Protestas masivas

Choque entre Netanyahu y el presidente de Israel por la reforma judicial

Herzog ha planteado un conjunto de medidas alternativas al cambio propuesto por el Ejecutivo de extrema derecha que está motivando a miles de personas a protestar en su contra desde hace semanas

Netanyahu durante su visita a Berlín.

Netanyahu durante su visita a Berlín. / EFE

Andrea López-Tomàs

En Israel, podría estallar una “verdadera guerra civil, donde la vida humana está en riesgo”. Y aquellos que no lo creen “no tienen ni idea”, ha declarado alarmado su presidente Isaac Herzog. En una extraña y sombría declaración, el político israelí ha anunciado un conjunto de medidas alternativas al polémico plan de reforma judicial impulsado por el gobierno de Binyamín Netanyahu. Pero el actual jefe del Ejecutivo ha rechazado la propuesta, reduciendo la posibilidad de acabar con la crisis interna que sufre el país. De nuevo, la ciudadanía israelí se ha lanzado a las calles para protestar contra la negativa de Netanyahu.

Con su propuesta llamada ‘Marco del Pueblo’, Herzog ha intentado este miércoles acabar con los planes del gobierno para reformar radicalmente el sistema judicial a su favor, ganando poder para el ejecutivo y el legislativo. “Este marco protege a todos y cada uno de los ciudadanos de Israel, protege a Israel como un estado judío y democrático”, ha declarado por televisión, a la vez que ha instado a ambos bandos a “no destruir el país”. Desde que Netanyahu volvió al cargo con un Ejecutivo de extrema derecha y presentó su reforma judicial, gran parte de la sociedad israelí se ha entregado a lo que consideran la defensa del Estado de derecho. 

“Secciones clave del esquema que presentó [Herzog] sólo perpetúan la situación existente y no brindan el equilibrio requerido a las autoridades israelíes”, ha declarado rápidamente Netanyahu en Twitter. “Esta es la desafortunada verdad”, ha apuntado respecto a la propuesta del presidente. Los representantes del gobierno han acusado a Herzog de posicionarse a favor de la oposición. El presidente se ha justificado diciendo que todo lo que hacía era “por el bien de encontrar un amplio consenso en la sociedad israelí, y lo más rápido posible, para evitar la división entre nosotros”. Su gesto es inusual, ya que su cargo no cuenta con funciones ejecutivas en Israel, aunque sí tiene legitimación para arbitrar en crisis políticas.

A las puertas de su 75º aniversario, Israel parece sumido en una de sus peores. Decenas de miles de personas llevan semanas manifestándose en contra de las radicales propuestas del nuevo gobierno. Este jueves, después de la negativa de Netanyahu, han hecho lo mismo. “Estamos luchando contra una dictadura”, han implorado los manifestantes en Tel Aviv. Desde primera hora de la mañana, miles de ciudadanos han protagonizado el tercer “día de disrupción” de las últimas semanas, con carreteras bloqueadas y detenciones por parte de la policía. El exprimer ministro Yair Lapid ha condenado la creciente violencia contra los manifestantes. A su vez, por primera vez un miembro de la coalición gobernante, el diputado del Likud, David Bitan, ha expresado la necesidad de congelar la reforma judicial con tal de "calmar al país".