Otra visita para Bashar el Asad. Esta vez, una delegación de Hamás ha viajado hasta Siria por primera vez en una década. Dos altos funcionarios del grupo militante palestino han escenificado la reanudación de las relaciones después de que los palestinos apoyaran el levantamiento de la oposición contra el dictador sirio. Hamás aterriza en Damasco este miércoles después de su viaje a Argelia para también enmendar la división con su rival palestino, el movimiento Fatah del presidente palestino, Mahmud Abás. 

"Si Dios quiere, pasaremos la página anterior y miraremos hacia el futuro", ha dicho Khalil al Hayah, a cargo de la Oficina de Relaciones Árabes e Islámicas de Hamás, desde Damasco. Junto a otros representantes de varias facciones palestinas, Al Hayah ha mostrado su entusiasmo por esta reconciliación en este "día glorioso". Tras reunirse con Asad, ha expresado los intereses del presidente sirio al "apoyo de Siria a la resistencia palestina". También ha insistido en la oposición de Hamás a "cualquier agresión sionista o estadounidense contra Siria".

Pese a las alianzas históricas, Hamás rompió relaciones con el régimen de Asad al inicio del conflicto. Durante años, el grupo palestino mantuvo una base política en Siria que apoyaba a los militantes en su compaña contra Israel. El poderoso liderazgo de Hamás se mantuvo en Damasco, incluso cuando el grupo tomó el poder de la Franja de Gaza en 2007. Pero la guerra civil siria y la violencia de Asad sobre su ciudadanía propició la ruptura. La mayoría de la oposición que se levantó eran musulmanes sunís, como Hamás. Apoyar a alguien como Asad, perteneciente a la secta minoritaria chií de los alauitas, mientras masacraba a la población civil era difícil de justificar. Las protestas en toda la región contra la violencia de Asad provocaron el adiós.

Eje de la resistencia

Así Hamás se despedía del eje de la resistencia integrado por Irán, Siria y la milicia chií libanesa Hizbulá. Precisamente han sido Irán e Hizbulá, aliados claves de Asad, quienes han mediado durante meses para el restablecimiento de las relaciones. En septiembre, Hamás anunciaba su intención de retomar los lazos con Siria "para servir a los intereses de nuestro pueblo y sus causas justas, especialmente las causas palestinas, a la luz de los avances regionales e internacionales".

Estos avances son, más bien, retrocesos para Hamás ya que Israel ha restaurado relaciones con Turquía, pese a los mensajes propalestinos de su presidente, Recep Tayyip Erdogan. A su vez, varios países árabes, como Emiratos o Bahréin, ya hace dos años que normalizaron lazos con el archienemigo de Hamás. 

Aliados para Irán

Por su parte, a Teherán le interesa reestablecer este eje ya que le faltan aliados. Las conversaciones con las potencias mundiales sobre su programa nuclear están estancadas y, en un momento de crispación social y protestas en su país, los ayatolás necesitan apoyos. Durante esta década, ni Irán ni Hizbulá se han separado de Asad pero tampoco de Hamás. Aunque el dictador sirio deseaba este acercamiento, ha dejado bien claro que la reconciliación es con la "rama de resistencia" de Hamás.

Según ha informado el diario progubernamental Al Watan, no se relacionarán con la facción de la Hermandad Musulmana, en aparente referencia al líder de Hamás, Khaled Mashaal, que hasta el 2012 tenía su base en Damasco. Ahora se encuentra en Qatar desde donde ejerció el liderazgo de la milicia durante cinco años más antes de la subida al poder del actual jefe político Ismail Haniyeh. Detrás de Mashaal, las oficinas de Hamás en la capital siria cerraron. Ahora está por ver cuánto tardan en abrir.