Drama humanitario

Estado de emergencia migratorio en Italia: claves, efectos e incoherencias del decreto de Meloni

El Gobierno italiano justifica la medida como consecuencia del aumento de desembarcos a través de las rutas del Mediterráneo

Unos migrantes son ayudados a desembarcar en el puerto de Nápoles tras ser rescatados en el Mediterráneo, el pasado mes de febrero.

Unos migrantes son ayudados a desembarcar en el puerto de Nápoles tras ser rescatados en el Mediterráneo, el pasado mes de febrero. / EFE

Irene Savio

El Consejo de Ministros de Italia ha aprobado un decreto por el cual declara el estado de emergencia migratorio tras el desembarco en las costas italianas de más de 3.000 migrantes en los últimos días. La medida tiene consecuencias dentro y fuera del país transalpino, refleja algunas contradicciones del Gobierno de la ultraderechista Giorgia Meloni y supone un toque de atención a la Unión Europea.

Estas son las principales claves del decreto de Meloni

¿En qué consiste?

La declaración del estado de emergencia es un acto administrativo que, en Italia, permite a los gobiernos aprobar con mayor rapidez medidas de contención para hacer frente a una emergencia. Se trata de una norma prevista por los artículos 7 y 24 del Código de la Protección Civil, puede ser aplicada localmente o en todo el territorio nacional y puede adoptarse cuando se aprecien "eventos calamitosos de origen natural o derivados de la actividad humana". Para ello, es posible que se elija un comisario que se encargue de llevar adelante las iniciativas que el Gobierno considera oportunas para cumplir sus objetivos. El precedente se remonta a 2011, cuando Silvio Berlusconi, entonces primer ministro, adoptó una medida parecida, a raíz de un aumento de las llegadas de migrantes a Italia.

¿Cuál es el objetivo?

Pese a que existen diversas dudas sobre el verdadero impacto de la medida para resolver la situación actual, el Gobierno ha justificado la decisión como una respuesta para hacer frente a las crecientes llegadas de migrantes a sus costas. Los objetivos declarados son descongestionar los centros de acogida (in primis, el de Lampedusa, actualmente hacinado), y aumentar y reforzar los centros de identificación y expulsión. Esto último, sin embargo, es posible que sea una 'caja vacía' y que no se traduzca en repatriaciones masivas de migrantes. La razón es que Italia solo puede hacerlo de común acuerdo con los países de origen (con o sin acuerdos formales) y estos a menudo son reacios a colaborar. Aún así, es posible que la medida agilice los procedimientos para mantener a los migrantes en estos centros durante largos periodos.

¿Cómo puede afectar a la UE?

Sin duda, la decisión también es un mensaje a Bruselas. La propia nota enviada por fuentes gubernamentales a diversos medios, a la que también tuvo acceso EL PERIÓDICO, del grupo Prensa Ibérica, aclara que "continúa" el trabajo de Roma con las autoridades europeas para encontrar "una estrategia común" ante la crisis migratoria. Esto hay que leerlo conjuntamente con el plan que ha estado sugiriendo Italia en las últimas semanas y que algunos creen que también se abordó en el encuentro a puerta cerrada entre Giorgia Meloni y Pedro Sánchez la semana pasada: que se encuentre una solución 'a la turca' para Túnez, es decir, que la Unión Europea promueva un acuerdo similar al pacto de 2016 con Ankara para que el país anatolio funcionara como un "tapón" para evitar nuevas entradas de refugiados a Europa a cambio de dinero. Túnez es actualmente uno de los principales puertos de salida de los migrantes. No se excluye que Meloni pueda solicitar esta medida también para otros países del norte de África.

¿Cuánto puede durar y cómo se financiará?

De momento, el Gobierno ha dicho que el estado de emergencia durará seis meses. Sin embargo, según la legislación en vigor, cuando la medida se aplica en todo el territorio nacional, puede durar unos 12 meses iniciales que pueden ser prorrogados por otros 12. Después de esto, sólo se puede mantener presentando un proyecto de ley que debe aprobar el Parlamento. En cuanto a la financiación, el Gobierno ya ha anunciado que ha asignado unos cinco millones de euros, a los que se sumarán otros 20 millones de euros para los seis meses.

¿Cuáles son las contradicciones?

El hostigamiento de las oenegés, que actualmente a menudo tienen que recorrer trayectos más largos después de sus rescates, no se ha traducido este año en un número inferior de llegadas a las costas italianas. El Gobierno italiano también ha anunciado castigos más duros para los traficantes de personas, pero tampoco esto ha disminuido las llegadas de momento. Dicho esto, tal vez la contradicción más grande es que Italia tiene serios problemas demográficos y necesita de mano de obra para mantener en pie su economía. Tan solo para los campos agrícolas, el gremio Coldiretti ha estimado que el país precisa de unos 100.000 trabajadores que no tiene. Pese a ello, este año, el Gobierno ofreció apenas 83.000 visados de trabajo, frente a 240.000 solicitudes de empresas.

Suscríbete para seguir leyendo