Medidas más duras

Rusia estrangula a la disidencia con más restricciones contra los "agentes extranjeros"

El Gobierno ruso publicará datos personales de las personas etiquetadas y amplía las limitaciones a las que están sometidas oenegés, activistas o periodistas

El presidente ruso, Vladímir Putin, durante un acto este viernes en Moscú.

El presidente ruso, Vladímir Putin, durante un acto este viernes en Moscú. / EFE

Álex Bustos

El pasado jueves 1 de diciembre, los detractores del oficialismo ruso recibieron un revés más. Ese jueves entró en vigor una nueva ley de agentes extranjeros más restrictiva con los que no siguen al pie de la letra el relato oficial. Para recibir esta etiqueta basta con demostrar que se recibe financiación desde el extranjero por cualquier vía. El medio 'Republic' recibió esta etiqueta porque algunas embajadas presentes en Rusia y 'The Wall Street Journal' estaban suscritos a este portal de internet.

Con el cambio en la legislación no solo existirá un registro público de agentes extranjeros, donde cualquier ciudadano puede encontrar datos de su vecino o de su compañero de trabajo, también tendrán algunas limitaciones respecto a los trabajos que podrán realizar o el apoyo estatal al que pueden aspirar. Las personas que aparezcan en la lista estarán vetadas para organizar eventos públicos, participar en proyectos pedagógicos o didácticos, recibir apoyo del Estado ruso o trabajar como funcionarios, entre otros. Además de estar expuestos públicamente en dicha lista, accesible a cualquier ciudadano.

En las mismas páginas del Gobierno podrán consultarse datos personales de todos aquellos individuos tildados de agentes extranjeros por las autoridades rusas. Esto incluye los nombres completos, las fechas de nacimiento y los números de la Seguridad Social, entre otra información personal. "Agente extranjero" es una etiqueta heredada del pasado soviético y tiene una connotación muy negativa en Rusia, al ser algo parecido a traidor al país. Esta dura normativa, que va destinada principalmente a oenegésactivistas periodistas, dificulta el trabajo a los medios independientes, muchos de los cuáles han cerrado o han movido sus redacciones al extranjero.

Medios independientes

La ley rusa obliga a los medios y organizaciones señalados como agentes a usar etiquetas claramente visibles que identifiquen el material que elaboren como "hecho por agentes extranjeros", en especial cuando la audiencia sea rusa. Esto se debe hacer tanto en la propia página del medio como en redes sociales como en Twitter, donde debe aparecer un escrito de este tipo: "este mensaje (material) es creado y (o) distribuido por un medio de comunicación extranjero que realiza las funciones de un agente extranjero y (o) una entidad legal rusa que realiza las funciones de un agente extranjero" . Si un tercero comparte en redes sociales una noticia de un innoagent –el término en ruso– sin definirlo como tal puede ser multado.

Explica Katya M -prefiere no usar su nombre real por precaución- , que el medio en el que trabaja, 'The Insider', "fue declarado 'indeseable' –una categoría más negativa pero parecida a la de agente extranjero- , lo que implica que su trabajo está totalmente prohibido en Rusia". En su entorno explica que hay gente que la apoya, pero también hay otros que le piden "abandonar este trabajo, abandonar el periodismo porque es demasiado peligroso". Razona que muchos de los que la conocen "tienen miedo de que acabe en la cárcel". "Parte de mi familia no sabe de qué trabaja porque creen abiertamente en la narrativa del Kremlin sobre la guerra: nos obligaron a luchar, hay nazis en Kiev, los medios independientes son espías de Occidente, etc". Ha optado por no explicar a qué se dedica porque, explica, no está "100% segura" de que no la 'vendan' "al FSB" (servicios secretos rusos).

"Creo que ahora casi todos los medios independientes están en algún tipo de lista. Pero seguro que habrá más medios en la lista de extremistas, terroristas, agentes extranjeros y organizaciones prohibidas", explica Katya. Teme que en el futuro "empiecen a expropiar casas y propiedades a la gente de estas listas". En estas remarca que no solo se incluye a medios y organizaciones, "también a periodistas y activistas".

Muchos de los portales independientes se han visto obligados a abandonar el país o cerrar. Es el caso por ejemplo de 'Novaya Gazeta', que suspendió su actividad indefinidamente y se refundó en el extranjero. O el caso de la emisora Eco de Moscú, cuyo espacio en el espectro radiofónico lo ocupa a día de hoy Sputnik, propiedad del Gobierno ruso. También el canal Dozhd abandonó este 2022 el país, entre otros.

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