Levantamiento de restricciones

China reabre la puerta al turismo tres años después del inicio de la pandemia

Las embajadas chinas expiden todo tipo de visados desde este miércoles tras la jubilación de la política de covid cero

Trabajadores sanitarios llevan a cabo test de covid en una calle de Shangái el 19 de julio de 2022, cuando hubo una escalada de casos en China.

Trabajadores sanitarios llevan a cabo test de covid en una calle de Shangái el 19 de julio de 2022, cuando hubo una escalada de casos en China.

Adrián Foncillas

China y el resto del mundo han recuperado la conexión prepandémica. Desde este miércoles y después de casi tres años, las embajadas chinas expiden todo tipo de visados, incluidos los turísticos. Las restricciones a los extranjeros eran el último vestigio de una política cero covid que fue dinamitada a finales del pasado diciembre y que supuso un paréntesis en las cuatro décadas de apertura china al mundo.

Pekín también ha aprobado la posibilidad de recuperar la validez de los visados emitidos antes del 28 de marzo de 2020, fecha en la que China ordenó el cerrojazo para protegerse del coronavirus, siempre y cuando no hayan caducado. Asimismo, regresa la exención de visados a los turistas de Hong KongMacao y algunos países del Sudeste Asiático. Y tampoco se exigirán a los llegados a la isla de Hainan ni en los cruceros de paso por Shanghái. La normativa, sostiene el Ministerio de Exteriores, “facilitará los intercambios entre la población china y la extranjera”.

Cerca de la normalidad prepandémica

Los viajes a China han sido durante años una tortura desquiciante. A los contados visados que se expedían por causas muy tasadas les seguían los escasos y carísimos vuelos carísimos cancelados a menudo, innumerables pruebas médicas y larguísimas cuarentenas a cargo del viajero. La jubilación de la política covid cero, a mediados de diciembre, redujo estos requisitos al resultado negativo de una prueba PCR realizada en los dos días previos al vuelo en una clínica u hospital homologado.

El portavoz ministerial, Wang Wenbin, aclaró el martes que a partir de ahora bastará con un test de antígenos, que sólo cuestan un par de euros, se realizan en casa y el resultado es conocido de inmediato. “Hemos optimizado las medidas para el testeo remoto de los que llegan a China desde países relevantes (…) El riesgo de epidemia es, en general, controlable”, justificó Wang.

China emprendió una tímida reapertura en la segunda mitad del pasado año. En agosto volvió a emitir visados a estudiantes, uno de los colectivos más castigados. Muchos de ellos habían escuchado las noticias sobre una extraña neumonía mientras disfrutaban de las navidades en sus países y no pudieron regresar en más de dos años.

Reapertura al turismo internacional

El hundimiento de los últimos diques de contención para los extranjeros llega un mes después de que China declarase la victoria sobre el coronavirus. El año pasado se contaron 115 millones de viajes transfronterizos en China y menos de cinco correspondían a extranjeros. En contraposición, las cifras de 2019 son de 670 millones de viajes, de los cuales casi un centenar son de extranjeros. Sin embargo, el sector ha resistido mejor que otros destinos turísticos -como España o Tailandia- gracias a la clientela interna, un mercado de 1.400 millones de personas, forzadas al turismo nacional por las cuarentenas al regreso del extranjero.

China padeció un doloroso encierro voluntario durante el maoísmo. La apertura ordenada por Deng Xiaoping, arquitecto de las reformas, empujó a China hacia la globalización. Millones de estudiantes y turistas, nacionales y extranjeros, entraban y salían cada año del país. Pero el coronavirus interrumpió un intercambio que le hizo tanto bien a China como al mundo. Las medidas que entran en vigor este miércoles recuperan la normalidad.