información que ha sido confirmada por una fuente del gobierno. La imagen del presidente hutí y el embajador saudí sonriendo en un cálido apretón de manos se convirtió el pasado domingo en la primera constatación de que se avecinaba una semana histórica.

Catástrofe humanitaria

No hace mucho hubiera sido impensable para el embajador saudí Mohammed Al Jaber imaginarse rompiendo el ayuno de ramadán con el líder de los hutís en la capital yemení, Ali Qarshah. El mismo Ali Qarshah al que las autoridades saudís acusaron, junto a una cuarentena de representantes hutís, de ejecutar y dar apoyo a “actividades terroristas”. Pusieron un precio de cinco millones de dólares en su cabeza para quien pudiera aportar información sobre su paradero para facilitar su detención. Pero, tras ocho años de hostilidad y devastación en la peor crisis humanitaria del mundo, varios actores han confluido en la búsqueda de un alto el fuego permanente

La guerra en Yemen ha matado a cientos de miles de personas, directa o indirectamente, ya que el conflicto ha provocado una terrible hambruna en la peor catástrofe humanitaria en décadas en el que ya era el país árabe más pobre. Cuando los hutís tomaron el control de Sanaa en septiembre de 2014, derrocaron al gobierno reconocido internacionalmente y desencadenaron una intervención militar liderada por Arabia Saudí en marzo del año siguiente. Actualmente, dos tercios de los 30 millones de habitantes de Yemen dependen de la ayuda humanitaria, según Naciones Unidas. La reciente y drástica disminución de los combates fue gracias a una tregua de seis meses negociada por la ONU que expiró el pasado mes de octubre. 

Relaciones entre Irán y Arabia Saudí

Ahora, ha sido el restablecimiento de relaciones entre Irán y Arabia Saudí de hace apenas un mes lo que ha permitido que se empiece a hablar de paz en Yemen. El histórico anuncio negociado por China ha puesto fin a siete años de distanciamiento entre las dos grandes potencias de Oriente Próximo. Durante este tiempo, Riad y Teherán han usado Yemen como tablero de enfrentamientos en su batalla por la influencia en toda la región. Arabia Saudí ha liderado una coalición militar sobre el terreno, mientras que Irán ha armado a las milicias hutís. Este nuevo diálogo supone una importante victoria diplomática y política para el grupo que gobierna Sanaa de facto. 

Por su parte, los hutís han pedido fondos para pagar los salarios de los funcionarios públicos en las áreas bajo su control y el compromiso saudí de levantar las restricciones operativas en los puertos y aeropuertos que controlan. Por ahora, la delegación saudí en tierra hutí ya ha sido una declaración en sí misma de que aquellos que hace dos días eran considerados un grupo terrorista por su uso de las armas para lograr objetivos políticos ahora son actores políticos legítimos en Yemen. Actualmente, los hutís no han abandonado las armas, pero eso no ha impedido a Arabia Saudí entablar conversaciones para buscar una salida de la guerra. 

Frente al castigado pueblo yemení, también supone la profundización de la confianza de millones de ciudadanos en las capacidades de liderazgo de los hutís. Además, el gobierno internacionalmente reconocido de Yemen ha acogido con satisfacción los amplios gestos diplomáticos de Arabia Saudí para poner fin al conflicto. A su vez, la Casa Blanca ha “dado la bienvenida a los esfuerzos extraordinarios” de su aliado saudí. Mientras, en ambos países, algunas familias podrán celebrar el último viernes de Ramadán más feliz en años. La llegada de 887 prisioneros a sus respectivas casas en Arabia Saudí y en Yemen llena de esperanza a una región en transformación.