Presunto espionaje

Medios suizos acusan al patriarca de la Iglesia Ortodoxa Rusa de espiar en el pasado para el KGB

El líder de la iglesia ortodoxa se ha convertido en uno de los principales apoyos del presidente ruso Putin en el arranque y la gestión de la guerra de Ucrania

El jefe de la Iglesia ortodoxa rusa, el patriarca Kirill, en una imagen de archivo.

El jefe de la Iglesia ortodoxa rusa, el patriarca Kirill, en una imagen de archivo. / EFE/EPA/ANATOLY MALTSEV

Àlex Bustos

El patriarca Kirill, máximo representante de la Iglesia Ortodoxa Rusa (IOR)espió para los servicios secretos soviéticos en los años 70, según apunta información desclasificada de la policía suiza. Medios del país helvético como Sonntagszeitung y Le Matin Dimanche sostienen que, según los datos a los que han podido acceder, “Monsignor Kirill”, tal y como se le llama en el documento, habría trabajado para el famoso KGB de la URSS.

En ese momento, Vladímir Mijáilovich Gundyayev (el nombre secular que tenía entonces), se encontraba en Ginebra representando a la iglesia ortodoxa en el Consejo Mundial de Iglesias. En esta organización se hallan la mayor parte de las confesiones cristianas, con la gran excepción de la iglesia católica y otras confesiones menores. Ambos diarios apuntan que la presencia de Mijáilov – su nombre en clave - en el consejo tenía como objetivo presionar para que este ente denunciara a EEUU y sus aliados más cercanos, además de obtener información y de minar las críticas a la ausencia de libertad religiosa en la Unión Soviética. El propio consejo reaccionó a la noticia asegurando que no tenía esta información, mientras que la iglesia ortodoxa, por su parte, declinó hacer ningún comentario al respecto.

Quien sí que habló fue el sobrino del patriarca, Mijáil Gundyaev, que representa a su credo en la misma entidad interconfesional, tal y como lo hizo su tío en el siglo pasado. “Él no era un agente, aunque estaba sometido a controles estrictos del KGB”, admitió a los medios suizos. Residió durante muchos años en Suiza y, de hecho, ha llegado a confesar que guarda “fuertes sentimientos” hacia el país helvético, uno de los que ha visitado en más ocasiones.

Cuando regresó a Moscú, fue subiendo en la jerarquía eclesiástica hasta que años más tarde, en 2009, pasó a ser su cabeza visible bajo el nombre de Kirill I. En ella ostenta el título de Patriarca de Moscú y de Todas las Rusias. Durante el tiempo que ha estado liderando la institución, esta ha sido una pata del régimen del presidente ruso Vladímir Putin, que ha virado el país ostensoblemente hacia el ultraconservadurismo desde que llegó al poder. En el marco del conflicto rusoucraniano, la IOR ha mantenido su apoyo incondicional al oficialismo ,llegando a declarar que los que mueran en el frente ucraniano “cumpliendo su deber, se les perdonarán todos los pecados”. Esta afirmación fue pronunciada cuando se produjo la movilización parcial de finales de septiembre de 2022, un momento en el que muchos varines rusos quisieron salir del país por miedo a ir a luchar.