Guerra de Ucrania

Marc Marginedas desde Járkov: Ucrania avanza en su desrusificación

Crece el rechazo entre los ucranianos rusófonos a hablar el idioma del invasor

Marc Marginedas

Anastasia, residente en Járkov, trabaja como recepcionista de una de las principales cadenas hoteleras de Ucrania. Al igual que la inmensa mayoría de los habitantes de la segunda ciudad del país eslavo, el ruso es su idioma materno, aunque también entiende y habla el ucraniano, eso sí, con menor facilidad de palabra. Tras la invasión lanzada hace un año por el poderoso vecino del este, esta joven de larga melena negra ojos brillantes, al igual que un buen número de conciudadanos, ha decidido introducir cambios significativos en sus hábitos lingüísticos e intenta ir arrinconando progresivamente, en su día a día, el idioma ruso, al que considera como la lengua de la potencia ocupante.

"He comprendido finalmente que con el idioma vienen otras cosas", apunta, para justificar que ya solo emplee el ucraniano con un buen número de sus amistades, y que incluso frente a aquellos huéspedes capaces de expresarse en la lengua de Fiódor Dostoyevski, recurra a un inglés rudimentario y con fuerte acento. "Es una cuestión de principios, Rusia ha utilizado siempre el idioma para controlarnos y manipularnos", continúa.

Su rechazo hacia la cultura en la que ha sido educada es tal que asume por completo la visión, cada vez más presente en la sociedad ucraniana, de que escritores clásicos de la lengua rusa, como el novelista León Tolstói o el poeta Aleksándr Pushkin, en realidad están taimados de imperialismo y son transmisores de esa ideología colonial a la que ha recurrido el Kremlin justificar la invasión. "Los grandes de la literatura rusa han ayudado a formar, transportar y a hacer arraigar a lo largo y ancho del mundo la ideología imperial y nacionalista rusa", denuncia sin ambages Volodímir Yermolenko, filósofo y director de Ukraine World, una página web en inglés especializada en el país eslavo, en un reciente artículo publicado en la revista Foreign Policy.

Las bibliotecas y librerías son, sin duda, los espacios públicos donde es más palpable este divorcio lingüístico entre las dos principales repúblicas que un día integraron un mismo Estado, la URSS. Akvarel es una conocida cadena de papelerías donde se venden desde cuadernos escolares hasta libros, pasando por lápices y manuales infantiles. Y en el establecimiento que la empresa regenta en el centro comercial Nikolski, en el mismo centro de la capital de la Ucrania rusófona, no solo los libros en el idioma mayoritario de la ciudad brillan por su ausencia, sino que ni siquiera se identifica en sus estanterías producción literaria llegada desde el este. En la sección de Historia, en lugar de los sesudos análisis y gruesos volúmenes sobre la Unión soviética, habituales en cualquier establecimiento similar moscovita, todo lo más que se puede encontrar son títulos en ucraniano tales como 'La conspiración de los dictadores: la división de Europa entre Hitler y Stalin 1939-1941'.

Sin libros

"Nosotros ya no recibimos libros de Rusia", aclara la dependienta, que prefiere no decir su nombre. En 2016, una ley aprobada por la Rada, el Parlamento unicameral ucraniano, restringía la importación de libros desde Rusia, al tiempo que prohibía todo tipo de distribución literaria no autorizada procedente del país vecino. En junio pasado, ya iniciada la guerra, vetaba por completo los escritos desde Rusia, al tiempo que obligaba a monitorear previamente cualquier publicación en lengua rusa originada en países terceros.

Una de las razones esgrimidas por el presidente Vladímir Putin para lanzar hace un año la invasión de Ucrania fue la necesidad de defender la presencia del idioma ruso en Ucrania. Sin embargo, a tenor de los datos difundidos tras el arranque del conflicto, lo que el Kremlin está logrando es precisamente el efecto contrarioDos tercios de los ucranianos que empleaban hasta hace poco ambas lenguas declaran ahora estar dispuestos a comunicarse solo en ucraniano, e incluso un tercio de quienes solo hablaban ruso proclaman su intención de modificar el idioma de comunicación.

La desaparición completa del ruso en Ucrania podría ser cuestión ya solo de una generación. Serhii Filimónov, veterano comandante militar ucraniano, considerado un héroe por muchos en el país y cuya lengua de aprendizaje fue en su día el ruso, asegura que "solo" habla con su hijo en ucraniano. Y que éste protesta cuando le oye conversar por teléfono con colegas militares en la lengua del Estado ocupante.