La sombra de la desinformación vuelve a planear sobre Estados Unidos. Más de 100 millones de estadounidenses están llamados este martes a participar en unas elecciones legislativas clave para el futuro del país y en las que, como en 2020, un alud de bulos de toda índole ha contribuido a crispar el debate y vuelve a amenazar con poner en jaque al sistema democrático.

En los comicios de medio mandato, conocidos también como 'midterms', se renovarán los 435 escaños de la Cámara de Representantes y un tercio del Senado. Su resultado marcará la agenda legislativa de los próximos años y, según apuntan las encuestas, una altamente probable victoria conservadora podría dejar a la administración demócrata coja. Además, su triunfo puede abocar al país a tener el Congreso más conspiranoico de su historia. Y es que la mitad de los candidatos del Partido Republicano apoyan las falsas acusaciones de fraude electoral propagadas por el expresidente Donald Trump y siguen sin aceptar la victoria presidencial de Joe Biden en 2020.

Durante los últimos meses, los investigadores han detectado como, de la mano de candidatos ultra y de sus seguidores más fieles, todo tipo de falsos rumores se esparcían por las redes, 'fake news' que van desde vincular las políticas progresistas con una cábala satánica y pederasta global a falsos complots para manipular los resultados de estas elecciones. Todo con la misión de influir en los resultados. Los investigadores apuntan que este tipo de desinformación ha circulado principalmente en inglés, pero que lo hace cada vez más en otros idiomas como el español o el mandarín, más presentes en la realidad social de EEUU, ampliando así las consecuencias de su toxicidad.

Fallos en las redes sociales

La mayoría de estos bulos se han fabricado y diseminado en redes sociales como FacebookTwitterTikTok Youtube, que a priori han tomado medidas para que estas conspiraciones se popularices. Aún así, grupos de expertos han denunciado que esta desinformación electoral sigue circulando por estas plataformas, pasando de la marginalidad a convencer a un número cada vez mayor de votantes. En las últimas semanas, múltiples informes han señalado que espacios están fallando en la detección y eliminación de mentiras sobre las elecciones. En Twitter, clave para el debate político en internet, los contenidos extremistas estarían ganando terreno tras la compra de Elon Musk, pues ciertos usuarios están poniendo a prueba los límites de la nueva directiva.

Tras años preparando su estrategia, en 2020 Trump y el ultraconservadurismo estadounidense sembraron dudas sobre las instituciones democráticas del país. Con su derrota esas conspiraciones cristalizaron en las acusaciones de fraude y la posterior insurrección contra el Capitolio. Los expertos temen que el patrón vuelva a repetirse. Un nuevo informe de la Election Integrity Partnership advertía este lunes que el mayor aumento de falsas narrativas podría producirse el día después de las elecciones, cuando los candidatos de extrema derecha y sus seguidores aprovechen la lentitud en el recuento de votos de las carreras más ajustadas para difundir bulos que cuestionen los resultados no deseados. Cuantos más días se alargue el recuento de las elecciones más cometidas mayor será la penetración de los bulos. Como hace dos años, el temor es que la batalla que se propague en las redes vuelva a traducirse en violencia en las calles.