Acuerdo comercial

La UE y Chile refuerzan sus relaciones con un acuerdo que reducirá la dependencia de China

El pacto garantizará un mayor acceso a materias primas clave como el litio, el cobre y el hidrógeno

Valdis Dombrovskis, en una rueda de prensa en la sede de la Comisión Europea, el 27 de enero.

Valdis Dombrovskis, en una rueda de prensa en la sede de la Comisión Europea, el 27 de enero. / EFE

Silvia Martínez

Hace un año que la Unión Europea y Chile concluyeron las negociaciones técnicas para modernizar el acuerdo comercial, que mantienen desde hace veinte años, pero las elecciones chilenas y la llegada de un nuevo gobierno dejaron en suspenso el espaldarazo definitivo al texto. Un acto que se ha producido este viernes en Bruselas. El pacto garantizará un mayor acceso de la UE a materias primas y combustibles limpios como el litio, el cobre y el hidrógeno, esenciales para limitar la dependencia de países como China, y más facilidades para que las empresas europeas den servicios en Chile en ámbitos como el transporte marítimo, los servicios financieros y las telecomunicaciones.

“No es casualidad que tengamos una asociación privilegiada con Chile. Llevamos mucho tiempo trabajando como aliados afines, también en la defensa del sistema multilateral de comercio y de unas normas mundiales justas. Esto es muy importante en un momento de considerable tensión geopolítica” porque “la guerra de Rusia en Ucrania ha vuelto a centrar la atención en la necesidad de forjar alianzas más estrechas con aliados de confianza”, ha explicado el vicepresidente de la Comisión y responsable de comercio, Valdis Dombrovskis, durante el anuncio realizando junto con el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, que ha calificado el acuerdo de “histórico”, y la ministra de exteriores de Chile, Antonia Urrejola

Una guerra que ha puesto de manifiesto lo importante que es “acelerar la transición energética, reforzar las cadenas de suministro estratégicas y diversificar las fuentes de aprovisionamiento”, ha dicho el político letón. El acuerdo modernizado ayudará en todo esto. Según el mismo, el 99,9%de las exportaciones de la UE a Chile estarán libres de aranceles, con lo que Bruselas espera que aumenten las exportaciones comunitarias en 4.500 millones de euros.

Según han explicado fuentes europeas, la UE celebra la mejora del acceso al mercado chino de productos lácteosquesos y el reconocimiento de indicaciones geográficas protegidas. En el caso de Chile, su interés por mejorar el acceso de sus productos cárnicos y el aceite de oliva con la exportación de 11.000 toneladas libres de aranceles (frente a una producción europea de dos millones de toneladas). Seguirá sin liberalizarse el mercado del azúcar.

Además, las empresas europeas tendrán más facilidades para prestar sus servicios en el país latinoamericano, incluidos el transporte, las telecomunicaciones, el transporte marítimo y los servicios financieros. Las empresas europeas también tendrán un mejor acceso a los contratos públicos respecto a las concesiones de bienes, servicios y otras y viceversa. Y las pymes verán reducida la burocracia. El acuerdo también incluye compromisos en materia de derechos humanos, sostenibilidad e innovación. 

Diálogo político

Por ejemplo, se amplía el diálogo político para incluir la paz, la justicia y la seguridad internacional, también se presta atención a la ciencia, la tecnología, la investigación y la innovación y se incluye un capítulo sobre comercio y desarrollo sostenible, que confirma el compromiso de las partes con las normas de la Organización Internacional del Trabajo y con el Acuerdo de París. Hay otro capítulo específico sobre comercio y género, con compromisos para eliminar la discriminación contra las mujeres, así como un último sobre sistemas alimentarios sostenibles, con el objetivo de hacer que las cadenas de suministro alimentario sean más sostenibles y resilientes.

El próximo paso ahora será lanzar el proceso de ratificación de los dos instrumentos jurídicos que incluyen el pacto. Un proceso que será largo ya que la firma de los textos no se espera hasta el otoño de 2023 y es necesaria la ratificación en todos los parlamento nacionales, incluido el de Chile. A partir de la firma sí podrán entrar en vigor los capítulos bajo competencia exclusiva de la UE. “Es un acuerdo con el que ganamos todos. Permite a Chile desarrollar su potencial para atraer inversiones y a la UE acceder de forma no discrimiminatoria a su mercado”, han destacado fuentes comunitarias.