La ONG Human Right Watch (HRW) ha hecho un llamamiento a la Unión Europea para que ejerza presión y pida una mayor transparencia y rendición de cuentas en la próxima reunión con las diplomacias de los países de Asia Central después de las múltiples represiones violentas que han tenido lugar a lo largo de 2022 en la región.

En este sentido, la organización ha instado al Alto Representante de la Unión Europea para la Política Exterior, Josep Borrell --quien se reunirá con sus homólogos de Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán, Turkmenistán y Uzbekistán-- a pedir investigaciones independientes sobre violaciones de Derechos Humanos en varias manifestaciones.

Según la ONG, en episodios separados de violencia durante 2022, decenas de manifestantes, en su mayoría pacíficos, han muerto como resultado del uso excesivo de la fuerza por parte de las fuerzas de seguridad en Kazajistán, Tayikistán y Uzbekistán.

Además, decenas de civiles también han muerto durante enfrentamientos armados en septiembre en la frontera entre Kirguistán y Tayikistán, si bien no ha habido investigaciones hasta el momento.

"La UE pidió acertadamente investigaciones independientes cuando las autoridades de los países de Asia Central mataron, torturaron o detuvieron a civiles, reprimiendo la disidencia, pero no debería quedarse callada cuando se ignoren esos llamamientos", ha argumentado el directo de la UE en HRW, Phlippe Dam,

"Si la Unión quiere socios estables en Asia Central, debería exigir a los gobiernos que se abstengan de usar una violencia excesiva y que garanticen la rendición de cuentas por violaciones graves", ha añadido.

En Kazajistán, entre el 4 y el 6 de enero, cientos de personas murieron cuando las fuerzas de seguridad respondieron a una ola de manifestaciones. Según cifras oficiales, 238 personas, incluidos 19 miembros del personal de seguridad, murieron durante los violentos enfrentamientos, según HRW.

En Tayikistán, las autoridades respondieron a las protestas en la región autónoma de Alto Badajshán en mayo con una violenta represión y una "operación antiterrorista" especial que mató al menos a 40 personas, incluidas personalidades locales destacadas, y resultó en el arresto de al menos otros 200.

Por otra parte, en Uzbekistán, las fuerzas de seguridad utilizaron "fuerza letal y excesiva", como el uso de armas pequeñas y varios tipos de granadas, para dispersar a los manifestantes principalmente pacíficos a principios de julio en la región autónoma de Karakalpakstán. Al menos 21 personas, incluidos 4 agentes de seguridad, murieron en la violencia.

La organización ha recordado que la reanudación de los enfrentamientos en la frontera entre Kirguistán y Tayikistán ha dejado sin vida a 37 civiles, incluidos 4 niños. Asimismo, cientos de casas, numerosos mercados y al menos tres escuelas fueron quemadas, dañadas y saqueadas.

En Kirguistán, las autoridades han aumentado el control y la censura de los medios de comunicación en medio de una reciente campaña contra la libertad de expresión y la sociedad civil. En este sentido, el Gobierno ha bloqueado Azattyk Media, el servicio kirguís de Radio Free Europe/Radio Liberty, durante dos meses utilizando su ley de 'información falsa'.

Con todo, la ONG ha recordado que el pasado 27 de octubre el presidente del Consejo de la UE, Charles Michel, participó en la primera reunión regional de alto nivel de Jefes de Estado de Asia Central en Astana. En una declaración final, los seis líderes destacaron la importancia del diálogo sobre el Estado de derecho y los Derechos Humanos, pero no se comprometieron a poner fin a las graves violaciones en la región.

"La multiplicación de las represiones violentas en los países de Asia Central y la negativa de los Ejecutivos a investigar genuinamente las violaciones graves y responsabilizar a los responsables debería ser una señal de advertencia para la UE", ha afirmado Dam.

"La Unión solo puede contribuir a una mayor estabilidad en la región si realmente promueve el respeto de los derechos y combate la impunidad de los abusos", ha añadido.