Protestas

El declive del Reino Unido: el legado de más de una década de gobiernos conservadores

La degradación de la sanidad pública, el deterioro de la Educación, las escuelas, el aumento de la pobreza y la corrupción política explican el derrumbe sin remedio de los tories en los sondeos

Manifestación de trabajadores en Londres.

Manifestación de trabajadores en Londres. / EFE

Begoña Arce

Después de casi 13 años de gobiernos conservadores, el mundo se pregunta qué está pasando en el Reino Unido. La que era una economía líder entre los países industrializados es la única de ese grupo en recesión. La sanidad pública está hoy diez veces peor que en el 2011 y por primera vez en la historia las enfermeras se han sumado este invierno a los piquetes de huelga a las puertas de hospitales saturados.

Las protestas y paros se extienden a todo el sector público y a varios de los servicios que fueron privatizados, como los ferrocarriles o el Royal Mail (correos). La actual crisis, agudizada por el aumento del coste de la vida, ha dejado al descubierto las consecuencias de más de una década de política de austeridad ‘tory’, con recortes pesupuestarios en servicios públicos y sociales. Las clases más débiles están pagando el coste más alto.

“Decimos que somos un país rico, un país del G7, pero la quinta parte más pobre de la población es más pobre aquí que en la mayoría de los países pobres del centro y el Este de Europa”, ha explicado la economista Stephanie Flanders, directora de Bloomberg News Economics. “Una buena parte de la población viviría mejor, incluso siendo pobre, en países pobres de la Unión Europea. Es un fenómeno que está aumentando”.

Fuga de sanitarios

Nigel Lawson, el que fuera ministro de Finanzas de Margaret Thatcher, describió en su día la sanidad pública británica (NHS) como “lo más aproximado a una religión nacional”. Esa sanidad, que fue la envidia del mundo, ha dejado de ser un modelo. Los hospitales están trabajando continuamente con pacientes dos o tres veces por encima de su capacidad.  Mientras los profesionales van a la huelga, hay 9.000 puestos de médicos y 50.000 de enfermería vacantes. “Es cada vez más difícil retener a las enfermeras con experiencia, particularmente a las más especializadas, y una gran proporción de estudiantes se marcha incluso antes de la graduación” señala Tony Hockley , del Departamento de Política Social de la London School of Economics.

Se trata de un éxodo de profesionales que los sucesivos gobiernos conservadores han ignorado, aunque sin enfermeras debidamente cualificadas y recompensadas económicamente, el cuidado que reciben los pacientes se degrada e incluso llega a ser peligroso. “La muerte de pacientes tras una intervención quirúrgica es un 25% más elevado en hospitales con el número más reducido de personal en sus plantas. Los hospitales públicos en Inglaterra carecen de personal suficiente y tienen problemas para volver a los niveles de funcionamiento de la prepandemia”, advierte Hockley.   

Escuelas al borde la bancarrota

La insuficiencia de empleados y la carencia de inversiones son problemas comunes entre los distintos sectores en huelga. En Educación, las escuelas públicas están al borde de la bancarrota. Nueve de cada diez centros en Inglaterra no tiene presupuesto suficiente para cubrir adecuadamente el año escolar. “La falta de inversiones del Gobierno a lo largo de la pasada década nos está forzando a hacer recortes de personal, en el apoyo a los alumnos y en las actividades que cada día enriquecen la escuela” afirma Paul Whiteman, secretario general de NAHT, la asociación profesional y sindical que representa a más de 45.000 miembros en Inglaterra, Gales e Irlanda del Norte.

“A pesar de toda la retórica sobre más inversiones, lo cierto es que los presupuestos escolares siguen estando bajo una enorme presión. Hace falta un programa mucho más ambicioso del gobierno si se quiere que las escuelas proporcionen la educación que la actual generación de alumnos necesita y merece”, afirma.

Algunos centros escolares están facilitando comida y ayuda a padres que no pueden afrontar el aumento del coste de la vida. Familias en las que el salario de un miembro, aunque trabaje a destajo, no alcanza. Es el nuevo rostro de la pobreza, que antes solía afectar mayoritariamente a las personas de edad avanzada y a los desempleados. Ahora en los hogares pobres, existe al menos una persona empleada.

En el año del 2010, cuando los conservadores llegaron al poder con David Cameron, los bancos de alimentos en Gran Bretaña distribuyeron 60,000 paquetes de comida. El pasado año ese número fue de 2,5 millones. El coste humano de ciertas decisiones políticas es enorme. La pobreza afecta a 14,5 millones de británicos, 1,5 millones más que hace una década.

De acuerdo con el informe de Naciones Unidas publicado en el 2019, el gobierno en el Reino Unido ha “erosionado sistemática y profundamente”, la red de protección social, con recortes masivos para gobiernos locales y servicios sociales “eliminándolos deliberadamente y reemplazado por una línea dura, sin valores ni compasión”. 

Degradación de la democracia

Los conservadores han degradado también la vida política y la democracia británica. La Administración de Boris Johnson institucionalizó la corrupción y el desprecio a la ley a niveles que no se habían visto en la historia reciente del Reino Unido. Tanto él como Liz Truss, están tratando de recuperar el cargo del que fueron expulsados. Es el comportamiento de una nueva clase de “líderes rechazando cualquier responsabilidad de sus propios actos”, señalaba en un reciente artículo en The Times el que fuera jefe de los ‘Tories’, William Hague.

“Si tu te has convertido en primer ministro, con una mayoría detrás y un mandato razonable por delante, pero tú mismo acabas con todo eso en medio del caos, hay desde luego alguien a quien echar la culpa: Es a ti”. Visto el balance de los últimos 12 años y la deriva actual, es fácil comprender por qué los conservadores están hundidos sin remedio en los sondeos.

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